Gato siamés

Gato siamés

Casi nadie puede resistirse al azul intenso de los ojos del gato siamés.

Los ojos azules y el destacado dibujo del pelaje hacen que el gato siamés sea inconfundible. Descubre todo lo que hay que saber de este elegante gato y si realmente es tan parlanchín como dicen.

Aspecto: belleza esbelta

A diferencia del arquetipo original, el gato thai, el gato siamés moderno tiene una constitución esbelta y una cola larga y delgada. Las piernas largas y las patas estrechas confieren elegancia a los movimientos de este gato mediano.

¿Qué tamaño tiene?

El gato siamés alcanza una altura de cruz de entre 20 y 25 centímetros. Las hembras pesan tres o cuatro kilos y los machos pueden llegar a pesar cinco.

Además de su constitución atlética, la nariz larga y recta, y la forma llamativa de la cabeza son características inconfundibles de la raza. Tiene la cabeza cuneiforme y ligeramente curvada hacia afuera por los lados. Las orejas erguidas con base ancha le alargan el rostro, que casi parece triangular.

También son típicos sus ojos almendrados de color azul intenso, muy separados y ligeramente inclinados. El color azul se debe a que los siameses son parcialmente albinos. Solo producen una pequeña cantidad del pigmento melanina, a lo que también se debe la coloración particular del pelaje.

Estampado del pelaje: colores y points

Estos gatos tienen un pelo suave pegado al cuerpo con poco subpelo, lo que hace que acariciarlos sea un placer. A nivel visual, el pelaje se caracteriza por los points.

Estos dibujos o coloraciones especiales se deben al gen cs y se forman en las extremidades. Sin embargo, esto no pasa hasta después de unas semanas. Justo después de nacer, todos los gatos siameses son blancos.

Hoy día existen incontables variantes cromáticas del siamés, como patrones tabby o coloraciones rojizas. No obstante, los colores más típicos son estos:

  • Seal point: en esta famosa versión, los acentos de color marrón oscuro destacan sobre un pelaje color crema o marrón claro.
  • Blue point: el cuerpo es blanco glacial y las marcas son grises azuladas y más discretas que en la variante seal point.
  • Chocolate point: el cuerpo presenta una tonalidad marfil y las marcas son chocolate con leche, como indica su nombre.
  • Lilac point: sobre el blanco roto del cuerpo, que puede ser malva sombreado, las marcas lucen un tono gris claro y un ligero sombreado rosa.
Gato siamés
Pasadas unas semanas se forman los points en el pelaje de los siameses jóvenes. El más famoso es el seal point, con marcas oscuras.

Carácter: chismoso apegado

Solo con mirar la constitución del gato siamés ya se adivina cuánto le gusta moverse. Le encanta que lo pongan a prueba tanto física como mentalmente.

Como es muy apegado e inteligente y se deja adiestrar hasta cierto punto, dicen que es el perro entre los gatos. Sus ganas de aprender lo convierten en un compañero ideal para el adiestramiento con clicker y en un gato familiar ideal.

Si no tiene ganas de aprender trucos nuevos o se le ha metido algo en la cabeza, lo demuestra abiertamente. Quien comparta su vida con este gato tan asertivo se dará cuenta enseguida de lo que más le gusta: atención. Aunque es tozudo y seguro de sí mismo, nada le complace más que la sociedad y las caricias.

¿Es tan parlanchín como dicen?

Es verdad que el siamés es una de las razas más comunicativas y que maúlla a un volumen considerable. Lo que no le gusta lo expresa a voz en grito y puede tirarse horas cotorreando sobre esto y aquello. No obstante, estos simpáticos chismosos son muy enriquecedores. No solo hablan mucho, sino que también saben escuchar.

Tenencia y entretenimiento: ¿gato de interior?

El gato siamés puede ser un gato de interior, pero recuerda que es muy activo y busca aventuras constantemente. Si se queda solo demasiado tiempo, se aburre enseguida. Por lo tanto, si tu situación lo permite, es mejor que lo dejes salir al exterior.

Si esto no es posible, debes proporcionarle suficiente entretenimiento y variedad. Los juguetes de inteligencia y las sesiones de juego generosas son imprescindibles para agotarlo física y mentalmente. Además, no conviene dejar a estos gatos solos demasiado tiempo, ya que enseguida se les ocurren ideas de bombero.

Salidas al exterior: la mejor opción

Si no puedes dejarlo salir, un balcón con red o un jardín en verano se convertirán en su lugar preferido. Si no tienes ni lo uno ni lo otro, también puedes sacarlo a pasear con correa y arnés. Para poder hacer esto, debes acostumbrarlo a la correa lo antes posible.

Si el piso tiene el equipamiento necesario para gatos, a tu gato le bastará incluso un piso pequeño. En cualquier caso, no debe faltar un rascador de varios pisos. Aquí, el minino podrá retozar y observar el entorno desde las alturas.

Además, el gato siamés debe convivir con otros gatos, aunque se diga de él que es celoso. Suele nacer junto a muchos hermanos y, por eso, tiene un comportamiento social muy marcado. Otro gato hará que no se sienta solo, algo importante tanto en una tenencia de interior como de exterior.

Gato siamés
El gato siamés moderno es muy esbelto y atlético.

Cuidados: ante todo, calor

Para compensar lo exigente que es su carácter, el cuidado del pelaje del gato siamés es bastante fácil. Basta con cepillárselo ocasionalmente y del resto ya se encarga él. Eso sí, para que este exótico animal se sienta completamente a gusto, necesita temperaturas agradables. Dado que apenas tiene subpelo, está bastante incómodo en entornos fríos y húmedos.

Por eso, los gatos de exterior aprecian que los seques cuidadosamente después de estar bajo la lluvia. En invierno te lo encontrarás a menudo en la hamaca para radiador o en otros lugares acogedores donde no haya corriente.

Salud: enfermedades hereditarias

Es importante que lleves al gato siamés periódicamente al veterinario. En efecto, este gato puede padecer enfermedades hereditarias en función de la cría.

Además de los tumores mamarios y las enfermedades cardiovasculares, también puede tener problemas oculares. El estrabismo y el nistagmo son anomalías que se le atribuyen. Se cree que la causa se encuentra en el déficit de melanina de la raza. Además, la atrofia progresiva de retina (PRA) puede provocarle ceguera a la larga. Esta dolencia se puede detectar con un test genético, que habría que hacerle al gato una vez en la vida.

Asimismo, el gato siamés es propenso al síndrome de pica. Los gatos con este trastorno del comportamiento compulsivo tienden a masticar o comer objetos indigestos, como lana, caucho o arena. Con medidas adecuadas se pueden reducir los riesgos para la salud que trae consigo este comportamiento y sus causantes.

¿Cuánto vive?

Con una tenencia y alimentación acordes a la especie, los gatos siameses pueden vivir entre quince y veinte años. Esta es una edad impresionante para un gato de raza.

Alimentación: su comida preferida

Una tenencia acorde a la especie del gato siamés incluye, como es lógico, una alimentación sana. Si lo alimentas con comida húmeda o pienso o bien con otro método alimentario es una cuestión de preferencia y, obviamente, del paladar del minino.

Como muchas otras razas, el gato siamés puede ser muy tiquismiquis. Por lo tanto, ten paciencia a la hora de buscar la comida ideal. Si le cambias la comida, pasa de la antigua a la nueva de manera paulatina.

Además, los gatos necesitan tener siempre agua fresca a su disposición, sobre todo si se alimentan de pienso. Los bebederos distribuidos por la casa y las fuentes pueden animarlos más a beber.

Gato siamés
© Pixel-Shot / stock.adobe.com

Origen: de los templos de Tailandia al mundo entero

Los antepasados del gato siamés provenían originariamente de Siam, la Tailandia actual. Allí, los monjes budistas los veneraban en los templos.

Hacia finales del siglo XIX llegó la primera pareja de siameses a Inglaterra. Pho y Mia fueron un regalo del rey de Siam al cónsul general británico y la primera pareja de cría de Inglaterra. En 1892 se redactó el primer estándar de la raza.

En 1946, The International Cat Association (TICA) aceptó al siamés como raza oficial. La variante moderna, más esbelta, no empezaría a popularizarse hasta la década de 1970. Esta es la raza que actualmente se conoce como gato siamés, mientras que la original se denomina gato thai.

Compra: solo a criadores responsables

Lo ideal es comprar un gato siamés a un criador serio. De este modo, se reduce el riesgo de que el animal sufra una de las enfermedades hereditarias que mencionábamos antes. Además, esta es la manera de promover la cría de gatos acorde a la especie.

Así, podrás estar seguro/a de que el bienestar de los animales reviste la máxima prioridad. No te fíes de los reproductores de gatos a los que no les importa la salud de los mininos.

Antes de decidirte por un criador deberías hacerte una idea de los animales y su entorno en un primer encuentro. Hemos recopilado diez preguntas a criadores que ayudan a saber si un criador es serio y si tu futuro gato está sano.

Asegúrate de que no te den al gato demasiado pronto. Es esencial que permanezca con su madre al menos doce semanas para aprender el comportamiento social y otras cosas importantes. No tengas miedo de pedir la documentación del gato, como el árbol genealógico.

¿Cuánto cuesta un gato siamés de criador?

Un gato siamés de un criador serio cuesta más o menos 600 euros. No obstante, vale la pena visitar una protectora de animales, ya que no es raro encontrar aquí gatos de raza.

Conclusión: gato con carácter y exigencias especiales

Con su mirada misteriosa, su cuerpo elegante y su carácter fuerte, el gato siamés enamora a cualquiera. Además, tiene un alto nivel de actividad y es muy parlanchín. Todo esto lo convierte en un acompañante exigente para los que busquen un gato extraordinario y tengan tiempo, amor y, a ser posible, espacio para un segundo gato.

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