En un espacio cerrado y reducido como el acuario, las enfermedades pueden propagarse rápidamente. Por eso es muy importante conocer las enfermedades más comunes de los peces. En nuestra guía aprenderá a reconocer las enfermedades en una fase temprana y qué hacer en el peor de los casos. Leer más
Si vigilas de cerca a tus peces, seguro que te das cuenta rápidamente cuando algo va mal. Esto se debe a que varios síntomas pueden indicar que los animales están enfermos.
Por ejemplo, un color corporal más pálido, ojos saltones, aletas deshilachadas y úlceras o revestimientos claramente visibles son señales típicas de que una enfermedad de los peces se está extendiendo por el acuario.
Sin embargo, no solo los cambios físicos, sino también un comportamiento inusual pueden dar indicios de que un pez ornamental está enfermo.
Si un habitante del acuario se mueve de repente menos de lo habitual y permanece apático en un rincón o justo debajo de la superficie del agua, por ejemplo, puede ser indicio de una enfermedad. Los movimientos violentos de las branquias, la pérdida de apetito y el frotamiento excesivo contra piedras y raíces también pueden ser signos de una enfermedad de los peces.
Una de las enfermedades más comunes de los peces es la enfermedad del punto blanco Está causada por un parásito unicelular y se reconoce por unas manchas blancas ligeramente elevadas en la piel de los peces. Si la enfermedad no se trata a tiempo, por ejemplo con el principio activo oxalato verde de malaquita, es mortal.
La hidropesía se caracteriza por el abdomen hinchado del pez enfermo. Los animales afectados presentan depósitos de líquido en la cavidad abdominal, escamas salientes y parecen generalmente apáticos.
La enfermedad se trata con el principio activo nifurpirinol y puede curarse en las fases iniciales. Aún no se ha identificado claramente la causa de esta enfermedad de los peces. Probablemente se deba a una infección bacteriana.
Otra enfermedad común de los peces es la podredumbre de las aletas. Las aletas de los animales enfermos se deshilachan y se agujerean, mientras que los bordes adquieren un color blanco o rojizo. También en este caso, las bacterias son el factor desencadenante. Suele afectar a los peces débiles.
Unas condiciones de cría incorrectas pueden hacer que el sistema inmunitario de los animales no luche lo suficiente contra el patógeno causante de la podredumbre de las aletas. La infección se trata con medicación adecuada y un cambio de agua.
n muchos casos, gérmenes como virus, bacterias u hongos están detrás del brote de una enfermedad de los peces en el acuario. Los agentes patógenos pueden propagarse, por ejemplo, si se introducen nuevos habitantes en el acuario sin una cuarentena previa.
Pero también una calidad insuficiente del agua, una temperatura del agua demasiado alta o demasiado baja y la falta de oxígeno pueden favorecer la propagación de una enfermedad de los peces. Si los animales no se alimentan adecuadamente, su sistema inmunitario se debilita o su piel se lesiona por peleas territoriales, también aumenta el riesgo de enfermedad.
Existen medicamentos eficaces para muchas enfermedades de los peces. Si se utilizan a tiempo y de acuerdo con el prospecto, a menudo se pueden salvar los animales enfermos. Dependiendo de la enfermedad del pez, puede ser necesario ponerlo en una pecera separada.
Si están afectados varios peces o incluso toda la población, es conveniente limpiar el acuario por completo. Además, hay que realizar un cambio de agua y comprobar de cerca los valores del agua.
Si quieres pedir consejo a un experto, puedes ponerte en contacto con un veterinario especializado en peces. Para evitar a los peces enfermos un viaje a la consulta, muchos veterinarios especializados hacen visitas a domicilio.
También en acuariofilia es mejor prevenir que curar. Para evitar enfermedades, todos los peces deben mantenerse siempre según su especie y sus necesidades individuales.
La calidad del agua y la alimentación deben adaptarse a los respectivos habitantes del acuario. Al fin y al cabo, más que otras mascotas, los peces e invertebrados dependen de que sus cuidadores les creen unas condiciones ambientales óptimas.
Por supuesto, solo deben mantenerse juntas especies que se toleren entre sí. La pecera debe elegirse lo bastante grande para que todos los habitantes del acuario tengan espacio suficiente en ella. Esto ayuda a evitar peleas y heridas por mordeduras.
Si se van a introducir peces nuevos en el acuario, primero deben colocarse en una pecera de cuarentena separada durante quince días. Solo cuando se tengas la certeza de que los recién llegados están completamente sanos podrán pasar al acuario con los demás animales.
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