Causas: ¿cómo aparece la enfermedad?
La causa de la gripe felina es todo un complejo de diferentes patógenos bacterianos y virales. Estos virus y bacterias pertenecen al complejo de la gripe felina:
El herpesvirus felino tipo 1 (FHV-1) es el causante de la rinotraqueitis viral felina. Este virus, también presente en gatos grandes, se transmite por el intercambio directo de flujos nasales u oculares. Una vez infectado el gato, se convierte en portador de por vida. Sin embargo, si el gato enferma o no es algo que depende de su estado inmunitario. Los gatos jóvenes e inmunodeprimidos enferman con más frecuencia.
A diferencia del herpesvirus, los gatos no solo se infectan del calicivirus felino (FCV) a través del contacto directo, sino también del indirecto. Así pues, los objetos y la ropa contaminados desempeñan un papel importante en la propagación del virus.
La bacteria Chlamydia felis se añade a los patógenos virales del complejo de la gripe felina. Habitualmente, la clamidia en gatos causa conjuntivitis, a veces purulentas, y bronquitis.
La bacteria Mycoplasma felis está adaptada a las vías respiratorias del gato y provoca los síntomas típicos de un catarro.
Prevención: ¿cómo se previene la gripe felina?
Además de las precauciones generales, como limpiar regularmente los comederos y el arenero, debes evitar que tu gato tenga contacto con gatos enfermos.
Además, existen vacunas para algunos patógenos del complejo de la gripe felina. Aunque solo previenen infecciones parcialmente, contrarrestan el brote de la enfermedad.
El veterinario vacuna al gato a las ocho, doce y dieciséis semanas y, a continuación, a los 15 meses. En función de la vacuna, se pone una dosis de recuerdo cada año o cada tres años.