Hay perros que gruñen con agresividad o incluso intentan morder cuando temen que les quiten la comida. ¿Qué origen tiene la envidia de la comida en perros? Y ¿qué se puede hacer al respecto?
Envidia de la comida en perros: ¿qué puedes hacer?

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Los cachorros siempre deben tener suficiente comida para no desarrollar envidia.
¿Cuándo se habla de envidia de la comida en perros?
La alimentación de un perro no siempre es una situación relajada porque algunos temen que les quiten la comida. En este caso, engullen los trozos con voracidad u observan el entorno con nerviosismo mientras comen.
Cuando gruñen, enseñan los dientes o se preparan para atacar, se habla de envidia de la comida en perros. No es que este sea un término científico, sino más bien una fórmula coloquial.
Agresividad alimentaria: defensa de la posesión
Desde el punto de vista etológico, la envidia de la comida en perros no es comparable con la envidia humana. Más bien se trata de la defensa de un recurso importante para el perro. Al fin y al cabo, debe comer lo suficiente como para sobrevivir.
Por eso, los expertos hablan en este sentido de agresividad alimentaria. Este comportamiento puede ir dirigido a otros perros o animales domésticos, como gatos, o incluso a personas.

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¿Es normal este comportamiento?
La envidia de la comida en perros es relativamente frecuente en cachorros. Los que nacen en camadas grandes aprenden enseguida que deben competir por las tetas de la madre.
Este comportamiento es congénito, o al menos parcialmente, y, hasta cierto punto, normal. Su propósito es garantizar la supervivencia del animal.
No obstante, los errores de adiestramiento y alimentación pueden hacer que esta envidia se intensifique con los años. En este caso, los perros defienden su valiosa comida con tanta agresividad que se convierten en un peligro para los niños y otros perros.
Por eso es tan importante controlar la agresividad alimentaria a tiempo con un entrenamiento específico.
La envidia de la comida en perros se observa principalmente en perros mal socializados y de la protectora. Por ejemplo, si un perro callejero ha aprendido que la comida escasea, puede desarrollar esta conducta indeseada.
¿Cómo surge?
Como decíamos antes, la envidia de la comida en perros no es nada inusual en cachorros. Por eso, los criadores responsables se aseguran de que todos los perritos pueda beber suficiente leche.
En el momento de darles comida sólida, procuran que haya suficientes comederos para que todos puedan saciarse.
Si esto no sucede, existe el peligro de que los perros tengan que competir por la comida. De este modo, pueden desarrollar envidia de la comida y seguir defendiendo su comida de mayores.
No quitar el comedero
Sin embargo, el criador o la dura vida en la calle no siempre son los culpables de esta conducta. Quitarle al perro el comedero cuando aún está lleno puede hacer que el perro la desarrolle. Esto es así porque el peludo percibe que no recibe suficiente comida.
Si siempre lo molestan al comer porque hay niños o animales alrededor, también puede intensificarse la envidia de la comida.
La envidia de la comida en perros es una forma de competencia. Los expertos hablan de agresividad por la posesión, por la que el animal defiende su comida o snack ante otros.
Esto puede suceder al principio con señales de apaciguamiento, como bostezos o relamidos. Así, el perro intenta mantener alejados de su comedero a posibles rivales.
Si esto no basta para ahuyentar a la competencia, el perro empieza a amenazar. Los animales envidiosos pueden gruñir o incluso morder.
Los perros no solo pelean de esta manera por la comida, sino también por juguetes, la cama o sus humanos.
No es cuestión de dominancia
Antiguamente se creía que la agresividad alimentaria en perros pretendía consolidar la posición del animal en la manada. Sin embargo, esta teoría de la dominancia está obsoleta. Varios estudios etológicos en lobos y perros salvajes demostraron que los conflictos por la comida surgen independientemente de la jerarquía.
Los investigadores observaron que incluso los animales de menor rango defendían su comida frente a los dominantes. Por tanto, el consejo de que hay que quitarle el comedero al perro mientras come para mostrar dominancia está desfasado.
De hecho, esto puede resultar catastrófico porque dañaría gravemente la relación de confianza entre el perro y la persona. Además, agravaría aún más la envidia de la comida en perros.
Para eliminar la envidia de la comida en perros se requiere paciencia y perseverancia. Nunca debes trabajar con castigos, ya que estos solo harían que empeorar el problema.
En lugar de ello, debes reforzar el vínculo entre vosotros. Puedes conseguirlo de estas maneras:
- Juegos en común
- Deportes caninos
- Cuidados del pelo generosos
- Arrumacos
Poco a poco, el peludo aprenderá que siempre puede confiar en ti.
Así, en algún momento entenderá que eres responsable del reparto de la comida y que siempre tendrá suficiente.
Comidas en paz
Es importante que el perro pueda comer tranquilo. Nadie debe molestarlo durante la ingesta de alimento, ni la familia ni otros animales domésticos.
Si viven dos o más perros en casa, hay que darles de comer por separado para prevenir agresiones. Si tienen que comer juntos, cada uno deberá tener su propio comedero. Lógicamente, el comedero del otro perro está prohibido.
La base: la perseverancia
Un lugar fijo y horarios estrictos para las comidas le aportan seguridad al perro. Este tipo de rutinas ayudan a reducir la envidia de la comida en perros. Por lo tanto, comer de la mesa está prohibido. Mantente firme e ignora sus ruegos y miradas de cordero.
Después de todo, la perseverancia es uno de los factores esenciales para prevenir la envidia de la comida en perros. Solo así conseguirás que la ingesta de alimentos sea un momento tranquilo, tanto para ti como para él.

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Conclusión: no te la tomes a la ligera
La envidia de la comida en perros puede adquirir dimensiones peligrosas. Los perros que defienden su comedero con agresividad constituyen un riesgo para toda la familia. Deben aprender lo antes posible que el cuidador/a está ahí en todo momento y que siempre les proporciona suficiente comida.
Si un perro ya ha desarrollado agresividad alimentaria, esta se debe reducir con medidas adecuadas, como horarios fijos y un entorno tranquilo para comer. Si no lo consigues tú solo/a, no tengas miedo de pedir ayuda a un adiestrador canino.