Mucha gente cree que un ictus en perros es sinónimo del síndrome vestibular, pero son dos enfermedades diferentes. Entonces ¿qué pasa exactamente con un ictus en perros y qué lo provoca? Aquí te explicamos qué puedes hacer tú en caso de urgencia.
Ictus en perros: síntomas y causas
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Un ictus en perros se debe tomar muy en serio.
Índice
¿Los perros pueden tener un ictus?
Un ictus —también llamado accidente cerebrovascular o derrame cerebral— es una pérdida repentina de la función cerebral por un daño brusco de partes del cerebro.
Los causantes son hemorragias cerebrales o una oclusión de los vasos sanguíneos por un trombo. Estos eventos impiden el riego sanguíneo del cerebro.
Aunque antiguamente los veterinarios creían que los perros no podían tener ictus, los nuevos conocimientos científicos sugieren lo contrario. Esto significa que no solo nosotros, sino también los perros pueden sufrir un ictus.
¿Es muy peligroso?
Aunque un ictus en perros es más suave que en las personas, hay que tomarse esta enfermedad muy en serio. En algunos casos, puede provocar secuelas graves a largo plazo, como cojera, o incluso la muerte del animal.
¿Qué razas son más propensas?
En general, cualquier perro puede tener un ictus. Sin embargo, el riesgo es muy alto en perros mayores y afectados por enfermedades previas. Las más destacables son las patologías cardiovasculares, las infecciones y los tumores.
Según fuentes especializadas, el cavalier king charles spaniel y los lebreles son razas propensas.
Un ictus en perros suele manifestarse con deficiencias neurológicas repentinas. No obstante, los síntomas concretos dependen de la zona afectada del cerebro y la magnitud de la falta de oxígeno.
Signos típicos del ictus en perros
Estos son los síntomas más importantes de un derrame cerebral en perros:
- Ceguera
- Trastornos motores: el perro se tambalea o no puede moverse (parálisis).
- Trastornos del estado de conciencia (p. ej., pérdida del conocimiento)
- Nistagmo: los ojos del perro se mueven de un lado a otro rápidamente.
- Espasmos
En algunos casos, también pueden aparecer otros síntomas, como vómitos, debido al sentido del equilibrio alterado.
Primeros auxilios: ¿qué hago si mi perro tiene un ictus?
Si sospechas que tu perro puede haber tenido un ictus, primero de todo debes mantener la calma. Colócalo sobre una base blandita y caliéntalo con una manta.
¿Cuándo hay que ir al veterinario?
Llama inmediatamente al veterinario y no dejes pasar más tiempo, ya que esta es una urgencia absoluta. Si no lo haces o lo haces demasiado tarde, la salud de tu perro podría verse afectada a largo plazo.
Con los datos sobre el curso y la aparición de los síntomas, el veterinario puede emitir un diagnóstico provisional. Para confirmarlo y descartar otras enfermedades similares, a continuación realiza varias pruebas:
Métodos de imagen
Como el cerebro no puede observarse con ecografías ni radiografías, es necesaria una tomografía computarizada o por resonancia magnética. Para que el perro se esté quieto durante la prueba, esta se realiza con anestesia.
De este modo, también se pueden descartar otras enfermedades, como un tumor o metástasis cerebrales.
Punción lumbar
Con una punción lumbar, el veterinario puede extraer líquido cefalorraquídeo con el perro anestesiado. Esto ayuda a descartar enfermedades como infecciones bacterianas.
Análisis de sangre
Además, los resultados de un análisis de sangre pueden decir mucho sobre el estado de salud del perro. Ayudan al veterinario a comprobar la función de otros órganos, como el corazón o los riñones. Asimismo, pueden arrojar información sobre las causas de un ictus en perros.
Como un ictus en perros puede tener varios desencadenantes, es importante conocer la causa para elegir el tratamiento.
Una vez hallada esta, el veterinario puede iniciar la terapia específica. No obstante, en algunos casos esto no se consigue porque es muy difícil dar con la causa.
Nota: Los medicamentos trombolíticos se han introducido en la medicina humana, pero no en la veterinaria.
La causa de un ictus en perros es una interrupción del riego sanguíneo del cerebro. Esto hace que el cerebro del perro no reciba suficiente oxígeno y no pueda transportar los productos de desecho.
Ahora puede producirse un trastorno de la función cerebral (isquemia) o una destrucción del tejido (infarto).
Así pues, las causas de un derrame cerebral en perros pueden variar. Por eso, los veterinarios distinguen entre la forma hemorrágica y la isquémica.
Ictus hemorrágico
Un ictus hemorrágico aparece cuando se rompe un vaso sanguíneo y obstaculiza el riego. La hemorragia puede aparecer en el propio tejido cerebral (intraparenquimatosa) o entre el cerebro y el cráneo (subdural o subaracnoidea).
Algunas de las causas posibles son:
- Lesión (p. ej., por un accidente de coche)
- Daños por tumores o metástasis (p. ej., un tumor en el bazo)
- Trastornos de coagulación (p. ej., intoxicación con raticida, trombocitopenia inmunitaria o trastornos de coagulación congénitos)
Ictus isquémico
Con un ictus isquémico se produce una obstrucción de los vasos sanguíneos. Esto puede pasar, por un lado, cuando una sustancia (coágulo de sangre, parásitos, fragmentos tumorales, grasa…) obstruye las arterias (embolia). Por otro lado, podría haber trombos adheridos a la pared arterial que estrechan las arterias (trombosis).
Los desencadenantes más comunes de este tipo de ictus en perros son:
- Diabetes mellitus
- Enfermedades cardíacas
- Enfermedades renales (p. ej., insuficiencia renal)
- Trastornos de la glándula tiroides (hipotiroidismo e hipertiroidismo)
No obstante, es frecuente que no se encuentre ninguna causa.
Si no hay ninguna parte vital del cerebro afectada y la causa se puede tratar, los perros afectados suelen recuperarse en cuestión de semanas.
La cosa cambia cuando el ictus afecta a funciones primordiales del cerebro. Esto puede provocarle una limitación de por vida al perro o, en el peor de los casos, la muerte.
El tiempo es oro
Por este motivo, es muy importante que lleves al perro al veterinario al primer síntoma de ictus.
Prevención: ¿se puede evitar?
El ictus en perros no siempre se puede prevenir, como pasa con las personas. Sin embargo, con una tenencia y alimentación acordes a la especie, podrás protegerlo de ciertas enfermedades que lo causan.
Además, los chequeos rutinarios en el veterinario contribuyen a conservar la buena salud de tu perro.