Mastín inglés

mastín inglés

La fuerza está en la calma: a pesar de su enorme y vigoroso cuerpo, la verdadera fortaleza del mastín inglés no está en sus músculos sino en su naturaleza relajada. Este grande y voluminoso perro observa las situaciones con atención y prefiere esperar y ver cómo se desarrollan las cosas. Los comportamientos impulsivos o agresivos son inexistentes en este gigante gentil.

Origen

A lo largo de la historia, el color del mastín inglés, entro otras características externas, causó algunos desacuerdos entre los expertos. Es probable que esto esté relacionado con el hecho de que el origen del mastín inglés, aún hoy en día, no esté claro. Se dice que ya hubo grandes perros parecidos al mastín actual que se emplearon como perros de pelea y de guerra durante el Imperio Romano.

Se dice que los celtas y los normandos finalmente los llevaron a Gran Bretaña, el país de origen de la raza mastiff. Otra teoría cuenta que el mastín inglés es un descendiente directo del moloso que llegó a Inglaterra desde Epiro y Macedonia en barcos mercantes. Otros, sin embargo, afirman que desciende del dogo tibetano. Y fuentes anteriores ven al mastín como una raza canina autóctona, es decir, la raza de perro se desarrolló de forma natural sin una crianza específica por parte de los humanos. La relación con el dogo tibetano ya se ha podido descartar en la medida de lo posible.

Aunque no se haya podido aclarar del todo el origen de los antepasados del mastín, el desarrollo de la raza sí se ha podido rastrear al menos hasta la Edad Media y en adelante. Se le nombra por primera vez en el siglo XIV en un tratado del primer Duque de York, Edmund de Langley. No obstante, aquí cabe destacar que originalmente en Inglaterra se denominaban mastiff a todos los perros voluminosos de boca ancha y cráneo cuadrado. Lo que está claro es que los perros del tipo mastín se empleaban de muchas maneras en la Edad Media, sobre todo en Gran Bretaña. Se mencionan como perros de guerra, guardianes, de caza y de pelea.

El primer dato sobre un mastín como perro de guerra se halla en la historia de la batalla de Agincourt en 1415, donde uno de los voluminosos canes se mantuvo fiel junto a su humano herido de gravedad y protegiéndolo de más ataques enemigos. En la clase alta eran populares perros de caza empleados para la persecución de osos y jabalíes. Pero en la Edad Media se usaron, sobre todo, para el entretenimiento del pueblo en las peleas públicas de osos y toros. En el siglo XVI, en los alrededores de Londres, se construyeron varias arenas para ello. En los hostigamientos de osos y de toros el mastiff (y otros perros grandes) debía enfrentarse a osos, leones, toros y otros depredadores. Esta trayectoria inhumana terminó en 1835, cuando el gobierno británico consiguió prohibir estos eventos sangrientos. La cría pura del old english mastiff comenzó casi al mismo tiempo.

En 1872 se fundó el primer club de la raza mastín y se decidió cruzarlo con el san bernardo para aportar delicadeza y equilibrio al carácter del mastín inglés. Sin embargo, esto no evitó que la raza mastiff desapareciera poco a poco después de la prohibición de las luchas de animales. En el curso de las dos guerras mundiales incluso amenazó con extinguirse por completo, pues casi nadie podía alimentar a los gigantes perros durante los años difíciles de la guerra. Gracias al apoyo de Canadá y Estados Unidos, donde sobrevivieron unos pocos ejemplares, la cría pudo retomarse en Gran Bretaña después de la guerra.

El old english mastiff se considera una de las razas de perro más grandes y antiguas del mundo y, además, la raza originaria de otros perros grandes como el gran danés, el terranova, el bullmastiff y el san bernardo. A diferencia de sus parientes, el mastín inglés es una raza muy poco frecuente en la actualidad, sin contar en su país de origen, Inglaterra.

mastín inglés © Thomas Foldes / stock.adobe.com
mastín inglés

Aspecto del mastín inglés

A pesar del carácter bondadoso y cariñoso del mastín inglés, en algunos países europeos se encuentra en la lista de razas de perros potencialmente peligrosos (PPP), lo que significa que tener uno de estos canes solo es posible si se cumplen unas normas determinadas. Esto se debe más por su aspecto imponente que por su carácter. Por lo que el peligro potencial se basa únicamente en el tamaño y en la fuerza asociados a él. Sin duda alguna el mastín impone respeto con su mandíbula ancha y su majestuosa cabeza. A pesar de que no hay que temerle, los saltos por pura emoción y alegría pueden llegar a tener consecuencias indeseadas. Por lo que está claro que necesita una educación consecuente y cariñosa, así como una socialización amplia para que el gigante perro aprenda a calcular y a dosificar su fuerza.

Con una altura a la cruz de hasta 90 centímetros y un peso de hasta 100 kilos, el mastín inglés es una de las razas de perro más grandes y pesadas del mundo. En noviembre de 1989, Aicama Zorba La-Susa, un mastín macho con una altura al hombro de 95 centímetros, pesaba 155.58 kilos e incluso entró en el Libro Guinness de los récords como el perro más pesado del mundo.

En el estándar de la raza de la FCI (Federación Cinológica Internacional), donde el mastiff inglés figura con el número 264 (grupo 2, sección 2: molosoides), no se especifica un peso exacto para esta raza de perro. Está claro que el tamaño es deseable, pero solo mientras no afecte a la salud. Por eso, según el estándar, debe haber una relación correcta entre el tamaño y el peso. El cuerpo de este voluminoso y grande cuadrúpedo debe estar bien proporcionado y de ninguna manera puede tener sobrepeso. El perro mastín ideal es grande, sólido, fuerte y uniforme y da una imagen general firme y armoniosa.

El pelaje corto y liso del mastín está pegado al cuerpo y enmarca los músculos. Los labios colgantes, las orejas en alto y la frente arrugada cuando está alerta le dan a la amplia cabeza del mastín su característico aspecto cuadrado. El cuello musculoso, que es casi del mismo tamaño que la cabeza, refuerza la voluminosa apariencia. Las variantes de color del mastiff son el albaricoque, el leonado o el atigrado. En todos los casos el hocico, las orejas y la trufa deben ser negros y forman la típica máscara de mastín. El excesivo color blanco en el cuerpo, pecho o pies es inaceptable.

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Carácter

El mastín inglés destaca por tener un umbral de sensibilidad muy alto. Los ruidos, el estrés u otros animales no pueden perturbar a este calmado cuadrúpedo. Su envidiable calma, la contención y la alta sensibilidad han causado que, en su país de origen, Inglaterra, lo conozcan como el gigante gentil. Además, no solo lo convierten en un excelente perro de familia, sino que también ha tenido cierto éxito como perro de terapia.

 A diferencia de sus ancestros, que impresionaban en las arenas por su intrepidez en la lucha contra osos y toros, el mastiff moderno apenas tiene rasgos de lucha. Al contrario de lo que algunos creen, el mastín inglés sigue siendo un perro muy valiente. No dudaría en enfrentarse a los atacantes en situaciones en las que la seguridad de sus humanos está en peligro. Sin embargo, el grande y fuerte can siempre mantiene el control, solo atacaría y heriría al agresor en una situación de extrema urgencia. La combinación entre su respetable apariencia, sus nervios de acero y su sensatez le hacen ideal como perro guardián, función que, con frecuencia, todavía ejerce en su país de origen, Inglaterra. En otros países europeos, este peludo poco común se aprecia sobre todo como bondadoso y afable perro de familia.

Los mastines son muy cercanos a sus humanos y su enorme peso y tamaño no les impide acurrucarse junto a sus personas favoritas y recibir mimos. Gracias a su carácter cercano a las personas, los mastines son muy fáciles de educar y suelen hacer todo lo posible para complacer a sus humanos. Sin embargo, estos cuadrúpedos inteligentes han conservado una cierta obstinación, por lo que no se puede esperar una obediencia absoluta de ellos. Dado que esta desobediencia nunca conlleva comportamientos rebeldes o agresivos no suelen suponer un problema para el cuidador. Debido a su inquebrantable serenidad y a su amor por las personas, la convivencia con un mastín inglés es muy armoniosa. Cuando se trata de niños pequeños o personas mayores es un compañero de juegos y de paseos muy empático. También tolera muy bien a sus semejantes y a otros animales.

Para que la relación con su humano se vuelva tan cercana y estrecha es necesario tener paciencia, pues toma un poco de tiempo. El bondadoso mastín siempre se muestra calmado frente a los extraños, pero manteniendo las distancias. Así que un mastiff inglés también destaca por ser muy controlado en los asuntos del corazón: primero observa y valora bien a las personas antes de darles todo su amor.

Alimentación, salud y cuidados del mastín inglés

El tamaño seguro que disuade a más de un amante de los perros a la hora de adquirir un mastiff. Al fin y al cabo, un gigante así no solo necesita mucho espacio sino, además, mucha comida. Al menos los cuidados del pelaje son reducidos. Un simple cepillado es suficiente para limpiar el suave y corto pelaje. Este can disfruta mucho de este tipo de cuidados. Los pliegues de la piel sí requieren más atención, pues suelen atraer la suciedad y a los parásitos. Para evitar infecciones es imprescindible realizar controles y limpiezas regulares.

El mastín se considera una raza de perro muy robusta con pocas enfermedades hereditarias. Sin embargo, lamentablemente algunos representantes, al igual que muchos otros perros de este tamaño, suelen padecer displasia de cadera. También se conocen casos aislados de enfermedades cardíacas. Los perros mastiff también tienden a las torsiones gástricas. Para evitar esto es mejor repartir la ración de comida diaria en varias porciones pequeñas. En general, al igual que sucede con las personas, una alimentación equilibrada contribuye a la salud del animal. Dado que los mastines ya cargan con bastante peso es importante prestar atención a que no engorden. Al fin y al cabo, el sobrepeso no solo les hace más lentos y gandules, sino que también ejerce presión sobre los huesos, lo que puede conducir a otros problemas de salud.

Además del peso, la edad, el estado de salud y el grado de actividad física también tienen un papel importante en la salud del perro. Por lo que la alimentación debe adaptarse a las necesidades individuales de tu cuadrúpedo. Los perros son carnívoros y, por ello, deben comer mucha carne. Además del pienso y de la comida húmeda, la dieta BARF (alimentación cruda biológicamente apropiada) es un método de alimentación adecuado. Se basa en la alimentación inicial de los canes, por lo que comen sobre todo carnes crudas. Para averiguar cuál es la necesidad nutricional de tu fiel amigo canino lo mejor es que le pidas consejo a tu veterinario.

mastín inglés © Jennifer / stock.adobe.com
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Educación y tenencia

La alimentación sana y los controles veterinarios regulares son tan imprescindibles para la salud del mastiff como las extensas salidas. Lo ideal para tener uno de estos enormes perros es una casa con un gran jardín en el cual pueda desfogarse como le plazca. Sin embargo, esto no sustituye los paseos diarios. Lo más importante para el mastín es la cercanía a las personas. El afectuoso can quiere estar en todo y para nada es conveniente tenerlo en un recinto aislado como en una jaula para perros.

Esta raza necesita mucho amor, por lo que el cuidador debe educarle con calma, cariño y muchos elogios. Las órdenes a gritos asustan a este armonioso cuadrúpedo. A pesar de su naturaleza bondadosa y cercana a las personas, el mastiff inglés necesita una educación consecuente para saber lo que se espera de él. Lo importante es que las metas estén definidas desde el principio. Las acciones inconsistentes confunden al perro.

Una buena socialización del cachorro también contribuye a promover su naturaleza tranquila. Por lo tanto, como comprador, debes asegurarte de que el joven mastín entre pronto en contacto con otros perros y gatos, niños, corredores y ciclistas. Cuanto más haya experimentado como cachorro, menos se asustará y reaccionará de forma inesperada más tarde.

Resulta bastante fácil tener un mastiff inglés bien socializado y educado a pesar de su tamaño. Su inquebrantable calma, su cercanía a los niños y su pacífico instinto protector hacen de él un perro de familia fiel y de gran corazón, así como un buen perro guardián y de terapia.

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