El estreñimiento en perros se define por la dificultad del animal para expulsar las heces. No puede expulsarlas o lo hace muy poco porque la región del intestino grueso está obstruida. Esto se nota porque el perro lo intenta, pero no puede, y a menudo siente dolor. Esta obstrucción puede ser aguda, es decir, de duración breve, o crónica, que significa que persiste durante mucho tiempo. El estreñimiento agudo suele ser menos grave que el crónico. Es más fácil de tratar y apenas presenta complicaciones. En cambio, el estreñimiento crónico requiere un diagnóstico y un tratamiento a tiempo para prevenir otros síntomas y posibles consecuencias.
Estreñimiento en perros

© alexugalek / stock.adobe.com
Mi perro está estreñido: causas
Las causas del estreñimiento en perros son numerosas. En todos los casos, la materia fecal del intestino no puede transportarse, se espesa y se pega en el intestino. Los errores de alimentación y tenencia son las causas más frecuentes del estreñimiento en perros. Por ejemplo:
- Alimentación con huesos
- Ingesta de agua insuficiente o pérdida de líquido, p. ej., con enfermedades febriles o una alimentación muy rica en fibras alimentarias
- Ingestión de objetos extraños
- Falta de movimiento o pocas ocasiones para excretar
- Alimentación baja en fibras alimentarias
Estas otras causas también pueden conducir al estreñimiento en perros:
- Dolor en el aparato locomotor o inflamaciones de las glándulas paraanales
- Fracturas en la región pélvica
- Tumores u otras masas, como ganglios linfáticos o hematomas, que presionan el recto y diversas enfermedades prostáticas
- Influencia de medicamentos
- Debilitación de la pared intestinal, p. ej., por engrosamientos
- Enfermedades metabólicas, como el hipotiroidismo y trastornos neurológicos del intestino grueso
El estreñimiento suele afectar a perros débiles o mayores. Especialmente con estos perros hay que acudir al veterinario de inmediato para averiguar y eliminar la causa.
Síntomas
El estreñimiento se detecta porque el perro intenta expulsar las heces repetidamente sin éxito. A veces consigue expulsar únicamente unas pocas bolitas duras. Esto es muy doloroso y las heces pueden presentar sangre o mucosidad. Además, el perro puede expulsar la llamada pseudodiarrea. En este caso, la sangre y la mucosidad atraviesan las duras bolas de heces a causa de la fuerte presión. Si es muy prolongada, la obstrucción puede provocar un megacolon, que es una hiperextensión y dilatación de la pared intestinal. La musculatura del intestino se daña permanentemente y el peristaltismo intestinal desaparece. Esta consecuencia de un estreñimiento crónico es irreversible y puede plantear problemas permanentes. También pueden aparecer síntomas generales, como pérdida de apetito, desánimo, vómitos y flatulencias.
Diagnóstico
El veterinario suele poder confirmar la sospecha de que el perro tiene estreñimiento con la información del cuidador y un examen clínico. Sin embargo, el diagnóstico de la causa, sobre todo con estreñimientos prolongados o recurrentes, puede ser más difícil.
Primero se realiza una anamnesis exhaustiva, seguida de un chequeo y radiografías del abdomen, la pelvis y la columna. Especialmente en los casos de estreñimiento crónico, la pared intestinal está tan dañada por la dilatación que hay que ir con mucho cuidado con el examen rectal. Existe el peligro de rasgar la pared intestinal dañada con la manipulación. Además, puede ser necesario hacer una ecografía para hallar la causa. Para detectar enfermedades metabólicas o inflamaciones se toman muestras de sangre. Si existe la sospecha de un tumor o un objeto extraño en el intestino, también se puede realizar una colonoscopia. Para ello, se examina el intestino por dentro con un aparato flexible con cámara y, posiblemente, se toman muestras de tejido. En casos muy graves puede ser necesaria una intervención abriendo la cavidad abdominal.
Terapia
Para poder determinar la terapia para aliviar el estreñimiento en el perro, primero hay que conocer la causa. Hay que distinguir entre los casos breves e inocuos y los graves, recurrentes o prolongados. En los casos leves, puede bastar con adaptar la comida temporalmente con lactulosa, leche, cáscaras de psilio y mucho líquido. También se puede mejorar la lubricidad de las heces con diferentes tipos de enemas. En los casos graves, el veterinario primero proporciona líquido al perro por medio de goteo intravenoso. A continuación, extrae las heces con enemas especiales y un masaje cuidadoso, si es necesario con anestesia. A veces se requieren instrumentos para extraer las heces y, en casos graves, puede ser necesario operar. Para seguir tratando al perro y evitar recaídas, el tratamiento de la causa es ineludible.
Prevención
El estreñimiento en perros se puede prevenir en la mayoría de casos con una alimentación equilibrada que contenga fibras alimentarias. También hay que vigilar el peso, ya que los perros con sobrepeso tienden más al estreñimiento que los de peso normal. El ejercicio regular y beber suficiente agua también son obligatorios. En los perros mayores con dolores en el aparato locomotor se puede prevenir el estreñimiento con terapia del dolor. Además, hay que evitar que los perros se coman todo lo que encuentran, no solo por el peligro de estreñimiento. El veterinario debe controlar siempre la excreción para que, en caso de diarrea o estreñimiento, pueda intervenir de inmediato.