Residencia para gatos: cuidado profesional de los mininos

Residencia para gatos

Casi nunca es posible llevarse al gato de vacaciones. En una residencia para gatos, el minino está bien cuidado en tu ausencia.

¿Llevarse al gato de vacaciones? Casi siempre, mala idea. Pero ¿quién se ocupará del gato cuando su cuidador/a se vaya de viaje? En una residencia para gatos, los mininos están perfectamente cuidados. Sigue leyendo para averiguar en qué hay que fijarse al elegir la residencia y hacer los preparativos.

¿Dónde llevar al gato durante las vacaciones?

Si le preguntáramos a un gato dónde prefiere pasar las vacaciones, seguramente contestaría: «¡En casa, claro!». Al fin y al cabo, los gatos son animales muy territoriales. Les gusta estar en su entorno habitual con los olores, ruidos y camas de siempre.

Sin embargo, no siempre es posible dejar al gato con un conocido, un vecino o un cuidador de gatos profesional. Así pues, ¿qué puedes hacer si quieres viajar o tienen que ingresarte en el hospital? En estos casos, una residencia para gatos puede ser una buena alternativa.

Importante: Reserva anticipada

En una residencia para gatos seria cuidarán a tu gato de maravilla cuando tú no puedas. En algunas, el personal incluso son cuidadores y auxiliares veterinarios con formación profesional.

Recuerda que debes pedir plaza para tu gato con tiempo. De hecho, las residencias buenas suelen estar llenas, sobre todo en temporada alta. Muchos centros tienen clientes habituales satisfechos que vuelven a llevar a su minino cuando se van de vacaciones.

Pide información a la gente de tu entorno que tenga gato. Puede que alguien pueda recomendarte un buen hotel para gatos en tu zona. También vale la pena preguntar en el veterinario. Algunos veterinarios trabajan con residencias felinas profesionales y otros incluso ofrecen los cuidados durante las vacaciones personalmente.

Otra opción es buscar hoteles para gatos en tu zona por internet. Lee las reseñas y los comentarios en las redes sociales de varios centros y visita tus dos o tres favoritos en persona. Así, encontrarás la residencia para gatos ideal para tu minino.

Antiguamente, las residencias felinas recordaban a las salas de las clínicas veterinarias o a las perreras de las protectoras. Los gatos se alojaban en jaulas individuales embaldosadas que ofrecían muy poca variedad. Hoy día, una buena residencia para gatos cuenta con espacios interiores y exteriores amplios, y muchas opciones para trepar, jugar y esconderse.

Además del equipamiento, el tipo de alojamiento también es un criterio importante. Aparte del alojamiento en grupo, ¿también ofrece alojamiento en solitario? Al fin y al cabo, no todos los gatos se llevan bien con otros gatos. Asimismo, debe ser posible que todos los gatos de un hogar permanezcan juntos en la residencia para gatos. Por ejemplo, deben poder alojarse en una habitación aparte.

Lista de control: características de una buena residencia para gatos

Fíjate en lo siguiente a la hora de elegir la residencia para gatos:

  • Limpieza: ¿las estancias parecen cuidadas? ¿Las camas, los areneros y los comederos están limpios?
  • Alimentación: ¿te dan la posibilidad de que tu gato coma su comida habitual? Esto es importante, en particular, si el gato necesita un alimento dietético, por ejemplo, por problemas renales.
  • Medicamentos: si tu gato tiene una enfermedad crónica, esta pregunta es decisiva a la hora de valorar una residencia para gatos. ¿Los cuidadores pueden darle comprimidos o ponerle inyecciones de insulina?
  • Personal: ¿cómo se comportan los trabajadores con los gatos? ¿Se toman su tiempo para acariciarlos y jugar con ellos?
  • Proporción de cuidadores: ¿de cuántos gatos se ocupa cada cuidador? No conviene que cada uno asuma la responsabilidad de más de diez o quince como máximo.
  • Peticiones especiales: ¿puedes hacer peticiones especiales según las peculiaridades y necesidades de tu gato?
  • Cualificación: en algunos lugares, las residencias felinas deben tener un certificado o una aprobación del colegio de veterinarios. ¿Están todos los papeles en regla?
  • Veterinario: ¿hay un veterinario que tratará a tu gato en caso de emergencia médica? ¿O es posible llevar al gato al veterinario si necesita tratamiento?
  • Contrato: ¿se firma un contrato de asistencia que contiene todos los aspectos importantes, como la duración del alojamiento?

Aunque algunas se anuncian con eslóganes tipo «Vacaciones para tu gato» o «Bienestar felino», el alojamiento en una residencia para gatos supone estrés para la mayoría. Después de todo, abandonan su entorno de confianza y llegan a un lugar totalmente nuevo.

Los olores extraños, los gatos que ven y oyen, y los cuidadores desconocidos: nada de esto gusta a la mayoría de gatos. Sin embargo, el alojamiento en una residencia para gatos puede ser necesario si no queda ninguna otra opción. En una residencia, el gato no solo recibe comida y agua, sino también medicamentos. Además, si el gato quiere, también lo acarician o juegan con él.

¿Cómo reaccionan los gatos?

Lo bien o mal que un gato lleve el alojamiento en un hotel para gatos depende de cada minino. Algunos se quitan de en medio y se esconden en las camas cueva. Los hay que echan tanto de menos a su cuidador/a que los primeros días no comen bien.

A otros, en cambio, el cambio de lugar no les afecta tanto. Si un gato se ha acostumbrado a la residencia desde pequeño, suele llevar bien alojarse en ella temporalmente. También hay gatos de exterior curiosos a los que la excursión a la residencia no parece afectarles en absoluto. Puede que incluso les guste.

El precio del alojamiento en una residencia para gatos varía mucho de un centro a otro. La ubicación y las peticiones especiales desempeñan un papel decisivo en la factura. ¿El gato necesita comida especial o medicamentos? Esto suele cobrarse aparte.

Los precios oscilan más o menos entre los doce y los veinticinco euros por noche por el primer gato. Por alojar a un segundo o tercer gato suelen ofrecerse descuentos en el precio.

Preparativos antes de llevar al gato

Una buena residencia para gatos se esfuerza por prevenir la propagación de enfermedades entre sus huéspedes. Por eso, la mayoría te pedirán que presentes la cartilla de vacunación al día. Los gatos de exterior, en particular, también deberán estar desparasitados y libres de pulgas para poder alojarse.

El gato debe tener un aspecto general saludable para que pueda instalarse en un hotel para gatos. En caso de duda, llévalo al veterinario para que le haga un chequeo. Además, los machos deben estar castrados para poder alojarse en una residencia para gatos.

Equipaje

Para que la estancia de tu gato sea lo más agradable posible, deberás meter todo lo imprescindible en su maleta. Además de la comida y los medicamentos, llévale un juguete y su mantita o cojín.

Una prenda tuya puede ayudarlo a aliviar el dolor de la separación porque el olor familiar le transmite seguridad. Además, deberás darle tu número de teléfono al personal para que pueda contactar contigo en caso de emergencia.

Conclusión: residencia como alternativa al cuidador de gatos

El alojamiento en una residencia para gatos es a veces un mal necesario. En efecto, a la mayoría de gatos no les gusta abandonar su entorno. Si tienes la oportunidad, es mejor dejarlo en casa con alguien de confianza o un cuidador de gatos profesional.

Si esto no es posible, una residencia para gatos es una buena alternativa. Aquí recibirá todas las atenciones que necesita mientras estés fuera.

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