Vista, oído, olfato, gusto, tacto… ¿Qué sabemos de los sentidos de los gatos? ¿Y qué significa el misterioso sexto sentido de los mininos?
Los sentidos de los gatos

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Todos los sentidos de los gatos están preparados para recibir estímulos.
Los sentidos de los gatos: ¿cómo ven los gatos?
Como todos los sentidos de los gatos, el de la vista también está perfectamente adaptado al modo de vida de los mininos. El ojo del gato presenta casi la misma estructura que el de las personas, pero con algunas diferencias decisivas.
Por ejemplo, el número de bastones de la retina (para diferenciar entre claridad y oscuridad) es bastante superior al de conos (para distinguir los colores). Así pues, los gatos no distinguen muy bien los colores, pero se las apañan con muy poca luz. Como los gatos suelen estar activos al anochecer, también cuentan con el llamado Tapetum lucidum (del latín, alfombra luminosa). Con él, pueden aprovechar cualquier rayo de luz de manera óptima.
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Los sentidos de los gatos: ¿cómo oyen los gatos?
Los felinos, como el lince, tienen un sentido del oído extraordinario. Las versiones de tamaño reducido de los linces, nuestros gatos domésticos, también oyen de maravilla. Oyen los ruidos el triple de bien que una persona con un oído medio.
No solo oyen en frecuencias completamente distintas a las nuestras, sino que casi podría decirse que tienen un oído tridimensional. De este modo, pueden localizar posibles presas con precisión. Esto lo hacen posible, entre otras cosas, los 30 músculos que rodean el pabellón auditivo. Con ellos, el gato puede girar las orejas en diferentes direcciones, incluso simultáneamente. Independientemente de esto, los gatos utilizan la posición de las orejas como parte de su lenguaje corporal.
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Los sentidos de los gatos: olfato y gusto
Respecto al sentido del olfato, los gatos también nos llevan ventaja. Y no es para menos, ya que, con más de 60 millones de receptores olfativos, tienen el triple que nosotros. Los gatos no solo perciben los olores más intensamente, sino que los usan para comunicarse entre ellos. Lógicamente, el olfato es particularmente importante cuando comen porque, para activar su exigente lengua, la comida debe oler bien.
Los gatos distinguen los sabores ácidos, salados y amargos, pero no tienen el dulce en sus genes. Y es que, en sus presas, este sabor no tiene ninguna relevancia. En general, su sentido del gusto está menos desarrollado que el nuestro.
Sin embargo, compensan este déficit con el olfato porque los gatos pueden incluso degustar los olores. Para ello utilizan el órgano de Jacobson, que se encuentra justo detrás de los incisivos. De este modo, el animal puede percibir mejor las feromonas y las marcas territoriales. Algunos gatos incluso tuercen el gesto con el típico reflejo de Flehmen.
Bigotes para sentir
Los bigotes (llamados vibrisas por los expertos) sirven principalmente para que el gato se oriente. No solo crecen en las mejillas, sino también sobre los ojos y en las patas delanteras. A diferencia de los pelos normales, los folículos desde los que crecen las vibrisas están rodeados de varias terminaciones nerviosas. Estas envían estímulos de contacto inmediatamente al cerebro. Esta ampliación del sentido del tacto es útil también en la caza: las vibrisas de las patas delanteras perciben hasta el temblor del suelo más insignificante, como el de un ratón corriendo.
El famoso sexto sentido del gato
Aparte de los sentidos de los gatos ya conocidos, llamamos sexto sentido a la percepción de sucesos futuros. Por ejemplo, gatos que ponen a sus crías a salvo horas antes de un incendio. O gatos que notan la muerte de una persona. Normalmente, estos fenómenos tienen una explicación lógica, como los olores que desprenden los moribundos. Por eso, los investigadores se muestran escépticos en lo que al sexto sentido de los gatos se refiere. Pero los que tienen gato saben que sus mininos esconden muchos enigmas.
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