El aceite de coco para gatos es un método de protección muy popular contra garrapatas y otros parásitos. Además, se dice que este producto de moda tiene numerosos efectos de cuidado. Te explicamos cuándo puede ser una alternativa a los remedios convencionales y qué debes tener en cuenta al usarlo.
Aceite de coco para gatos
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El efecto del aceite de coco para gatos todavía no se ha demostrado del todo.
Índice
- Aceite de coco: un componente popular
- ¿Para qué se utiliza el aceite de coco en los gatos?
- Aceite de coco para gatos: cosas a tener en cuenta
- La dosis adecuada: ¿cuánto aceite de coco debo poner en la comida?
- ¿Qué hay que tener en cuenta al comprar aceite de coco para gatos?
- Conclusión: aceite de coco para gatos
Aceite de coco: un componente popular
El aceite de coco también se conoce como grasa de coco en las tiendas. Proviene de la copra, que es la pulpa del coco. El aceite de coco lleva décadas siendo muy popular entre los aficionados a la cocina. Se utiliza, sobre todo, como grasa para cocinar e ingrediente de repostería, como los bombones helados.
Actualmente, este aceite puramente vegetal, blanquecino y de aroma suave está de moda como alternativa a la mantequilla. Además, es uno de los componentes más importantes de los productos de cuidado.
Se le atribuyen muchos supuestos efectos, la mayoría de los cuales, sin embargo, los científicos aún no han podido demostrar. Asimismo, el alto porcentaje de ácidos grasos saturados con un consumo frecuente recibe muchas críticas. Pero ¿qué efecto tiene el aceite de coco en los gatos?
¿Para qué se utiliza el aceite de coco en los gatos?
Si buscas sus aplicaciones, enseguida verás que el aceite de coco pretende ser un producto versátil para la salud felina.
En función del efecto perseguido, se puede aplicar en el pelaje del gato o mezclarlo con la comida. Huele bien y es un producto natural puro. Si solo lo usas externamente, el riesgo de que aparezcan efectos secundarios es muy bajo.
No obstante, algunos partidarios no solo lo utilizan externamente, sino también internamente. Las cinco opciones siguientes aclaran cuándo puede ser beneficioso el aceite de coco para los gatos.
A los parásitos no les gusta nada el ácido láurico que contiene el aceite de coco. Así pues, las garrapatas, pulgas y ácaros se esfuman en cuanto se les acerca un gato (el huésped) que huele a aceite de coco. Al menos, esto es lo que afirma mucha gente que tiene gatos y perros.
Por lo tanto, debes untarle pelaje del gato con aceite de coco regularmente, lo que puede ser todo un desafío. No obstante, si los parásitos ya están asentados en el pelaje, no podrás ahuyentarlos con el aceite de coco.
© El aceite de coco para gatos no siempre protege contra los parásitos.
También se dice que el aceite de coco para gatos funciona preventivamente contra los parásitos intestinales, como las lombrices. Para ello, hay que darle el aceite al gato por vía oral, por ejemplo, a través de la comida.
No obstante, si sospechas que tu gato ya tiene lombrices, debes llevarlo primero al veterinario. Este podrá analizar las heces en busca de parásitos y, a continuación, prescribir una antiparasitario para tu gato.
Por naturaleza, el aceite de coco nativo contiene abundante ácido láurico, que tiene un efecto germicida. Por eso, hay gente que lo utiliza para eliminar las escamas, el picor y los eccemas de su gato. También hay quienes afirman que el aceite de coco para gatos le confiere al pelaje más brillo.
Sin embargo, si notas una alteración cutánea llamativa en tu gato, es mejor que primero lo lleves al veterinario. Al fin y al cabo, podría tratarse de una enfermedad grave.
No es raro que los gatos contraigan hongos cutáneos, que también pueden ser infecciosos para las personas y requieren tratamiento.
Pelo sin brillo
Si el pelaje de tu gato está apagado, esto también puede ser signo de enfermedades metabólicas hormonales, como la diabetes, o una insuficiencia renal.
Además, recuerda que el gato podría lamerse el aceite de coco del pelaje. No es raro que esto tenga consecuencias adversas, como pelo graso o diarrea.
El frío y la sal de deshielo en invierno pueden irritar las patas de tu gato. Hay quienes apuestan por el aceite de coco para gatos para prevenir dolorosas inflamaciones y grietas. Pero ojo: en este caso, el gato también podría lamerse el aceite de coco.
Si el gato come aceite de coco con la comida, esto favorece la ingesta de varios minerales, como magnesio, calcio y vitaminas liposolubles. Además, hay gatos que presentan una digestión mejor regulada.
Aceite de coco para gatos: cosas a tener en cuenta
Puedes utilizar el aceite de coco para gatos de muchas maneras, pero hay cosas que debes tener en cuenta:
La aplicación externa puede ser complicada
No todos los gatos se dejan aplicar aceite de coco en el pelaje. Muchos empiezan enseguida a lamérselo de las patas y otras partes del cuerpo accesibles.
La consecuencia es que el aceite de coco pierde su efecto y podría provocarles diarrea.
Para evitarlo, puedes aplicárselo solo en la cabeza y el cuello para protegerlo contra las garrapatas. No obstante, ten en cuenta que al minino podría molestarle mucho el olor.
No sobrestimes el efecto antiparasitario
Mucha gente recurre al aceite de coco para gatos después de detectar pulgas o garrapatas en su gato. Lo que olvidan es que el aceite de coco tiene un efecto preventivo y no funciona en todos los gatos.
La dosificación también varía enormemente. Si quieres ofrecerle a tu gato una protección antiparasitaria eficaz, habla con el veterinario.
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No todos los efectos están demostrados
Las amplias propiedades del aceite de coco para gatos inducen a algunas personas a probarlo en su gato con los síntomas más dispares, desde halitosis hasta heridas.
Pero cuidado, ¡el aceite de coco no es ninguna panacea! Si tratas a tu gato con aceite de coco sin pensar, podrías empeorar sus síntomas.
Además, la ciencia todavía no ha podido aclarar si el sistema inmunitario de los animales alimentados regularmente con aceite de coco se refuerza.
La dosis adecuada: ¿cuánto aceite de coco debo poner en la comida?
Los partidarios de este producto recomiendan entre un cuarto y media cucharadita al día en gatos con un peso normal. Si tu gato tiene diarrea, deja de darle el aceite de coco de inmediato.
Si lo tolera bien, puede beneficiarse de las propiedades positivas con una ingesta regular. No obstante, no todos los gatos toleran el aceite de coco en la comida.
Si tu gato tiene sobrepeso, mejor no le des aceite de coco adicional por el alto contenido calórico que tiene. Además, protegerás el páncreas de tu gato de un exceso de grasas. Si tu gato tiene una enfermedad crónica, habla primero con el veterinario.
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¿Qué hay que tener en cuenta al comprar aceite de coco para gatos?
No todos los aceites de coco son iguales. Cuando lo compres, asegúrate de que el aceite prensado en frío contenga componentes valiosos. El aceite de coco bío de producción sostenible es el más recomendable.
Para que conserve sus propiedades, debes protegerlo de la luz solar. Por tanto, almacénalo en un lugar oscuro. Si las temperaturas superan los veinte grados, el aceite se licua.
Conclusión: aceite de coco para gatos
Si sientes curiosidad por los efectos positivos del aceite de coco para gatos, en general puedes probarlo. No obstante, no te hagas muchas ilusiones, ya que los efectos deseados dependen de muchos factores.
La realidad es que en algunos gatos funciona y en otros siguen anidándose las garrapatas en el pelaje. Tú decides si el aceite de coco basta como protección antiparasitaria.
No obstante, si detectas garrapatas en tu gato y, por tanto, este no está totalmente protegido contra enfermedades infecciosas, infórmate en el veterinario sobre un método de protección químico.
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