Diagnóstico: ¿cuándo debo llevar al perro al veterinario?
Si la diarrea en un perro adulto persiste más de 48 horas, hay sangre en las heces o se añaden otros síntomas, como debilidad o fiebre, acude al veterinario.
Con los cachorros hay que consultar al veterinario a las seis horas, ya que tienen pocas reservas y se debilitan enseguida. Además, debes consultar al veterinario si tu perro tiene diarrea alternada con heces normales.
Después de hacerte unas preguntas, el veterinario le hará un chequeo general y otras exploraciones. Un análisis de sangre y un examen de las heces pueden determinar la presencia de infecciones bacterianas, virales o parasitarias.
Con el examen de las heces, el veterinario también averigua si hay un desequilibrio en la flora intestinal (disbiosis).
Otros métodos de examen
Las radiografías y las ecografías muestran posibles cuerpos extraños o alteraciones inflamatorias en la mucosa intestinal u otros órganos.
En casos muy persistentes puede ser necesario hacer una biopsia. Para ello, el veterinario toma muestras de la mucosa intestinal con un endoscopio. A continuación, estas se analizan bajo el microscopio. Así, el veterinario puede diagnosticar enfermedades como la IBD.
¿Qué pistas dan el color, la consistencia y la frecuencia de la diarrea?
Describe a tu veterinario el tipo de diarrea con mucha precisión. Incluso la información sobre el color, la consistencia o la frecuencia dará al veterinario pistas sobre la posible causa. He aquí algunos ejemplos:
- Si la diarrea es mucosa, las intolerancias alimentarias o las enfermedades intestinales podrían ser la causa.
- La diarrea amarilla puede indicar un problema en el hígado o el páncreas.
- Si el perro tiene diarrea con sangre, esto indica una hemorragia en la parte posterior del colon o una lesión cerca de la salida intestinal. La infección por giardia también suele provocar diarrea con sangre.
Además, la frecuencia de la diarrea de tu perro también informa sobre la posible causa. Si la causa es más probable en el intestino delgado, el perro suele producir pequeñas cantidades de diarrea acuosa. Si el intestino grueso está afectado, el perro no defecará más a menudo de lo habitual, sino que normalmente lo hará con mucosidad.