Bull terrier

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Equilibrado, divertido y amigable… La descripción del estándar de la raza no se parece mucho a la imagen que tienen muchas personas del «peligroso» y combatiente perro bull terrier. Ha llegado la hora de aclarar algunos prejuicios sobre esta raza.

Origen

La raza bull terrier se originó del cruce de un bulldog inglés del tipo antiguo, un english white terrier (extinguidos desde 1880) y un dálmata. Se prefieren los allrounder, es decir, aquellos ejemplares que aglomeran los tres tipos de perro a la perfección. Sin embargo, todavía hay representantes de la raza, que tienen un aspecto similar a uno de los tres antepasados. A estos bull terriers se les clasifica en tres tipos:

  • dálmata (de patas largas, más ligero y elegante)
  • bulldog (de patas cortas, más pesado y rechoncho)
  • terrier

La cría sistemática de la raza bull terrier comenzó alrededor de 1850 con el comerciante de animales James Hinks de Birmingham, Inglaterra. Dado que no existen libros de cría u otros registros de los primeros años, no se conoce cuál era la finalidad del creador de la raza, Hinks. Se supone que él veía en esta raza a un perro de compañía en lugar de un perro de pelea, una especie de accesorio de moda para los caballeros acomodados de la creciente clase media.

Lo que está claro es que los valientes y rápidos perros se emplearon también para cazas de tejones y matanzas de ratas. Sin embargo, el Bull Terrier se hizo popular, sobre todo, como un perro de combate en las notorias peleas de animales de los siglos XVIII y XIX. A la nobleza y al pueblo inglés les encantaba la emoción de las peleas de perros y apostaban grandes cantidades de dinero. Los musculosos y veloces bull terrier se mostraban especialmente valientes, agresivos y mordaces, y siempre ofrecían al público un espectáculo brutal.

La prohibición de las peleas de perros

Cuando en 1835 se prohibió este tipo de diversión popular en Inglaterra, la imagen del bull terrier como perro de pelea despiadado ya estaba tan arraigada a la raza que hasta hoy no se ha podido deshacer de ella, aunque, incluso entonces, la raza se consideraba pacífica y obediente. Los informes sobre los famosos perros de pelea de la época dicen que los bull terriers eran de todo menos agresivos fuera del campo de batalla y que evitaban las peleas. A pesar de que, en las estadísticas sobre la frecuencia de mordeduras, esta raza está a la misma altura que un teckel, los bull terrier están en la lista de perros potencialmente peligrosos (PPP). Los motivos son varios, pero se deben menos a la naturaleza del can que al cometido de criadores y cuidadores irresponsables, que intentan compensar su carente autoestima con la tenencia de un peligroso perro de pelea.

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Aspecto

Con una cabeza en forma de huevo, una nariz encorvada y unos ojos estrechos, los bull terrier no se corresponden con el ideal de belleza canino actual. Es posible que justo este aspecto particular sea lo que les gusta tanto a los amantes de los bull terrier. La curvatura hacia abajo de su cabeza vista de perfil es parte de la imagen de la raza hoy en día. Esta raza debe esta nariz romana a los intentos de cría de Raymond Oppenheimer y su Ormandy Zwinger. Las pequeñas y delgadas orejas están colocadas muy juntas, erguidas y apuntando hacia arriba.

El bull terrier miniatura

El aspecto de este can ha cambiado bastante a lo largo de la historia de su cría. No solo la cabeza, sino también el tamaño y el color han sufrido cambios en el estándar de la raza. Mientras que al comienzo de la reproducción todavía se criaba en una variedad de tamaños, hoy en día, los bull terrier con una altura a la cruz por debajo de los 35,5 cm pertenecen a la raza independiente del bull terrier miniatura (estándar de la raza de la FCI número 359). La altura de la cruz de la versión más grande está entre 40 y 55 cm.

Una particularidad de esta raza es que el estándar no especifica una altura o un peso determinados, como sí lo hace para otras razas. La única exigencia es que el tamaño y el peso deben estar en armonía. Este perro musculoso y bien formado debe tener un físico equilibrado con un máximo de sustancia, lo que, por supuesto, no significa que deba tener el peso máximo. La agilidad y la velocidad son características del bull terrier desde los comienzos de su cría.

Colores del bull terrier

Mientras que, en un principio, esta raza de perros inglesa, solo se criaba de color blanco puro, desde 1933, el British Kennel Club también reconoce a los bull terrier de otros colores. Estos se originaron por medio del cruce con la raza staffordshire bull terrier a comienzos del siglo XX. Aunque en un principio se criaron por separado, desde 1950 se han permitido cruces de perros blancos y de color. Hoy los bull terriers existen en colores negros, atigrados, rojos, leonados y tricolores. El color correspondiente debe ser el predominante, se aceptan manchas en la cabeza, pero el color azul no está permitido.

El pelaje del bull terrier es algo brillante, corto y de tacto duro. Algunos representantes de esta raza desarrollan un agradable y cálido subpelo durante el invierno.

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Carácter del bull terrier

Los bull terrier siempre han tenido mala fama. Se les considera agresivos y mordaces. No es de extrañar, pues en muchos países están en la lista de PPP (perros potencialmente peligrosos), es decir, que tener un bull terrier puede estar sujeto a aprobación o incluso puede estar prohibido.

Pero si observas la naturaleza de esta raza de cerca podrás hacerte una imagen totalmente diferente: los bull terrier son muy cariñosos y cercanos a las personas. Están muy unidos a su cuidador y disfrutan mucho del contacto físico. El estándar de la raza número 11 de la FCI (Federación Cinológica Internacional) los describe como perros de temperamento equilibrado y obediente, y, aunque testarudos, son muy amigables.

Educación y socialización

Al igual que muchas otras razas de perro, los bull terrier tienden a ser dominantes. Debido a su inteligencia y su alta autoestima son algo críticos en cuanto a los comandos de su humano y un poco tercos en lo que respecta las tareas que les parecen inútiles. Por eso es muy importante empezar con la educación del bull terrier lo antes posible y acostumbrarlo desde cachorro a las reglas de las personas. Con una educación consecuente y una socialización completa es posible hacer que un perro de la raza bull terrier sea un perro de familia disciplinado y equilibrado. Su naturaleza juguetona y su carácter animado sale a la luz sobre todo con el trato con niños, sin embargo, los niños pequeños no deben jugar con ellos sin supervisión. Después de todo, incluso los pequeños necesitan aprender primero a lidiar con el temperamento ardiente y el frenesí juguetón del bull terrier.

Es un perro muy amable con su familia, pero desconfiado con los desconocidos. Sin embargo, gracias a su carácter estable, nunca ataca sin motivo. Las agresiones no son una solución para el pacífico bull terrier, aunque en situaciones de peligro grave, no dudaría en defender a sus protegidos humanos con valentía. Se muestra combatiente frente a otros de su misma especie. Esto podría convertirse en un comportamiento territorial peligroso, sobre todo, en los perros que han tenido poca educación y socialización. Una socialización temprana y una educación estricta son necesarias para una armonía tanto entre el perro y el humano como entre los propios perros.

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Cría y salud

Para mejorar la reputación del conocido perro de pelea, la amigabilidad es el criterio principal para la elección de ejemplares adecuados para la cría. El estándar de la raza especifica con claridad que, a pesar de su terquedad, los bull terriers son muy buenos con sus humanos. Los canes que no superan estas pruebas esenciales, es decir, que son agresivos o tienen un carácter inestable, no pueden usarse para la cría.

Si estás pensando en tener un cachorro bull terrier, es importante que te dirijas a un criador serio. Esta es la única manera de saber con seguridad que se trata de un perro bull terrier de raza pura, que cumple con los requisitos del estándar de la raza y con el que no tendrás sorpresas desagradables referentes a la socialización. Tómate tiempo suficiente tanto para la elección del cachorro como la del criador. No te cortes y hazle todas las preguntas que tengas referentes a las condiciones de la cría y el estado de salud de los cuadrúpedos. El criador debe tener muchos años de experiencia en la tenencia de bull terriers y formar parte de una asociación. Un criador consciente, al que el bienestar de su raza de perros le importa, estará encantado de darte información sobre el criadero, la madre y de mostrarte sus certificados.

Enfermedades del bull terrier

Dado que la raza bull terrier tiende a padecer hernias umbilicales, sordera (en los perros blancos), tumores, enfermedades cardiovasculares, así como enfermedades de riñón y de las articulaciones, el criador tiene que hacerles varias pruebas sobre las enfermedades nombradas a sus crías. No solo se debe considerar a los cachorros, sino también a los padres y a los hermanos al evaluar el estado de salud. Los cachorros sanos sin predisposición genética a una enfermedad se consideran bastante robustos y alcanzan la edad de aproximadamente 10 años. Además de las vacunas y de los controles necesarios, las visitas al veterinario en este caso son bastante raras.

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Alimentación para bull terrier

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Los desencadenantes de una enfermedad, aparte de los factores hereditarios, suelen ser los errores en cuanto a la alimentación. Por ejemplo, un contenido demasiado alto en proteína suele tener un efecto perjudicial en la salud de la piel de esta raza. Sobre todo, los bull terrier blancos tienden a enfermedades en la piel, por lo que necesitan una alimentación equilibrada y baja en proteína. Una dieta reducida en proteína cuida el organismo y en especial los riñones del can. En los ejemplares de la raza en los que algún antecesor ha tenido alguna enfermedad renal, una dieta incorrecta puede tener consecuencias nefastas.

Dado que los bull terrier suben de peso con facilidad no se les debe dar raciones muy grandes. Además, el alimento debe ser bajo en grasas y fácil de digerir. Para cubrir las necesidades nutricionales de un bull terrier, las comidas diarias deben estar compuestas por un 60 % de carne (si es fresca, mejor) y un 40 % de verdura, fruta y cereal (arroz). Si quieres más información sobre las necesidades de tu perro, que varían según el sexo, el peso, la edad y la cantidad de ejercicio, lo mejor es que te pongas en contacto con tu criador o tu veterinario. Además, tu peludo debe tener siempre suficiente agua fresca en su bebedero.

Tenencia y cuidados

Los cuidados del bull terrier son fáciles y no requieren de mucho tiempo. El corto y liso pelaje ha de peinarse solo una vez a la semana. Por lo demás solo queda cortarle las uñas con regularidad y limpiarle los ojos y las orejas.

La educación y la tenencia de este perro de raza requieren de más esfuerzo y experiencia. 

Para tener un bull terrier es necesario tener una buena autoestima, pues el estigma de la peligrosa raza canina a menudo trae consigo una serie de dificultades. A parte de las restricciones en cuanto a la tenencia, la cría y la importación de los bull terriers, además, es frecuente tener que luchar contra los prejuicios y la hostilidad de otras personas. Aquellos que tienen un bull terrier tendrán que acostumbrarse a las miradas despectivas, las reacciones histéricas o las dificultades a la hora de encontrar una vivienda. Antes de adquirir un perro de esta raza piénsate bien si te ves capaz de lidiar con este tipo de reacciones.

Un bull terrier no es nada apropiado para personas inexpertas e inseguras. No solo otras personas, sino también tu can se aprovechará de tu inseguridad. El fuerte carácter de estos peludos los lleva a tomar el mando con facilidad cuando sus cuidadores no son ni consecuentes ni seguros. Incluso los cachorros son sorprendentemente fuertes, y si están bajo el mando equivocado pueden desarrollar comportamientos muy peligrosos.

Entretenimiento y disciplina para el bull terrier

Los bull terrier tienen por naturaleza un instinto protector y suficiente valentía y dureza para expresarlo si es necesario. Por eso es muy importante que tengan una educación temprana y consecuente para poder confiar y obedecer a su cuidador de forma equilibrada y disciplinada. Los canes de esta raza, con una buena educación y una socialización temprana, son unos perros de familia muy agradables, que, aunque tengan una buena autoestima, son muy empáticos, fieles y amigables con sus humanos. Los deportes para perros, como el agility, son ideales para mantener a raya la gran energía de tu peludo. Al fin y al cabo, este atlético perro inglés necesita suficiente ejercicio y ocupación, además de mucha atención.

Si consigues lidiar con todas las dificultades que conlleva tener un bull terrier, mantenerle ocupado y educarle, puede que estés ayudando a transformar la imagen de esta raza tan especial.

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