Leucemia felina (VLFe) 

Si tu gato está débil y tiene fiebre con frecuencia, es posible que tenga leucemia felina. Pero ¿qué la provoca y cuál es el pronóstico? En este artículo respondemos a estas preguntas.

¿Es muy peligrosa?

La leucemia felina es una de las enfermedades más temidas. Tras los síntomas generales iniciales, los gatos suelen desarrollar cáncer y otras enfermedades concomitantes. En general, los gatos con VLFe fallecen a los tres años.

Síntomas de la leucemia felina

En función del sistema inmunitario, el tipo de virus y la fase, los gatos responden de distintas maneras. Al principio solo muestran síntomas generales, como, por ejemplo:

• Debilidad
• Fiebre
• Inflamación y enrojecimiento de la mucosa bucal

Síntomas específicos

Varios meses después aparecen las enfermedades asociadas a la VLFe, que dañan múltiples órganos. Por ejemplo, puede que la médula ósea ya no produzca suficientes glóbulos (supresión de la médula ósea).

Esto, a su vez, provoca anemia e inmunosupresión. Como consecuencia, pueden aparecer los síntomas siguientes:

• Mala cicatrización
• Incremento de las otitis
• Pelaje mate

Propensión a otras enfermedades

Esto aumenta el riesgo de infecciones secundarias bacterianas y víricas, así como de enfermedades oculares, renales y gastrointestinales.

Además, los gatos con leucemia felina tienden a desarrollar cáncer (p. ej., linfoma o fibrosarcoma). Además de los daños hepáticos y síntomas nerviosos, la muerte fetal, la linfadenopatía y los problemas respiratorios son posibles complicaciones.

Diagnóstico: ¿cómo se detecta?

Los veterinarios necesitan mucho tiempo para distinguir la leucemia felina de enfermedades similares (p. ej., la inmunodeficiencia felina o tumores). Un punto de partida importante es el estado de vacunación del gato.

Si no está vacunado, el veterinario lo explora a fondo y le extrae sangre. Con un test rápido puede comprobar si hay presencia de virus en la circulación sanguínea del gato.

Si el test sale negativo, esto no significa que el gato no tenga leucemia. De hecho, es posible que los virus se escondan en la médula ósea. En este caso, solo puede detectarse el ADN de los virus con una PCR (reacción en cadena de la polimerasa).

Tratamiento ¿cómo se trata?

Por desgracia, no existe cura para la leucemia en gatos. Lo único que se puede hacer es aliviar los síntomas con medidas coadyuvantes, como, por ejemplo:

• Medicamentos antivirales y quimioterapéuticos
• Antibióticos o antimicóticos para combatir las infecciones secundarias, en caso de haberlas
• Terapia de líquidos y electrolitos por goteo intravenoso

Además, los veterinarios recomiendan una dieta equilibrada.

Costes del tratamiento

Los costes del tratamiento de la leucemia felina dependen de los exámenes necesarios y de la medicación. Además, las complicaciones pueden incrementar estos costes. En total, el tratamiento puede llegar a costar cientos de euros.

Pronóstico: ¿cuáles son las probabilidades de curación?

Si tu gato se ha infectado del VLFe, pero está sano, es muy probable que pueda combatir los virus. En cambio, si tiene el sistema inmunitario debilitado, cabe la posibilidad de que desarrolle la enfermedad.

En este caso, debes hacerte a la idea de que morirá en unos tres años. En cualquier caso, pide asesoramiento al veterinario para aliviar su sufrimiento.

Causas: ¿cómo contraen leucemia los gatos?

La leucemia (del griego leukos = blanco y haima = sangre) designa un cáncer que provoca una sobreproducción de glóbulos blancos (leucocitos) inmaduros y alterados.

En los gatos, el virus de la leucemia felina (VLFe), presente en todo el mundo y cancerígeno, desempeña un papel primordial en la aparición de la enfermedad. No obstante, si la infección provoca o no la enfermedad es algo que depende del estado inmunitario del gato, del tipo de virus (a, b o c) y de la cantidad ingerida.

Contagio: ¿cómo se infectan los gatos del virus?

Los gatos jóvenes y los de exterior son muy propensos a contagiarse de leucemia. Suelen infectarse en lugares donde conviven muchos gatos, como en protectoras, exhibiciones u hogares con varios gatos. Aquí, la carga viral puede ser muy alta.

Los gatos se contagian por contacto directo con secreción nasal y ocular, heces, orina, saliva y leche contaminadas. Las peleas territoriales también son un foco de infección.

Además, los gatos también se pueden contagiar del VLFe por contacto indirecto con areneros o comederos. Por otra parte, los virus de la leucemia se transmiten a los fetos a través del útero materno. El contagio puede tardar meses o incluso años.

Por otra parte, el riesgo de contagio disminuye con la edad. De hecho, es incluso posible que el gato desarrolle inmunidad con el paso de los años.

Evolución de la enfermedad

Si un gato se infecta del virus de la leucemia felina, la enfermedad se desarrolla en cuatro fases:

Prevención: cómo proteger a tu gato

Si quieres adoptar un gato joven o acabas de hacerlo, toma nota de lo siguiente:

Vacuna

Si quieres proteger a tu gato del virus de la leucemia felina, deberías vacunarlo en el veterinario.

Para que la protección sea eficaz, los veterinarios inyectan la dosis dos veces: a partir de la novena semana de vida y tres o cuatro semanas después. A continuación, la vacuna se debe inocular una vez al año.

Los estudios han demostrado que los gatos mayores no son tan propensos a infectarse. Por eso, actualmente se recomienda vacunar regularmente solo a los gatos de menos de siete años.

A partir de ahí, se debe decidir individualmente si la vacuna es necesaria en función de las condiciones de vida. El veterinario te asesorará al respecto.

Gato positivo en el hogar

Si tu gato ha dado positivo, la vacuna ya no puede actuar como es debido. Por eso, es conveniente vacunarlo solo si el test ha dado negativo.

Si tu gato ya tiene leucemia felina, toma nota de las medidas preventivas siguientes para proteger a otros gatos:

• Hazles una prueba de infección de VLFe a los demás animales del hogar.
• Separa a los gatos enfermos de los sanos.
• Limpia y desinfecta regularmente las zonas y objetos contaminados (p. ej., el arenero, el comedero y los bebederos).