Hay una gran variedad de cánceres felinos que se diferencian radicalmente en la frecuencia, el origen y el pronóstico. El fibrosarcoma en gatos es el tumor mesenquimal más frecuente en felinos.
Fibrosarcoma en gatos
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Un fibrosarcoma es un tipo de tumor maligno y peligroso.
Índice
¿Es muy peligroso el fibrosarcoma en gatos?
Por desgracia, el pronóstico de un fibrosarcoma en gatos es malo porque estos tumores suelen ser infiltrativos. Esto hace que vuelvan a aparecer en un 60-75 por ciento de los gatos operados (recidiva).
Además, la extirpación quirúrgica de un fibrosarcoma es muy complicada a nivel técnico. De hecho, el veterinario no solo tiene que extirpar el tumor en sí, sino también gran parte del tejido circundante.
A veces es incluso necesario amputar la extremidad afectada.
Síntomas del fibrosarcoma en gatos
Es habitual que el cuidador del gato note un bulto bajo la piel al acariciarlo. Si este bulto aún es muy pequeño, la mayoría de gatos no presentan ningún síntoma más.
Sin embargo, en función de su agresividad, el tamaño del tumor puede aumentar en pocas semanas o meses. Si, además, se forman metástasis en otros órganos, el estado del gato puede empeorar repentinamente.
En ese caso, pueden aparecer otros síntomas, como disnea o ataxia.
¿Qué gatos son más propensos?
El fibrosarcoma felino afecta más a gatos mayores, de entre ocho y doce años, independientemente del sexo y la raza. Estos tumores suelen aparecer en el tronco, las extremidades inferiores y los pabellones auditivos.
¿Cuándo hay que ir al veterinario?
Como el fibrosarcoma es un tumor maligno, debes llevar a tu gato al veterinario en cuanto lo detectes. Da igual si el bulto es pequeño y no parece que le dé problemas al gato.
Importante: Cuanto más pequeño es el tumor, mejor es el pronóstico.
Diagnóstico: ¿cómo se detecta?
Cualquier bulto inusual en la piel de los gatos y otros animales lo debe examinar un veterinario. Cuanto antes se realice el diagnóstico, más podrás ayudar a tu gato. Las pruebas siguientes son útiles para descartar un fibrosarcoma en gatos:
- Análisis de sangre:el veterinario puede analizar la sangre del gato en busca del virus de la leucemia felina (VLFe).
- Métodos de imagen:con una ecografía, el veterinario puede observar el interior del engrosamiento. Por ejemplo, un núcleo líquido es indicativo de un absceso (en lugar de un tumor). Con una radiografía se pueden buscar metástasis en otros órganos.
- Punción aspirativa con aguja fina:con una muestra de tejido, el veterinario puede realizar un examen histológico para buscar ciertos tipos de células y características. Un fibrosarcoma presenta células en forma de husillo o células en grupos pequeños. El núcleo de las células es ovalado y tiene nucléolos. En un fibrosarcoma suelen observarse células gigantes con varios núcleos.
Tratamiento del fibrosarcoma en gatos
El tratamiento del fibrosarcoma en gatos depende del tamaño y la localización del tumor. No obstante, la fase de la enfermedad y el estado de salud del gato también son importantes.
Si el fibrosarcoma es muy pequeño y no hay metástasis, el veterinario puede extirparlo junto con el tejido circundante bajo anestesia.
Quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia
Si el tumor se encuentra en una zona de difícil acceso y el veterinario no puede extirpar todo el tejido tumoral, a veces es necesario recurrir a quimioterapia (p. ej., con doxorrubicina) o radioterapia.
Si el gato tiene una recidiva o metástasis, la inmunoterapia con citoquinas puede ayudar (IL-2). Estas pueden impedir o retrasar la aparición de metástasis o recidivas reforzando el sistema inmunitario.
Causas: ¿qué es un fibrosarcoma en gatos y cómo aparece?
El fibrosarcoma en gatos es un tumor mesenquimal maligno que se forma en el tejido conjuntivo (p. ej., en la piel). Se caracteriza por su aspecto redondeado y grisáceo, y puede ser blando o sólido.
Con frecuencia se producen adherencias con las capas de piel circundantes. En comparación con otros tipos de tumores, el fibrosarcoma en gatos suele formar recidivas tras su extirpación. En cambio, es raro que se formen metástasis en el pulmón, que empeorarían el pronóstico.
¿Qué células se ven afectadas?
El origen del fibrosarcoma se revela ya en el nombre: el prefijo fibro deriva de su célula originaria, el fibroblasto. Es una célula activa del tejido conjuntivo que produce colágeno y desempeña un papel importante en la curación de heridas.
Por otra parte, la palabra sarcoma indica que se trata de un tumor maligno de tejido mesenquimal. La mesénquima es un tipo de tejido que se forma ya en el estado embrionario del gato. Más tarde, esta mesénquima dará lugar a diferentes tipos de tejido conjuntivo y de soporte.
Un sarcoma también puede formarse a partir de células de sangre, grasa, huesos y cartílagos. Además, su origen puede encontrarse en los músculos o tendones.
¿Cuáles son los causantes?
Es frecuente que los tumores aparezcan por una mutación, es decir, una alteración aleatoria de la información genética. Esto puede pasar en cualquier momento y no tiene por qué existir una causa particular.
Sin embargo, el fibrosarcoma felino presenta una formación peculiar. Este cáncer puede producirse después de una vacuna (p. ej., contra el VLFe o la rabia) en la zona del pinchazo. Este fibrosarcoma asociado a vacunas suele ser más agresivo y presenta un riesgo de recidiva bastante más alto.
Riesgo del fibrosarcoma asociado a vacunas:
Hay estudios que afirman que el riesgo de que un gato tenga un fibrosarcoma por culpa de una vacuna es de uno entre 3000 o uno entre 10 000, según la vacuna.
Es menos frecuente que una infección por el virus del sarcoma felino (VSFe) derive en un fibrosarcoma en gatos. Este virus causante de tumores proviene del virus de la leucemia felina (VLFe).
Pronóstico: ¿cuáles son las probabilidades de curación?
El pronóstico del fibrosarcoma en gatos suele ser malo debido al riesgo de recaída. Por eso, es recomendable pedir un asesoramiento exhaustivo al veterinario sobre los riesgos y opciones.
Prevención: ¿se puede prevenir?
Debido al alto porcentaje de fibrosarcomas asociados a vacunas, los veterinarios inyectan estas bajo la piel, no en los músculos.
Además, los veterinarios cada vez apuestan más por inyectarlas en la pared abdominal lateral. De este modo, se aseguran de que los fibrosarcomas solo se formen en zonas accesibles, para que sean más fáciles de extirpar en caso de intervención.