Seguro que alguna vez te ha dolido un diente a rabiar. Pues bien, la FORL en gatos es como mínimo la misma tortura para nuestros mininos.
FORL en gatos

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FORL en gatos: no siempre se reconoce inmediatamente.
Síntomas: ¿cuáles son los signos de la FORL en gatos?
Los gatos son muy duros de pelar. Aunque tengan fuertes dolores, estos pasan desapercibidos a muchos cuidadores. Es muy posible que tu gato sufra la dolorosa enfermedad dental llamada lesión resortiva odontoclástica felina (FORL), pero que te oculte el dolor de dientes.
¿Cómo puedes detectar si tu gato está sufriendo en silencio? Las preguntas siguientes te pueden servir de ayuda. Sí respondes sí, cabe la posibilidad de que tu gato tenga dolor de dientes:
- ¿No toca la comida fría?
- ¿Ya no come?
- ¿A veces rechina los dientes?
- ¿Saliva más al comer?
- ¿Se asusta al masticar, especialmente el pienso?
- ¿Usa solo un lado de la mandíbula para comer (masticación unilateral)?
- ¿A veces ladea la cabeza?
- ¿Le huele mucho la boca?
Diagnóstico: ¿cómo se detecta?
Confirmar la presencia de FORL en gatos no siempre es fácil para los veterinarios. Para evaluar el tejido no visible desde fuera (p. ej., las raíces), la FORL requiere métodos de imagen, como radiografías dentales.
Solo viendo la radiografía, el veterinario puede identificar los dolorosos dientes con FORL que parecen sanos desde fuera.

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Terapia: ¿cómo se trata esta enfermedad dental?
Si tu gato tiene una FORL, el veterinario debe extraer los dientes afectados. Esta extracción se realiza con anestesia y puede durar varias horas, en función de la magnitud.
El problema es que, con frecuencia, los dientes con FORL no se pueden sacar. Por tanto, el veterinario debe extraerlos más o menos y eliminar los restos de raíz de la mandíbula taladrando.
Esperanza de vida con FORL: ¿Cuál es el pronóstico?
El FORL no solo afecta a dientes individuales, sino que siempre se extiende por toda la dentición. Para evitar que tu gato sufra dolor, debes aceptar la extracción de dientes recomendada por tu veterinario.
No te preocupes por si tu gato seguirá siendo capaz de enfrentarse a la vida cotidiana. Los gatos pueden arreglárselas muy bien sin dientes y la experiencia demuestra que pueden comer alimentos blandos sin problemas. Los gatos con FORL no tienen necesariamente una esperanza de vida menor.

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Prevención: ¿se puede prevenir?
Dado que se desconoce la causa de la FORL en gatos, por desgracia no se puede prevenir. Sin embargo, es importante lavarle los dientes al gato regularmente y pedir a un profesional que elimine la placa y el sarro. Examínale la cavidad bucal de vez en cuando para detectar rojeces causadas por gingivitis o enfermedades del periodonto (p. ej., periodontitis).
Causas: ¿cuáles son las causas?
Las siglas inglesas FORL significan Feline Odontoclastic Resorptive Lesion (lesión resortiva odontoclástica felina). Se trata de una enfermedad dental degenerativa frecuente en gatos que provoca orificios muy dolorosos en los dientes.
También se la conoce como lesión resortiva del cuello dental o falsa caries. El primer término se debe a que estas erosiones suelen observarse en la zona del cuello dental. Esta es la unión de la corona con la raíz.
¿Por qué aparecen orificios por FORL?
Durante la formación del diente (odontogénesis), unas células especiales del tejido conjuntivo —odontoblastos— forman la fase previa de la dentina. Cuando el cuerpo le extrae el agua a esta fase previa e incorpora minerales, se forma la dentina sólida.
Los adversarios de los odontoblastos son los odontoclastos. Estos tienen el cometido de reabsorber la dentina durante el cambio de dientes. Así pues, son devoradores de dentina y eliminan la sustancia dental dura de los dientes de leche.
Y aquí está la clave del asunto que nos ocupa. Por algún motivo que aún se desconoce, en la FORL el cuerpo activa los odontoclastos fuera del cambio de dientes. La consecuencia es que devoran el tejido dental duro, formando agujeros profundos.
La FORL en gatos es una enfermedad independiente diferente de la caries bacteriana.