Deshidratación en gatos: ¿mi gato bebe suficiente agua? This article is verified by a vet

Deshidratación en gatos

Se dice que los humanos tenemos que beber entre dos y dos litros y medio de agua al día. No siempre lo conseguimos y por la noche a veces tenemos dolor de cabeza y mal humor. Pero ¿cuánto líquido tienen que beber nuestros gatos para no estar deshidratados? ¿Y cómo saber si un gato está deshidratado o ha bebido suficiente? Aquí te revelamos los hechos más importantes sobre la deshidratación en gatos.

¿Cuánto tiene que beber mi gato?

La cantidad de agua que tu gato necesita se puede calcular por medio de estos factores:

  • Peso (los gatos beben una media de 45 mililitros por kilogramo de peso corporal)
  • Contenido de agua en la comida
  • Temperatura ambiente
  • Nivel de actividad del gato

¿Cómo sé si mi gato está deshidratado?

Muchos gatos son de exterior y beben agua de charcos, piscinas y otros depósitos de agua durante sus excursiones. En este caso, dejan el bebedero intacto, de modo que solo beben líquido si les das comida húmeda. Este es el motivo por el que a menudo no podemos saber cuánta agua ha bebido realmente nuestro gato.

¿Cómo saber si un gato está deshidratado? Para ello existe un truco sencillo que funciona aun sin tener conocimientos veterinarios:

El agua la absorben todas las células del cuerpo, incluidas las de la piel. Si hay mucha agua en el cuerpo y las células están repletas, la piel se tensa. Si el gato está deshidratado y las células están vacías, la piel está flácida y arrugada.

Compruébalo levantando con cuidado el pliegue nucal del gato y soltándolo de golpe. Si la piel vuelve a su sitio rápidamente, no está deshidratado. Sin embargo, si tarda mucho en volver a su sitio, esto es signo de deshidratación.

Esto también se puede observar en los ojos del gato. Los gatos deshidratados tienen los ojos hundidos.

¿Qué es la deshidratación?

Con el término deshidratación, los médicos designan una reducción del contenido de agua en el cuerpo. Por lo tanto, es un déficit de agua. Dado que esto puede venir provocado por muchas causas diferentes, no es una enfermedad independiente, sino un síntoma.

El equilibrio hídrico es imprescindible para todos los seres vivos. El agua proporciona a las células la forma necesaria y, al mismo tiempo, sirve de refrigerante en días calurosos. Además, contiene minerales importantes, como el sodio.

Este es un componente electrolítico de la sal necesario para la transmisión de estímulos nerviosos, la actividad cardíaca y la musculatura. Normalmente, los riñones retienen el sodio en el cuerpo y el agua se expulsa en forma de orina. Por lo tanto, un trastorno de la función renal puede provocar alteraciones en el equilibrio de agua y electrolitos.

En función de cómo aparezca, una deshidratación puede ir acompañada de una alteración del equilibrio electrolítico. Por lo tanto, la pérdida de agua se divide en tres formas:

Deshidratación isotónica: el prefijo iso proviene del griego y significa igual. Tonus, por su parte, significa presión. Con esta forma de deshidratación, la proporción de agua y sodio en el gato está equilibrada.

Deshidratación hipertónica: si solo se produce una pérdida de líquido, la proporción de sodio en el cuerpo es demasiado alta. Una causa conocida es la diabetes insípida, por la que aumenta la excreción de agua a través de la orina.

Deshidratación hipotónica: aquí, la pérdida de sal es mayor que la de agua. Esto puede provocar retención de agua en los tejidos, como un edema cerebral.

Nota: La deshidrogenación no es sinónimo de deshidratación. En química, la deshidrogenación es la pérdida de átomos de hidrógeno o la reacción química correspondiente.

Causas de un déficit de agua

La mayoría de gatos están deshidratados por una falta de ingesta de agua. Cuanto menos beben, menos líquido tienen en el cuerpo. En los meses calurosos del año es cuando sucede más frecuentemente.

Hay otras causas de la deshidratación en gatos, como los síntomas de enfermedades subyacentes siguientes:

  • Vómitos y diarrea como consecuencia de enfermedades infecciosas o intoxicaciones
  • Daños renales graves
  • Insuficiencia renal(enfermedad de Addison)
  • Quemaduras
  • Tratamiento con medicamentos diuréticos
  • Diabetes insípida
Deshidratación en gatos
En la mayoría de casos, los gatos están deshidratados por una falta de ingesta de agua.

¿Qué puede pasar si mi gato está deshidratado?

La gente suele infravalorar un déficit de agua, y no solo en verano. Y es que, con temperaturas bajas, los gatos también pueden tener el equilibrio hídrico alterado. En función de la causa, pueden aparecer síntomas graves. Cuando el déficit de agua es importante, es indispensable acudir al veterinario.

Los gatos deshidratados pueden sufrir estos efectos:

  • Mal estado general e incluso pérdida del conocimiento
  • Reducción o ausencia de la excreción de orina
  • Uremia: síntomas de intoxicación por la falta de expulsión de sustancias de la orina (p. ej., urea, ácido úrico o creatinina)
  • Hipotensión

Un déficit de agua importante también puede producir exicosis, que es una deshidratación extrema del cuerpo. Este estado puede ser mortal para el gato.

¿Cómo se trata la deshidratación en gatos?

Si el gato presenta signos de un fuerte déficit de agua, el veterinario puede administrársela con una terapia de fluidos. El líquido (infusión) se puede administrar bajo la piel o por las venas.

La composición de la infusión depende del tipo de deshidratación:

  • Isotónica: soluciones isotónicas, como la solución Ringer
  • Hipertónica: solución isotónica y solución azucarada al cinco por ciento
  • Hipotónica: solución isotónica y sodio

Cómo prevenir la deshidratación en gatos

Con una alimentación con pienso seco, los gatos tienden a padecer deshidratación. Por eso, para mantener el equilibrio hídrico y electrolítico ideal, es recomendable darle también comida húmeda. Hay incluso algunos tipos de comida que contienen más agua. También es aconsejable lavar el bebedero a diario y tener varios bebederos o fuentes con agua fresca en casa.


Franziska G., Veterinaria
Profilbild von Tierärztin Franziska Gütgeman mit Hund

Me formé como veterinaria de forma íntegra en la Universidad Justus-Liebig Gießen en Alemania, donde pude adquirir experiencias en diversas áreas como medicina para roedores y animales pequeños, animales grandes y animales exóticos, así como farmacología, patología e higiene de los alimentos. Desde entonces, además de trabajar como autor veterinario, he estado trabajando en mi tesis doctoral de carácter científico. Mi objetivo es conseguir proteger mejor a los animales de los patógenos bacterianos que causan las enfermedades. Además de mis conocimientos veterinarios, también comparto mi propia experiencia como cuidadora de mi perro, por lo que puedo entender y aclarar miedos y problemas, así como otras cuestiones importantes sobre la salud de los animales.


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