Si tu gato se rasca mucho, se le forman calvas en el pelo o tiene eccemas y costras en la piel, la causa podría ser una infestación de ácaros. En este artículo aprenderás todo lo que hay que saber sobre los ácaros en gatos.
Ácaros en gatos

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El picor suele ser el primer signo de una infestación de ácaros en gatos.
¿Qué son los ácaros?
Los ácaros son ectoparásitos. Esto significa que no viven en el cuerpo del huésped, sino en la superficie, en este caso, la piel.
Son pequeños arácnidos que, en función de la especie, no se ven a simple vista o a duras penas. Cuando encuentran un huésped, se alimentan de su sangre y escamas cutáneas.
Esto no solo suena desagradable, sino que lo es. Estas infestaciones provocan prurito, caída del pelo, eccemas y costras. Además, los parásitos son potencialmente contagiosos para las personas y otros animales. Por ejemplo, las infestaciones de ácaros en perros son muy frecuentes.
¿Qué tipos de ácaros en gatos hay?
Existen numerosos tipos de ácaros que pueden infestar a los gatos. Aquí te presentamos los más importantes:
Ácaro del oído (Otodectes cynotis)
Los ácaros del oído son el tipo de ácaro más frecuente en gatos. Una infestación de estos ácaros se conoce como otitis externa parasitaria y la transmisión suele producirse de animal a animal.
Estos ácaros colonizan los oídos del gato, donde les pican la piel para alimentarse de las secreciones corporales. El cuerpo del gato, a su vez, reacciona a la saliva de los parásitos con una inflamación. Los ácaros del oído son responsables de alrededor del veinte por ciento de todas las otitis externas.
Por lo tanto, una infestación de este tipo la debe tratar el veterinario. De lo contrario, la inflamación podría propagarse al oído medio y al interno.
Ácaro de la cosecha (Neotrombicula autumnalis)
Los ácaros de la cosecha aparecen al final del verano y en otoño, a veces incluso al principio del verano. En este momento, las larvas, que viven en la tierra, salen del huevo.
Suben por los tallos de hierba hacia la luz y esperan a que llegue un huésped, que necesitan para desarrollarse. Los ácaros de la cosecha solo suelen afectar a gatos de exterior.
Se alimentan de la sangre del gato y lo abandonan cuando han terminado de desarrollarse. Los síntomas siguientes apuntan a una infestación de ácaros de la cosecha:
- Picor acompañado de rascado
- Enrojecimiento de la piel y costras
- Acumulación de larvas de ácaro naranjas
A diferencia de la mayoría de ácaros en gatos, los ácaros de la cosecha se pueden reconocer muy bien por su color naranja vivo en todas las fases de desarrollo.

Caspa ambulante
La caspa ambulante viene provocada por los ácaros Cheyletiella, que viven en el pelo del gato. Ahí, las hembras ponen sus huevos, que se convierten en ácaros completamente desarrollados en tres semanas.
La transmisión tiene lugar de animal a animal y los más afectados suelen ser los gatos y los perros. Una infestación de estos ácaros no suele tener consecuencias graves, pero puede irritarles la piel a algunos animales.
Demodex cati
Los ácaros Demodex cati viven en los folículos pilosos y en las glándulas sebáceas y sudoríparas del gato. No provocan picor ni otros síntomas patológicos. Tampoco son contagiosos.
El problema viene cuando estos ácaros se reproducen masivamente. En este caso, se desarrolla el cuadro clínico de la demodicosis, que es muy poco frecuente en gatos. Solo aparece en combinación con otras enfermedades que debilitan el sistema inmunitario del gato. Estas pueden ser, por ejemplo, la diabetes mellitus, la leucemia (VLFe) o la inmunodeficiencia felina (VIF).
Los ácaros demodex también afectan a los perros.
Sarcoptes
Los ácaros Sarcoptes (conocidos también como aradores de la sarna) son muy raros en gatos. El sobrenombre aradores no es casual, ya que estos ácaros excavan túneles en la superficie de la piel del gato. Ahí se alimentan de queratina y liquido tisular.
Además, las hembras ponen sus huevos en los túneles. Pasadas solo tres semanas, salen ácaros nuevos de los huevos que viven en el sistema de túneles bajo la piel.
Diagnóstico: ¿cómo se detectan?
El método más habitual para detectar ácaros en gatos son las improntas o los raspados cutáneos superficiales. Para ello, el veterinario pega una tira adhesiva en las zonas de piel sospechosas o raspa pelos y células cutáneas de las capas superficiales de la piel con un escalpelo. Los ácaros se pueden ver bajo el microscopio.
Si sospecha de ácaros del oído, el veterinario extrae un frotis del conducto auditivo. Esta muestra también la observa bajo el microscopio o la envía a un laboratorio.

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Tratamiento: ¿qué opciones hay?
Para combatir los ácaros en gatos de la manera más eficaz posible, debes realizar un tratamiento en varias fases. Normalmente, este se compone de los elementos siguientes:
- Medicamentos especiales contra los ácaros (acaricidas)
- Tratamiento de todos los animales de contacto
- Limpieza del entorno (habitaciones, comederos, camas, etc.)
- Antibióticos y medicamentos antialérgicos (en caso de infecciones secundarias bacterianas y picor intenso)
El tratamiento siempre debe realizarse después de hablar con el veterinario y siguiendo sus consejos.
Prevención: ¿cómo se previenen?
Los ácaros en gatos se pueden prevenir con unas pocas acciones. En primer lugar, debes practicar una profilaxis parasitaria regular con collares, pipetas o comprimidos. Repítela a intervalos regulares.
Otro elemento importante es la higiene. Limpia regularmente las camas, bebederos, comederos, juguetes y productos de cuidado del pelo de tu gato.