Celos en gatos

Celos en gatos

Los celos son un sentimiento negativo que los gatos también pueden tener.

Los celos son una emoción compleja que describe el miedo a no recibir suficiente amor. Pues bien, a los amantes de los animales nos surge la pregunta: ¿existen los celos en gatos? Y, en caso afirmativo, ¿cómo se expresan los gatos celosos?

¿Los gatos sienten celos?

El mundo de emociones de los animales domésticos y salvajes todavía se está estudiando. Por tanto, los científicos aún no pueden afirmar con certeza si son capaces de sentir emociones complejas, como la envidia o la vergüenza.

Las emociones animales son muy difíciles de estudiar. Al fin y al cabo, no se les puede preguntar qué sienten ahora mismo. Es cierto que en gatos, por ejemplo, puede medirse objetivamente la concentración de hormonas del estrés o la actividad cerebral.

No obstante, hay que seguir investigando para saber si estos resultados son la consecuencia de determinadas emociones.  También es posible que nosotros proyectemos nuestros sentimientos en los gatos, por ejemplo, para justificar su agresividad.

¿Qué son los celos?

Se dice que los gatos son más independientes y egoístas que los perros. Sin embargo, los estudios recientes afirman que ellos también crean un vínculo estrecho con su cuidador/a. Por ejemplo, la etóloga Kristyn Vitale de la Universidad Estatal de Oregón demostró que los gatos desarrollan un patrón de apego similar al de los niños.

Aquí es donde los celos entran en juego. En la psicología (humana), los celos se definen como el miedo a tener que compartir el cariño de una persona o perder al ser amado. Así pues, si los gatos pueden crear un vínculo estrecho con su cuidador/a, sería razonable pensar que pueden sentir celos.

Gatos celosos: estado actual de la ciencia

Uno de los pocos estudios sobre los celos en gatos traza una imagen diferenciada. Para un estudio japonés, los cuidadores acariciaron gatos de peluche y cojines ante la mirada de su gato. Para comparar, trajeron a unos desconocidos para que acariciaran ambos objetos en presencia del gato.

El resultado fue que los gatos se interesaron mucho más por el comportamiento de su cuidador/a. Después de acariciar el gato de peluche, muchos de los gatos participantes lo examinaron más intensamente que el cojín. Esto podría ser un indicio de celos en gatos.

No obstante, los gatos estudiados no mostraron signos de estrés. Tampoco intentaron separar a la persona del peluche, lo que se opondría al sentimiento de celos.

¿Los gatos pueden ponerse celosos? Lo que los animales realmente sienten sigue siendo un misterio. Sin embargo, en el día a día muestran conductas que nosotros definiríamos como celos. Una situación así podría ser, por ejemplo, cuando llega una nueva pareja a la vida del cuidador/a.

Hay gatos que se muestran agresivos ante este cambio. Bufan, arañan y parece que quieran expulsar al intruso. Otros maúllan más y se muestran más apegados al cuidador/a que antes. Los más sensibles se refugian y no dejan que los toquen.

¿Celos o inseguridad?

Los gatos son animales de costumbres y aprecian las rutinas y rituales establecidos. Una nueva persona en su territorio pondría su día a día patas arriba. Algunos gatos responden a esto con falta de higiene.

Hay gatos que empiezan a marcar, que arañan las paredes y muebles o que rechazan la comida. No obstante, se necesitan más estudios del comportamiento para averiguar si se trata de inseguridad o celos en gatos.

Celos de los bebés

Al igual que una nueva pareja, un bebé puede significar un cambio enorme para la vida del gato. Lo mejor es acostumbrarlo al nuevo miembro de la familia gradualmente, dejándolo estar presente al cambiarle los pañales o alimentarlo. Si el gato quiere retirarse, siempre debe tener la oportunidad de hacerlo.

Sea cual sea el motivo de los celos en gatos, nunca hay que castigarlos cuando los tengan. Pulverizarlos con agua o gritarles no haría más que empeorar el problema.

En lugar de eso, hay que intentar mantener la rutina del gato en la medida de lo posible. Si hasta ahora podía dormir contigo en la cama, debe poder seguir haciéndolo.

Si el bebé duerme en la cama con vosotros o la pareja es alérgica a los gatos, otra opción es ofrecerle una camita acogedora. Lo ideal sería equiparla con una manta que huela a su persona de referencia.

Mantenimiento de los rituales

Pese a los cambios en la situación vital, el gato debe recibir suficientes atenciones. Hay que seguir acariciándolo y jugando con él como siempre. Lógicamente, esto solo hay que hacerlo si el gato quiere. Así pues, no lo fuerces.

Al principio, la nueva pareja debe ignorar al gato celoso. A muchos mininos no les gusta que los miren directamente ni que los atosiguen porque lo interpretan como una amenaza. En su lugar, la nueva pareja puede dejar caer una golosina de vez en cuando para ganarse su simpatía.

Recompensas por la buena conducta

Para quitarle hierro a la situación, puedes instalar más refugios para el gato por la casa. Las cuevas y cestitas acogedoras le brindarán seguridad y le permitirán esconderse.

Si el gato muestra el comportamiento deseado mostrándose pacífico con el bebé o la nueva pareja, recompénsalo inmediatamente. Dale una golosina, dile una palabra cariñosa o acarícialo.

Si no come durante mucho tiempo, se le forman calvas en el pelaje o la falta de higiene persiste, puede que haya algo más que celos. Para descartar una enfermedad, deberás llevarlo al veterinario. Además, puedes consultar a un psicólogo felino para solucionar el problema.

Cuando se juntan dos o más gatos, la cosa puede ponerse violenta. El gato que vivía primero en casa puede ver al nuevo como un intruso. Ahora, tiene que competir con él por la comida o las atenciones del cuidador/a. Bajo nuestro punto de vista, esto también se puede interpretar como celos en gatos.

En nuestro magazine hemos reunido consejos para una buena convivencia entre gatos.

Celos en gatos
Cuando dos gatos se pelean por la comida o las caricias, esto se puede interpretar como celos.

Conclusión: ¿los gatos pueden ponerse celosos?

Los expertos no se ponen de acuerdo sobre si los celos en gatos existen o no. Algunos etólogos advierten del peligro de trasladar los sentimientos propios al minino. En su lugar, recomiendan mirar el mundo desde su punto de vista. Después de todo, las emociones tienen una finalidad biológico-evolutiva concreta y no todas tienen sentido para todos los seres vivos.

Si los celos sirven de algo o no en la convivencia entre gatos es algo que aún no está claro. No obstante, hay científicos que sostienen que los gatos pueden sentir algo parecido a los celos perfectamente.

En la Universidad de Veterinaria de Hannover se está realizando un estudio sobre el tema con el título Comunicación y vínculo social de los gatos frente a sus cuidadores y congéneres. En cuanto dispongamos de los resultados, sabremos algo más sobre los sentimientos de nuestros mininos. Quizá incluso podremos averiguar si los celos en gatos son reales.

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