¿Es bueno dormir con el gato?

«Mi gato duerme conmigo. ¿Es malo?». Las opiniones sobre si es malo dormir con gatos son muy variadas. En este artículo analizamos los pros y los contras. Estos te ayudarán a reflexionar sobre qué punto de vista te convence más y a decidir si dormir con el gato o no.

Pros: argumentos a favor de dormir con el gato

Los gatos producen una sensación de paz y tranquilidad interiores en las personas. Cuando el gato se acuesta sobre el edredón y nos saluda ronroneando por la mañana, esto influye positivamente en nosotros. De hecho, el ronroneo tiene incluso un efecto curativo y la tranquilidad se transmite del gato a la persona.

Como a los gatos les gusta estar calentitos, la cama humana se convierte en un lugar de descanso tentador. Para el gato, la persona funciona casi como una bolsa térmica viviente. Además, dormir con el gato refuerza el vínculo entre el animal y el humano.

Contras: argumentos en contra de dormir con el gato

También hay ciertos aspectos en contra, especialmente los relacionados con la higiene.

Un ejemplo de por qué es malo dormir con gatos son los pelos de gato. Si el gato es de exterior, traerá todo tipo de suciedad a la cama. Aunque los gatos son animales muy limpios, no pueden eliminar hasta la última mota de polvo con el acicalamiento. También es posible que se acicalen en la cama.

Por cierto: las personas que tengan alergias, como alergia a los gatos o asma, no deberían dormir con el gato. Tampoco hay que permitir que el gato duerma en la cama de los niños.

Otro problema de los gatos de exterior son los parásitos. No querrás que los huevos de gusano, las garrapatas y las pulgas acaben en tu cama. Estos parásitos podrían transmitirse a las personas y provocarles enfermedades, como la enfermedad de Lyme. Por eso, desparasita a tu gato periódicamente y trátalo contra los ectoparásitos.

Además, hay estudios que afirman que los que duermen con el gato en la cama duermen peor que los que lo hacen con perro. Esto se debe, principalmente, a que los gatos se adaptan menos a los horarios de las personas. Están activos por la noche y de madrugada, justo cuando nosotros estamos profundamente dormidos.

Si mi gato duerme conmigo, ¿cómo le quito la costumbre?

El mejor método para impedir que el gato se meta en la cama es prohibírselo desde el principio. Poco después de su llegada, cuando todo sea nuevo para él, puede que busque tu cercanía, especialmente por la noche. Si haces una excepción ahora por pena, luego será más difícil quitarle la costumbre.

Quizá al principio pensaste que era buena idea dormir con el gato, pero luego te percataste de que dormías peor. En este caso, será más difícil echarlo de tu cama.

Prohibirle la cama al gato: ¿cómo se enseña?

A diferencia de lo que piensa mucha gente, a los gatos también se los puede adiestrar. Se necesita perseverancia, una buena cama alternativa y el refuerzo positivo del buen comportamiento.

Castiga cualquier intento del gato (incluso de día) de subirse a la cama con un no claro y échalo de la cama. A continuación, mételo en su cama para gatos y elógialo con palabras y snacks. Mantén esta rutina con perseverancia y, al final, el gato captará la indirecta enseguida.

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El último remedio: cerrar la puerta del dormitorio

Si nada de esto funciona o el gato se cuela en la cama mientras duermes, lo único que te queda es prohibirle la entrada al dormitorio. En este caso, deberás contar con unas cuantas noches sin dormir.

Tu minino a buen seguro no entenderá por qué el dormitorio es zona prohibida de repente. Por desgracia, aquí lo único que puedes hacer es perseverar. Con un poco de suerte, al cabo de unas cuantas noches se acostumbrará a la nueva situación.