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La fisioterapia es apta para perros que sufren dolor crónico.
¿Tu perro tiene artrosis o le han diagnosticado una dolorosa hernia discal? En ese caso, podrías pensar en llevarlo a fisioterapia. Te explicamos cuándo es apropiada la fisioterapia para perros y qué riesgos entraña.
La fisioterapia es una de las formas de tratamiento conservadoras. A diferencia de una operación invasiva, la fisioterapia no es drástica.
El efecto curativo se consigue trabajando las zonas del cuerpo correspondientes por fuera. Por ejemplo, si tu perro tiene dolor articular o tejidos inflamados, la fisioterapia ayuda a aumentar el riego sanguíneo y acelerar la curación.
Ámbitos de uso de la fisioterapia para perros
La fisioterapia canina se utiliza con varias enfermedades. Las dolencias en el aparato locomotor, como la musculatura o las articulaciones, son su objetivo principal.
La fisioterapia para perros es adecuada en los casos siguientes:
Enfermedades de las articulaciones (p. ej., artrosis o desalineaciones)
Como parte de una terapia del dolor
Problemas en los músculos esqueléticos (p. ej., debilidad muscular o esguinces)
Antes y después de intervenciones quirúrgicas (p. ej., después de un accidente)
Para aumentar la movilidad (p. ej., en perros mayores o deportistas)
Formas de fisioterapia para perros
Existen muchos tipos de fisioterapia canina. Para restaurar o potenciar las funciones físicas, los fisioterapeutas caninos emplean los métodos siguientes:
Masajes
Los perros lesionados no pueden mover los músculos lo suficiente durante un tiempo prolongado. Esto hace que los músculos se tensen y se adhieran al tejido conjuntivo circundante.
Masajeando las zonas afectadas con ayuda de presión, los fisioterapeutas caninos pueden deshacer estas dolorosas adherencias. Además, los masajes activan la circulación y alivian el estrés.
Terapia del movimiento
Los movimientos específicos aceleran la musculación y mejoran la coordinación. Con esta rehabilitación canina, el terapeuta puede estirar las extremidades pasiva o activamente con carreras de eslalon, ejercicios en cama elástica o carreras de obstáculos.
Cinta subacuática
Otro tipo de fisioterapia para perros se realiza con una cinta subacuática. Los terapeutas utilizan el agua para reducir el peso propio del paciente.
Además, gracias a la mayor resistencia, el ejercicio es más eficaz que en el aire. Esto favorece que la masa muscular crezca cuidando las articulaciones. Las fisioterapeutas suelen utilizar esta terapia en casos de problemas articulares o sobrepeso.
Con ayuda de cintas subacuáticas, los perros pueden entrenar la musculatura cuidando las articulaciones.
Termoterapia
Los distintos niveles de calor favorecen la curación. Mientras que el calor aumenta la circulación y relaja los músculos, el frío alivia las inflamaciones y el dolor agudo.
Acupuntura
La acupuntura es una técnica con una larga tradición en la medicina humana y veterinaria. El fisioterapeuta clava agujas finas en ciertas zonas del cuerpo para reducir el dolor crónico del perro. El efecto consiste, entre otras cosas, en aumentar la circulación y en que los estímulos exciten el sistema nervioso vegetativo.
Terapia láser
Aunque el término terapia láser suene peligroso, no tengas miedo. El láser no es doloroso para el perro. Los rayos láser se componen de rayos de luz en haces que penetran en la piel hasta el tejido profundo. Esto favorece la circulación, acelera el proceso de curación y disminuye el dolor.
Los veterinarios pueden ajustar los rayos láser individualmente, por lo que suelen usarlos en lesiones musculares y tisulares.
Los rayos láser penetran en el tejido profundo y estimulan el proceso de curación de las células.
Electroterapia de frecuencia media
Otra técnica de fisioterapia para perros es la electroterapia de frecuencia media. Consiste en pegar electrodos en la piel del perro. Estos emiten impulsos eléctricos para estimular las fibras musculares de forma espontánea y natural. Gracias a ello, la musculatura esquelética se regenera más rápido.
Riesgos de la fisioterapia para perros
Si el fisioterapeuta canino trabaja como es debido, el riesgo de que se produzcan efectos secundarios es muy bajo. En cambio, si sobrecarga las zonas tratadas o no adapta la terapia al estado de salud del perro, puede lesionarlo o provocarle reacciones inflamatorias. Por eso, es importante adaptar siempre la rehabilitación canina al estado de salud del animal.
Cosas a tener en cuenta después de la terapia
Que la fisioterapia para perros haya terminado no significa que el cuerpo se haya regenerado del todo.
Después de lesiones graves o con enfermedades crónicas, como la artrosis, es importante seguir reforzando los músculos y articulaciones. Pídele al fisioterapeuta que te enseñe ejercicios para hacer en casa y que te explique cosas a tener en cuenta.
Si crees que tu perro sigue cojeando o lo hace aún más, es aconsejable llevarlo otra vez al veterinario. Este podrá valorar si es mejor volver a la fisioterapia u operar al perro.
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