¿Cómo puedo reconocer el dolor en perros?

Hace mucho tiempo que está demostrado científicamente que los perros pueden sentir dolor intenso igual que nosotros. Como no siempre lo expresan con sonidos, detectar el dolor en perros no siempre es fácil a primera vista.

¿Cómo se produce el dolor en perros?

Para poder entender la aparición del dolor en perros, antes conviene echar un vistazo a la anatomía y fisiología caninas. El sistema nervioso está dividido en dos partes. El sistema nervioso central está compuesto por el encéfalo y la médula espinal, cuya tarea es controlar, procesar y transmitir impulsos nerviosos y el sistema nervioso periférico abarca los demás nervios y terminaciones nerviosas (receptores) que inervan el cuerpo fuera del sistema central.

El dolor es un síntoma

El dolor es una percepción sensorial muy compleja y únicamente un síntoma. Si interviene un estímulo del exterior (p. ej., traumatismo) o del interior (p. ej., pancreatitis), se excitan ciertos receptores del dolor (nociceptores).

Algunos solo reaccionan a estímulos térmicos (frío o calor) y otros, a estímulos químicos (inflamaciones o toxinas) o mecánicos (lesiones). Estos estímulos suelen provocar una excitación nerviosa a partir de cierto umbral, que a continuación se transmite al cerebro a través de las vías neurales periféricas y la médula. No es hasta que llega al córtex que el estímulo se evalúa y procesa como dolor.

Si el perro sufre dolor de forma permanente, puede incluso producirse una intensificación de la percepción del dolor. Esto, a su vez, puede conducir a una memoria del dolor difícil de tratar.

Dolor en perros agudo vs. crónico

No todos los dolores de los perros son iguales. Por eso, se clasifican según su localización, gravedad y duración:

Dolor agudo: este tipo de dolor en perros suele ser una señal de alarma del cuerpo. Si el perro se tuerce la pata corriendo, el dolor aparece a los pocos segundos. Cuando se cura la causa, el dolor desaparece al cabo de unos minutos u horas.

Dolor crónico: muchas enfermedades, como la artrosis (p. ej., por una displasia de cadera o codo) provocan dolor crónico a los perros. El motivo es la pérdida progresiva de las señales que se producen con el dolor agudo.

¿Cómo manifiestan los perros el dolor?

Si tu perro pisa un trozo de cristal o un clavo oxidado, normalmente mostrará su dolor rugiendo, contrayendo la cola y cojeando repentinamente.

Sin embargo, a veces el dolor pasa desapercibido porque los perros no siempre manifiestan el dolor gimiendo o rugiendo. Por eso es tan importante que aprendas a leer el estado de tu perro por su comportamiento, mímica y gestos.

Los signos de dolor en perros más comunes son los cambios de comportamiento siguientes:

• Miedo repentino
• Mayor agresividad
• Retraimiento y agitación
• Sensibilidad al tacto

Además, los perros con dolor suelen presentar otros síntomas no específicos, como:

• Signos de agotamiento (p. ej., cansancio o apatía)
• Menor apetito
• Pocas ganas de jugar

Terapia del dolor

El objetivo de cualquier terapia del dolor es evitar que el perro desarrolle memoria del dolor. Esto es muy importante para que el dolor recurrente no se convierta en dolor crónico.

Por desgracia, no siempre basta con tratar la causa del dolor en perros. Por eso, en veterinaria se distingue entre terapia causal, que trata la causa subyacente, y terapia sintomática, con medidas coadyuvantes:

Terapia causal: hay enfermedades que requieren una intervención quirúrgica para eliminar la causa del dolor. Dos ejemplos son una rotura del ligamento cruzado y una hernia discal.

Terapia sintomática: el dolor como síntoma se puede aliviar con distintos analgésicos. La elección de un antiinflamatorio depende del tipo y la magnitud del dolor en perros.

Si no basta con la administración oral, los síntomas se pueden aliviar adicionalmente con anestesia local. Algunas enfermedades musculares y articulares requieren, además, fisioterapia a largo plazo para relajar las dolorosas contracturas de los músculos.

Cuando la terapia del dolor no surte efecto, hace unos años que se ofrece la radioterapia, como en la medicina humana, en enfermedades ortopédicas como la artrosis. A diferencia de la radioterapia para tratar tumores, en este caso se aplica una dosis de radiación baja. Por lo tanto, solo tiene efectos secundarios en casos aislados.

¿Cómo se previene el dolor durante una operación y después?

Si tu perro se va a someter a una operación, el veterinario le administrará un analgésico previamente. El objetivo es reducir la intensidad del dolor durante la operación y tras despertarse de la anestesia.

Además, muchos veterinarios aplican una anestesia local que evita que se produzca dolor en una zona determinada del cuerpo. Lo hacen inyectando la anestesia en la zona correspondiente o en el nervio que la inerva.

Después de la operación, muchos perros siguen recibiendo analgésicos. Estos debe administrárselos el cuidador por vía oral durante varios días o semanas, según la gravedad de la intervención.

En el caso de las intervenciones menores, estos analgésicos suelen ser antiinflamatorios no esteroideos (AINE, p. ej., carprofeno o meloxicam). En cambio, en intervenciones mayores suele tratarse de opioides, como levometadona o buprenorfina.