Gato montés

Gato montés

El gato montés es difícil de distinguir de un gato doméstico.

En el siglo XIX, el gato montés (Felis silvestris) se consideraba prácticamente extinguido. No obstante, tras implementar amplias medidas de protección, la población ha vuelto a recuperarse. Estos gatos tan esquivos son animales salvajes que no se pueden tener en casa.

Ficha del gato montés

Breve presentación: Gato montés salvaje que vive retirado; autóctono de Europa, amenazado y estrictamente protegido
Altura de cruz: 46-58 cm
Peso: Hembras hasta 4 kg; machos hasta 7,5 kg
Esperanza de vida media: 7–10 años; 15 al cuidado de las personas
Carácter: Esquivo y solitario
Pelaje: Corto, denso y tupido
Colores del pelo: Atigrado con matices de gris, crema, marrón y rojizo
Dificultad del adiestramiento: Indomable
Origen: Europa

Aspecto

El gato montés se parece muchísimo a un gato doméstico. El tamaño del cráneo, el peso y la longitud de la cola son iguales que los de su homólogo domesticado. Sin embargo, hay diferencias: el gato montés salvaje presenta una constitución maciza y una cola tupida no acabada en punta. En caso de amenaza, se le erizan los pelos de la cola, lo que tiene un efecto impresionante.

Agazapado frente a la presa

El gato montés caza en la maleza y, para ello, debe camuflarse bien. Por eso, el pelaje atigrado presenta colores poco llamativos, que alternan entre crema-marrón, rojizo-gris y tonos plateados. En el lomo tiene una raya negra característica que llega hasta el nacimiento de la cola.

Un elemento típico de la voluminosa cola es que presenta entre tres y cinco anillos. Rasgos identificativos importantes: la punta de la cola siempre es negra y todos los ejemplares presentan una mancha clara bajo el mentón.

¿Gato doméstico asilvestrado?
Aunque se parezca mucho a nuestros gatos domésticos, el gato montés no es un gato doméstico asilvestrado, sino una especie propia no domesticada.

Cuerpo compacto con cola tupida

Los machos alcanzan una longitud de entre 55 y 65 centímetros, y tienen una cola de 30 centímetros. Pueden pesar entre 3,8 y 7,5 kilos, por lo que son todo un portento. Las hembras son más gráciles, con 47-57 centímetros de longitud y un peso medio de 4 kilos.

El gato montés vive de siete a diez años en libertad. En un coto cercado o en el zoo, pueden alcanzar los quince años.

Gato montés
Después de estar casi extinguida, la población del gato montés se volvió a recuperar.

El gato montés europeo vive en bosques mixtos o caducifolios extensos y poco frecuentados. Estos se encuentran en Escocia, España, Portugal y los Balcanes. También los hay en Alemania, aunque el hábitat de estos gatos en ese país se está reduciendo. En España es difícil saber con certeza la población real de gatos monteses. Los estudios subrayan los atropellos y la caza furtiva como las causas principales de muerte de estos animales.

Estos gatos viven dentro y en la linde del bosque. Buscan refugio entre los árboles, pero, cuando hay calma, osan salir a campo abierto entre setos cercanos al bosque.

No es animal de compañía

Como su nombre ya indica, el gato salvaje europeo es un animal silvestre. Por lo tanto, es totalmente inadecuado tenerlo en un entorno doméstico. Incluso los gatos monteses que criamos con biberón siguen siendo salvajes y no se dejan domesticar.

En principio, se podría aparear con gatos domésticos de exterior debido a su estrecho parentesco. No obstante, hay estudios que demuestran que esto no pasa casi nunca. Parece ser que los gatos monteses se mantienen alejados de sus congéneres domesticados y son muy reservados.

En la naturaleza, el gato montés es muy difícil de avistar porque tiene muy buenos sentidos. Detecta a las personas enseguida y evita los encuentros con ellas. Casi nunca se cruza en el camino de los senderistas. Para observar a estos animales, se requiere mucha paciencia o cámaras especiales para fauna salvaje. Estas cámaras son tolerables para ellos y no les provocan el reflejo de huir.

Ser inteligente
El cerebro del gato montés es más grande que el del gato doméstico. Los biólogos creen que su inteligencia y su capacidad mental también son mayores.

Depredador eficiente

Al igual que nuestros gatos domésticos, el gato montés caza al acecho, acercándose a su presa inadvertido. Luego, la mata dando un salto. La muerte suele producirse por un mordisco en la nuca.

Su dentadura cortante y sus dieciocho uñas, largas y muy afiladas, lo hacen extremadamente capaz de defenderse en comparación con su tamaño. Además, sus sentidos agudos le proporcionan toda la información que necesita para cazar. Por lo tanto, es un ejemplo perfecto de depredador.

Tamaño del territorio

El tamaño del territorio del Felis silvestris depende de la oferta de presas. En regiones con una oferta óptima y suficiente, a un ejemplar le bastan dos o tres kilómetros cuadrados para alimentarse a sí mismo y a sus posibles crías.

En regiones con pocas presas, el tamaño puede ascender fácilmente a diez kilómetros cuadrados. Para los animales, esto se traduce en un mayor esfuerzo y tramos más largos para poder cazar.

Los machos cazan en territorios más extensos que las hembras. Esto se debe, principalmente, a la reivindicación de territorios ante los congéneres. El gato montés es solitario y se pasea por su territorio sin compañía.

La dieta del gato montés varía en función de la oferta que haya en la región. Principalmente, come ratones o ratas. En territorio continental, también puede alimentarse de lagartijas, pájaros, ranas o insectos.

No obstante, en Escocia suele comer conejos. En caso de emergencia, también se alimenta de carroña, corcinos y jabatos. Como es carnívoro, las plantas no son parte de su alimentación.

La época de celo del gato montés empieza en enero y tiene su punto álgido en la segunda mitad de febrero. Pasados entre 63 y 69 días de gestación, nacen de dos a cuatro gatitos. Estos se alimentan de leche materna durante las primeras semanas. A continuación, la gata les lleva ratones y otras presas. En verano, la madre practica la caza autónoma con sus pequeños.

La mayoría de camadas del gato salvaje nacen en abril. Solo si mueren muchos gatitos en el parto, puede que en otoño haya una segunda camada.

Peligro de extinción: ¿es una especie amenazada?

Hubo malos tiempos para el gato montés. A finales del siglo XIX, la especie estaba considerada extinta en amplias regiones de Europa por culpa de la caza incontrolada. Hoy en día, la cosa tiene mejor pinta. Las vedas, las medidas de protección y una recuperación consecuente de la población han estabilizado el número de ejemplares.

En la actualidad, su mayor enemigo es la creciente ocupación de tierras por parte de los humanos. Las superficies urbanizadas en constante expansión destruyen su hábitat natural y lo hacen retroceder hasta las tranquilas y prístinas regiones boscosas del país. En Europa, el gato montés figura en la lista de especies estrictamente protegidas. En la lista roja de la IUCN, su amenaza figura como de la menor preocupación.

Conclusión: animal salvaje de cabo a rabo

El gato montés no es un animal doméstico, sino un auténtico animal salvaje. No se puede domesticar y está protegido en régimen de protección especial en España. Por lo tanto, los particulares no lo pueden tener ni comprar. En la naturaleza, es muy raro encontrarse estos seres tan fascinantes y esquivos. Si quieres ver uno, deberás ir a un parque de fauna silvestre.

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