Gato siamés
Los ojos azules y el destacado dibujo del pelaje hacen que el gato siamés sea inconfundible. Descubre todo lo que hay que saber de este elegante gato y si realmente es tan parlanchín como dicen.
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La gran particularidad del gato manx es una cosa que no tiene: este gato originario de la isla de Man nace sin cola. No obstante, lo que le falta por fuera lo compensa con un carácter cariñoso.
El rasgo característico del manx es la ausencia de cola. Esta particularidad se debe a una mutación genética espontánea. Sin embargo, esta mutación no se presenta con la misma magnitud en todos los ejemplares.
La cola corta de muchos gatos manx se parece a la flor de los conejos y no es lo único que recuerda a estos animales: como las patas delanteras del manx suelen ser más cortas que las traseras, el gato a veces avanza brincando.
Este gato pequeño o mediano tiene una constitución rechoncha. Presenta un aspecto totalmente redondo y las formas redondeadas son las predominantes de la cabeza a las patas. También es típico el lomo corto arqueado hacia fuera, algo más alto que los hombros.
Las gatas pesan aproximadamente 3,5 kilos y los gatos, unos 5,5 kilos. El pelaje corto es doble, con una capa externa brillante y algo más larga que el denso subpelo. Esta raza puede ser de casi cualquier color y presentar prácticamente cualquier dibujo. Por cierto: el pariente de pelo largo del gato manx es el cymric.
El gato manx es cariñoso, bondadoso y tranquilo. Atrae la atención con una voz baja o con un agradable arrullo en vez de maullando a todo volumen.
Cuando le coge confianza a una persona, la sigue fielmente y no quiere estar solo. Además, es abierto con niños y mayores, pero también con otros gatos y animales. Por eso, es el gato familiar ideal.
Por regla general, se muestra sereno con su entorno. Sin embargo, por muy sereno y flexible que sea, escudriña a los extraños a distancia al principio. Eso sí, con unas caricias o un juguete nuevo, se puede romper el hielo.
Debido a su constitución, este gato es menos ágil que otras razas. Por eso, es mejor que viva dentro de casa. No obstante, le encanta jugar y trepar.
Con un balcón seguro para gatos y peldaños para subir a lugares elevados, puedes proporcionarle suficiente ejercicio con la asistencia que necesita. Y es que, a pesar de su naturaleza tranquila, al gato manx le gusta estar entretenido.
También puedes ayudarlo con el cuidado del pelaje. El pelo tupido de este gato se debe cepillar periódicamente, especialmente en época de muda. Así, no se enredará y conservará su brillo. Por lo demás, este es un gato fácil de cuidar.
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En algunos países, la cría del gato manx se considera inhumana. La genética no es solo la causa de la ausencia de cola. También provoca un mal desarrollo de la columna vertebral y los consiguientes perjuicios para la salud, el equilibrio y la capacidad de trepar.
Estos gatos pueden desarrollar artritis, malformaciones y enfermedades en órganos como la vejiga o el intestino. Además, la zona en la que debería estar la cola es muy sensible porque tiene muchas terminaciones nerviosas.
No obstante, si goza de buena salud, la esperanza de vida del gato manx es de unos quince años. Como tiende al sobrepeso, hay que darle una alimentación equilibrada y no en grandes cantidades para que esté sano.
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¿El gato manx te ha robado el corazón y quieres comprarte uno? Aunque la tenencia de este gato está permitida, su cría y exposición está prohibida en algunos países. Esto se debe a los problemas de salud que el gato puede tener por su constitución.
Por eso, en España y otros países no hay criadores. Solo siguen criándose estos gatos en EE. UU., el Reino Unido y Escandinavia.
La mejor manera de ofrecerle un hogar a un gato manx es adoptarlo en una protectora de animales. Si encuentras uno, ganarás un compañero cariñoso y fiel. No obstante, ten en cuenta que puede que tengas que llevarlo al veterinario con frecuencia. Además, deberás estar preparado/a para la posibilidad de que el gato tenga problemas de salud.
El gato manx es una de las razas más antiguas que existen. La versión creativa de la historia dice que Noé fue el culpable de que el gato perdiera la cola. Justo cuando estaba cerrando las puertas del arca, el gato se metió en el barco, quedando su cola atrapada en la puerta.
En realidad, la explicación científica de la ausencia de cola es una mutación genética. El gato proviene de la pequeña isla de Man, en el mar de Irlanda. Aquí, probablemente surgió de la procreación sanguínea entre la población cerrada de gatos, formada principalmente por british shorthair. No obstante, no está claro cómo llegaron estos gatos a la isla.
¿Lo sabías? Manx es el nombre del idioma que se habla en la isla de Man. Allí, este gato se llama kayt Manninagh.
El gato manx se conoce desde hace varios siglos y apareció en exposiciones felinas a finales del siglo XVIII. Las primeras asociaciones de cría se formaron a principios del siglo XX en Estados Unidos y el Reino Unido. Es aquí donde se encuentran los centros de cría más importantes.
Al igual que el manx, el bobtail americano y el japonés tampoco tienen cola. La raza americana probablemente surgió del mismo modo que el gato manx. En cambio, el bobtail japonés es el resultado de la cría selectiva.
Estos gatos son muy poco frecuentes, especialmente en los países donde la cría está prohibida. En lugar de fomentar la cría en el extranjero comprando un gato manx, es mejor adoptar uno de la protectora. La recompensa será un animal cariñoso e inconfundible que hará feliz a toda la familia.
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