Nuestros queridos peludos también envejecen tarde o temprano. Si no solo se les pone gris el pelo, sino también los ojos, podría tratarse de cataratas. En este artículo aprenderás todo lo que hay que saber sobre las cataratas en perros.
Cataratas en perros
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Las cataratas en perros se reconocen por el enturbiamiento del cristalino.
Índice
¿Qué son las cataratas en perros?
Las cataratas en perros son el enturbiamiento del cristalino a causa de alteraciones patológicas. El ojo adquiere un aspecto grisáceo que se torna blanco en el estadio final de la patología.
El cristalino se encuentra entre la cámara posterior y el humor vítreo. Se compone de las cápsulas anterior y posterior, la corteza y el núcleo.
Para poder ver, es necesario que el cristalino sea transparente. Esta transparencia es posible gracias a la alta ordenación de fibras de la corteza y el núcleo. Si la vista empeora o no es algo que depende de las alteraciones de la ordenación de las fibras y de la gravedad del enturbiamiento.
Esto debe diferenciarse de un enturbiamiento moderado debido a la edad (esclerosis nuclear), que rara vez va acompañado de ceguera.
Síntomas: ¿cuáles son los signos más importantes?
Las cataratas en perros se manifiestan con los signos típicos: el enturbiamiento de uno o ambos ojos y la falta de visión. Como es una enfermedad progresiva que aparece a lo largo de varios meses y años, se divide en diferentes estadios.
El estadio inicial presenta pequeñas manchas de enturbiamiento ligero que se van haciendo más grandes. Si la situación sigue empeorando y ya no se ve el fondo del ojo, se habla de catarata madura. En este estadio, el perro se queda casi ciego del todo.
Si la enfermedad progresa, el cristalino se desprende provocando una inflamación ocular grave y muy dolorosa. Esta catarata hipermadura a veces va acompañada de una ligera coloración amarilla del cristalino.
A medida que la enfermedad avanza, el cristalino puede desplazarse (luxación del cristalino), lo que da lugar a un glaucoma. Esta dolencia siempre va acompañada de mucho dolor y la debe tratar un veterinario lo antes posible.
¿Cómo ve un perro con cataratas?
La vista de un perro con cataratas va disminuyendo con el tiempo porque cada vez penetra menos luz por el cristalino enturbiado. El perro lo ve todo a través de un velo de niebla más o menos denso.
En el estadio inicial es más difícil de ver para el cuidador. En este momento, el perro solo tiene problemas de orientación en la oscuridad o con poca luz.
Por la pérdida de visión total o parcial, los perros están desorientados y apáticos, y chocan contra objetos y personas. Si solo hay un ojo afectado, algunos perros pueden compensar la enfermedad con el ojo sano.
Diagnóstico: ¿cómo se detectan?
Si sospechas que tu perro tiene cataratas, acude al veterinario de inmediato. Durante la anamnesis, el médico te preguntará por cambios de comportamiento y otros signos.
Después de un chequeo general para descartar posibles enfermedades subyacentes, como la diabetes mellitus, el veterinario realiza un examen ocular especial. En primer lugar, observará los movimientos generales y el ojo externo del perro. A continuación, realizará otros test para detectar posibles alteraciones de la vista.
Después examinará las estructuras internas en profundidad. Para estos exámenes se necesitan gotas especiales que dilatan la pupila.
Estos son los equipos médicos que se utilizan para el diagnóstico:
- Con una lámpara de hendidura, el veterinario localiza el enturbiamiento del cristalino con mayor precisión.
- Con un equipo de ultrasonido evalúa mejor el estado de salud del cristalino y de otras estructuras oculares.
- El electrorretinograma (ERG) ofrece otros indicios de daños preexistentes en la retina.
Tratamiento: ¿cómo se tratan?
Por desgracia, no existen medicamentos autorizados que prevengan el avance de las cataratas en perros ni las curen.
El mejor tratamiento que existe actualmente es la extirpación quirúrgica del cristalino. Esta intervención se realiza con anestesia general. Sin embargo, solo tiene sentido si la retina sigue estando intacta.
Por eso, no esperes mucho para solicitar la operación. Cuanto más avanzada esté la enfermedad, mayores serán las alteraciones oculares. Como consecuencia, no solo disminuyen las expectativas de éxito de la operación, sino que aumenta el índice de complicaciones posteriores.
El posoperatorio es muy intensivo. Los primeros días y semanas, deberás ponerle varias gotas en los ojos a tu perro. Además, deberás llevarlo al veterinario para los controles periódicos.
Causas: ¿qué provoca las cataratas en los perros?
En primer lugar, los veterinarios distinguen entre cataratas congénitas o adquiridas.
Cataratas congénitas
La catarata congénita (hereditaria) se hereda recesivamente y suele afectar a los dos ojos. Las razas más afectadas son, p. ej., el labrador retriever, el golden retriever, el husky, el schnauzer y el lebrel afgano.
Otra enfermedad congénita es la atrofia progresiva de retina, que afecta a todas las razas y provoca una degeneración de la retina. En el curso de esta compleja enfermedad también pueden producirse cataratas en perros.
Cataratas adquiridas
La catarata más frecuente es las adquirida, que aparece sin ninguna enfermedad subyacente debido a la edad (catarata primaria) o por patologías oculares (catarata secundaria).
Estas incluyen uveítis, lesiones y malformaciones de estructuras oculares, como la retina, o enfermedades sistémicas, como la diabetes mellitus. Hasta el 60 % de los perros con diabetes mellitus enferman de cataratas, normalmente en ambos ojos. Es menos frecuente que la enfermedad la provoquen intoxicaciones y estímulos físicos, como la radiación.
Pronóstico: ¿cuáles son las probabilidades de curación?
El pronóstico de las cataratas en los perros depende de en qué estadio se encuentre la enfermedad. Si todos los exámenes indican que se puede operar, la probabilidad de recuperación de la vista es del 90-95 %.
Si las estructuras internas del ojo ya se han inflamado o el cristalino ya se ha desprendido, esta probabilidad disminuye.
Profilaxis: ¿se pueden prevenir?
Debido a los cambios de la edad y a causas hereditarias, apenas existen medidas profilácticas.
Sin embargo, se puede minimizar el riesgo de diabetes mellitus con una alimentación sana y suficiente ejercicio.