Muchos perros se ponen nerviosos y agresivos con la correa, mientras que el resto del día están alegres y joviales. ¿Por qué mi perro se pone agresivo cuando le pongo la correa? ¿Qué puedo hacer para corregirlo?
Mi perro se pone agresivo cuando le pongo la correa
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La agresividad de los perros al ponerles la correa puede tener varias causas.
Índice
Mi perro se pone agresivo cuando le pongo la correa: ¿qué significa esto?
Un perro agresivo con correa es un fenómeno por el que un perro cariñoso se convierte en una bestia al ponerle la correa. Para él, los demás perros se convierten automáticamente en intocables. La consecuencia es que les ladra y se enfurece.
Los problemas de la agresividad con la correa
Para el cuidador/a, llevar a un perro desmadrado con la correa es enervante. No solo es embarazoso, sino también agotador. Cuando el perro se enfurece, los hombros y los brazos lo notan enormemente.
No obstante, tú no eres el único/a que sufre por este comportamiento, sino también tu perro. En efecto, esta conducta va asociada a un alto nivel de estrés. Como es bien sabido, el estrés puede tener efectos perjudiciales en la salud de los perros.
Consejos: ¿qué hago si mi perro se pone agresivo cuando le pongo la correa?
Recuerda que el portador de la correa tiene la sartén por el mango. En realidad, tú eres el/la culpable de que el perro se ponga agresivo con la correa. Sin embargo, antes de que te entre la mala conciencia, debes saber que hay cosas que puedes hacer al respecto.
Estos consejos te ayudarán a recuperar la diversión al pasear con tu perro y a que volváis a casa relajados:
- Lleva al perro siempre en el lado apartado. Si viene un perro por la izquierda, lleva al tuyo a la derecha.
- Desvía la atención de tu perro con cosas positivas. Para ello, puedes usar golosinas o un juguete que le guste. En cuanto se muestre agresivo, quítale la recompensa.
- Si ves a un perro de lejos, proporciónale suficiente espacio a tu peludo. Da un rodeo amplio o cambia de ruta.
- También puedes enseñarle a sentarse o tumbarse antes de encontrarse con otro perro. Otra opción es incorporar otros jueguecitos, como que te dé la pata o se gire. El sentido de esto es que el perro se concentre en el entrenamiento y no en el otro perro.
¿Arnés o bozal?
Si sigues sin poder controlar al perro con la correa, puede que necesites un adiestramiento profesional. Si no puedes sujetar al perro pese al arnés y la fuerza en situaciones peligrosas, deberías considerar ponerle un bozal.
En cualquier caso, recuerda que cualquier experiencia negativa con la correa empeorará el problema. Así pues, es muy importante que aprendas a controlar la situación correctamente.
Causas: ¿qué provoca la agresividad con la correa?
Todos los seres vivos necesitan espacio a su alrededor, incluido tu peludo. Si no disponen de esta distancia, pueden desarrollar un comportamiento agresivo. La etóloga Dorit Feddersen-Petersen describe el comportamiento de un perro agresivo con correa como «medio para aumentar la distancia».
A diferencia de cuando corre libremente o está en casa, el espacio de maniobra con la correa disminuye repentinamente. Si ahora os encontráis con otro perro, se ve obligado a defender su espacio reducido.
El macho alfa del territorio
Esta agresividad se manifiesta de forma particularmente intensa cuando haces el mismo recorrido varias veces al día con el perro. Él percibe que este es su territorio y quiere protegerte si es necesario.
Si el perro quiere defender su territorio, esto podrás leerlo por otras señales:
- Marca más.
- Mantiene el juguete en la boca a modo defensivo.
- Se pone entre el perro desconocido y tú.
En el entorno conocido del perro, el encuentro con otros perros intensifica el comportamiento indeseado. A veces puede incluso pasar que solo los perros del mismo sexo se muestren agresivos entre ellos.
Confusión del cerebro canino
También es posible que el perro se ponga agresivo con la correa debido a la confusión. Esto puede pasar, particularmente, cuando el perro está correteando por el parque y puede saludar a otros perros.
Si luego le pones la correa para pasar por calles estrechas de la ciudad, se muestra frustrado al toparse con otro perro. Ahora ya no puede acudir a él como de costumbre. A consecuencia, convierte esta frustración en agresividad.
Inseguridad y miedo
Aunque parezca contradictorio, el miedo también puede ser la causa. Si tu perro se siente inseguro, podrás percibirlo por su lenguaje corporal en situaciones delicadas:
- Lleva la cola colgando (a veces entre las patas).
- Traslada el peso a las patas traseras.
- Los ladridos suenan rápidos y agudos.