Ajolote

Ajolote

El ajolote mexicano (Ambystoma mexicanum), que pertenece a la familia de los Ambystomatidae, se puso de moda hace unos años. Su aspecto simpático y sus colores lo convierten en el blanco de todas las miradas. Además, su tenencia es relativamente fácil. Te explicamos todo lo que hay que saber sobre el ajolote.

Tritón con aspecto llamativo

Dentro de los anfibios, el ajolote es muy singular. Vive principalmente bajo el agua y permanece en estado larvario toda su vida.

Y es que, en lugar de pasar por la fase de metamorfosis, se reproduce en forma larvaria. Sin embargo, el ajolote no es un capricho de la cría, sino que su existencia es totalmente natural. Alexander von Humboldt descubrió el primer ejemplar a principios del siglo XIX y lo trajo a Europa.

Un ajolote adulto mide entre 23 y 28 cm de largo, aunque puede alcanzar los 30-40 cm. No obstante, estos ejemplares más largos son más raros.

Llaman la atención sus ojitos oscuros, los brazos delicados y la cola timonera, con la que avanza por el agua. Pero lo que también hace que el ajolote sea tan popular es su cabeza plana con la boca ancha. Desde fuera, parece como si siempre estuviera sonriendo. Esto, combinado con los ojos oscuros como dos puntos, le confiere un aspecto de simpatía.

Los sexos se pueden distinguir por la curvatura de la cloaca. En los machos, la cloaca sobresale un poco más y en las hembras es plana.

Ajolote © lapis2380 / stock.adobe.com

En el último siglo se han criado diferentes versiones del ajolote. Por eso, se pueden comprar ejemplares de muchos colores y formas. Existe la variante albina, muy popular, y otras de color oscuro, negro o gris.

Otra característica sorprendente de este animal es la regeneración de los órganos y extremidades. Si se le arranca una pata, esta vuelve a crecer del todo después de un tiempo. Incluso puede renovar las branquias.

En general, se puede tener al ajolote con otros animales en el acuario. Sin embargo, aunque le vuelvan a crecer partes del cuerpo, no conviene que conviva con animales agresivos.

Colores

El ajolote salvaje clásico tiene una tonalidad negra grisácea. Además de este, existen otros colores que provienen principalmente de la cría. Los preferidos para tener en el acuario son los tonos blanco, beis, dorado y con manchas.

El ajolote de tipo salvaje es bastante atípico. Tiene la piel de un color gris claro con puntos oscuros. Las ramas de las branquias destacan con pequeñas laminillas rojas a ambos lados de la cabeza. El ajolote cobrizo es bastante poco frecuente. Aún menos común es el ajolote axántico, que a veces no presenta ningún color y parece transparente.

También existen ejemplares albinos con un brillo metálico, los arlequines. En realidad, son albinos que cuentan con algunas células que pueden producir pigmentos. Esto hace que se forme la típica máscara con diferentes formas.

Ajolote © Erni / stock.adobe.com

El ajolote: un animal sagrado para los aztecas

La palabra ajolote proviene de axolotl, en la lengua azteca náhuatl. Atl significa agua y Xólotl era uno de los dioses aztecas. Una traducción aproximada sería dios del agua o monstruo del agua.

Como su nombre ya indica, el hogar de esta criatura está en los lagos de México. Se lo puede encontrar en las aguas de Xochimilco y en Chalco, alrededor de Ciudad de México. Se sospecha que estos tritones también vivían en otros lagos de esta meseta, ahora secos.

Puede que su forma especial tuviera algo que ver con el origen volcánico y los sistemas hídricos de la región. Hoy en día, en Xochimilco viven solo 0,3 ejemplares por kilómetro cuadrado. Prefieren el agua fría y muy rica en oxígeno. Por eso, suelen habitar el fondo de estos lagos. En su hábitat natural, son nocturnos.

Como no se encuentra en ningún otro lugar del mundo, es fácil tener la sensación de que está relacionado con criaturas prehistóricas. Está claro que el ajolote es un animal ancestral que se granjeó un estatus sagrado. Sin embargo, también lo utilizaban como alimento. Hoy en día se siguen pudiendo comprar ajolotes en las pescaderías mexicanas.

Alimentación

Para asegurarse el alimento, el ajolote se pone al acecho. En cuanto un pequeño crustáceo pasa nadando, el cazador aprovecha la oportunidad. Este tritón come animales invertebrados, como larvas de insecto y huevos de otros anfibios. De vez en cuando, incluso se come sus propias crías. También puede ingerir peces pequeños.

En un acuario, su alimentación suele basarse en larvas e insectos. Los mosquitos, las lombrices de tierra y las moscas son un auténtico festín para estos animales. Cuando son jóvenes, lo mejor es darles de comer a diario. A los adultos basta con darles comida dos veces por semana.

Encontrarás más información sobre alimentos vivos en nuestro artículo Alimento vivo para peces.

Tenencia

¿A qué temperatura tiene que estar el agua?

Como ya decíamos antes, el ajolote vive en aguas dulces y frescas enriquecidas con oxígeno. Estas condiciones hay que imitarlas todo lo que se pueda en el acuario. La temperatura del agua debe encontrarse entre 12 y 20 °C.

Por debajo de 10 °C, el ajolote no sufre ningún daño. Sin embargo, por encima de 24 °C empieza a nadar de un lado a otro, presa del pánico. Cuanto más altas sean las temperaturas, más se estimula el metabolismo del animal. Además, podría sufrir enfermedades que podrían ser mortales. Una temperatura de entre 1 y 2 °C no es peligrosa para el ajolote mexicano.

El lecho del acuario tiene que estar formado por arena fina. Si las piedras son demasiado grandes, podría tragárselas fácilmente y sufrir una obstrucción intestinal mortal. El tamaño ideal del grano para estos anfibios es de entre 1 y 3 mm.

Además, es obligatorio tener un filtro que proporcione un enriquecimiento de oxígeno continuo con una bomba de agua. Los mejores son los filtros externos, ya que así se ven menos aparatos en el acuario. También garantizan una limpieza óptima. Sin embargo, es importante que no haya demasiado movimiento en el agua, ya que podría ser estresante para el ajolote.

Este animal está a gusto en aguas duras con un pH de más de 7. En aguas demasiado blandas, podría perder su coloración por un breve instante. A priori, esto no es peligroso, pero podría causarle estrés.

Si el agua del grifo de tu casa es blanda, puedes enriquecerla con sales, como sodio, potasio y calcio. Lo ideal es un pH de 7-7,5, pero el rango de bienestar ampliado se encuentra entre 6,5 y 8. La presencia de nitritos debe ser de 0,5 gramos por litro como máximo. El nivel admisible de nitratos es de 25 miligramos.

¿Cuál debe ser el tamaño del acuario?

El Ambystoma mexicanum se puede tener tanto solo como en pareja. Si tienes dos ejemplares adultos, necesitarás un acuario más grande.

Es raro que el ajolote se lleve bien con otras especies. Los peces no son aptos para la convivencia, ya que los ve principalmente como alimento.

Para darle de comer debes atenuar la luz, ya que el ajolote es una criatura nocturna. Cuantos más ajolotes tengas en el acuario, más grande debe ser la superficie.

Por regla general, puedes usar estas pautas para calcular el tamaño del acuario:

  • Un ajolote: acuario de 100 litros (p. ej., de 80 x 35 x 40 cm)
  • Dos o tres ajolotes: acuario de 160-200 litros (100 x 50 x 40 cm)

Debes calcular entre 50 y 80 litros de espacio en el agua por ajolote. La altura del acuario no es tan importante, sino que la superficie sea lo bastante grande.

El acuario debe ofrecer una superficie libre suficiente en el fondo y varios escondites (cuevas y raíces). La iluminación tiene que ser más bien débil. Para mantener un nivel de oxígeno alto, conviene utilizar un filtro externo y, si hace falta, una bomba de oxígeno.

Puedes poner plantas si quieres. Eso sí, elige especies robustas, como el helecho de Java, la elodea y el musgo. También son estupendas las plantas flotantes, ya que al ajolote no le molesta un poco de sombra.

Enfermedades

Los ajolotes son animales muy robustos. Aparentemente, ni siquiera las heridas más graves pueden con ellos, ya que se regeneran. Pueden renovar incluso partes del cerebro y el corazón sin esfuerzo y sin que queden daños visibles.

Lo que sí puede ser peligroso son las temperaturas demasiado altas y el estrés asociado, así como una circulación de agua demasiado intensa y un pH excesivo. Si el agua contiene demasiados ácidos, puede producirse amoníaco, que es tóxico para el ajolote. A la larga, esto podría causarle la muerte.

No es raro que estos animales sufran infestaciones parasitarias. Los copépodos, en particular, pueden causarles graves inflamaciones. En cambio, los ciliados solo provocan una enfermedad grave a animales débiles en caso de infestación masiva. Esta enfermedad se manifiesta con apatía y falta de apetito. Los flagelados pueden aparecer en el intestino grueso y provocar sedimentación de mucosas y desprendimiento de la piel.

Lo que hay que evitar a toda costa es una infestación de ictiospóreos. Estos provocan la formación de ampollas en la piel que no se curan si revientan. Además, pueden aparecer excrecencias. No hay tratamiento contra estos parásitos.

Esperanza de vida

Con una tenencia acorde a la especie, el ajolote puede vivir muchos años, una media de quince. Se sabe incluso de ejemplares que han alcanzado los veinticinco años. La esperanza de vida mínima es de entre ocho y diez años.

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