Caballo menorquín

Caballo menorquín

Cabeza grande y orejas pequeñas: el menorquín es, indiscutiblemente, un caballo barroco.

El caballo menorquín es un caballo negro como el azabache oriundo de la isla de Menorca. Estos codiciados caballos de doma probablemente desciendan de caballos lusitanos, bereberes y árabes. Lo que está claro es que es un caballo de espectáculo de primer orden.

Aspecto: caballo de doma de patas largas

El caballo menorquín, o pura raza menorquina, es un animal imponente. Las yeguas siempre deben alcanzar una alzada mínima de 148 centímetros y los sementales, de 156. Sin embargo, no es raro ver ejemplares que llegan a los 170 centímetros.

El peso se sitúa entre 450 y 600 kilos. Cabe destacar sus patas largas, con articulaciones anchas y robustas, y unos cascos sólidos. Su constitución es muy armoniosa, aunque más fuerte que la del árabe.

Elegante de la cabeza a la cola

Al estilo del clásico caballo barroco, el menorquín presenta una cabeza alargada con orejas pequeñas. Los ojos redondos tienen una mirada expresiva y el perfil ligeramente arqueado rezuma elegancia.

La parte del cuello es de longitud media y muy musculosa. La melena, frondosa y a menudo ondulada, desemboca en un tronco largo con un lomo recto y un pecho recio, pero no demasiado ancho. Estas características realzan el carácter garboso de estos caballos, que suelen describirse como atletas ágiles.

Único color admitido: el negro

En el caballo menorquín, la oferta cromática es más bien pobre. Siempre nacen alazanes y, con el paso del tiempo, se vuelven negros. Solo se admiten marcas en las patas y la cabeza, pero en una medida moderada. No se aceptan cuartillas claras.

El color negro contribuye considerablemente al aspecto noble de estos caballos y constituye su factor de reconocimiento.

El caballo menorquín tiene mucho carácter, temperamento y genio. No obstante, también es inteligente y pacífico. Sus ansias por aprender se reflejan en la emoción que muestra ante los ejercicios y los desafíos.

Sin embargo, su alegría no lo hace impaciente. Es famoso por sus nervios de acero y por una dosis saludable de serenidad, lo que lo convierte en un caballo de exhibición innato.

¿Lo sabías? El menorquín es el único caballo que domina la marcha courbette. Esto significa que puede caminar hasta cuarenta metros solo sobre las patas traseras.

Gracias a sus nervios de acero y a su talento para la doma, es ideal para espectáculos y eventos ecuestres. Los ruidos súbitos y las grandes multitudes no lo alteran, siempre que se haya acostumbrado a ellos de joven.

En Menorca, cada año lo utilizan en las fiestas callejeras con juegos ecuestres, donde los espectadores lo esperan con expectación.

Caballo de paseo

El caballo menorquín se hizo famoso por bailar sobre dos patas en espectáculos. No obstante, más allá de las fiestas, en Menorca lo utilizan como caballo de paseo normal y corriente.

Sin embargo, su aptitud para los jinetes con menos experiencia es discutible. Algunos tienden a ponerse sobre el cuarto trasero de forma inesperada y a ser algo impetuosos. Otros, en cambio, son bondadosos y extremadamente pacientes, por lo que incluso los niños pueden montarlos.

Caballo deportivo

Lo que es indiscutible es el gran talento del caballo menorquín para la doma clásica y los trucos. En este ámbito, los jinetes ambiciosos hallarán en él un compañero entusiasta que ya deja huella solo con su aspecto.

Aunque estos caballos están poco representados en el deporte fuera de Menorca, no hay nada que impida utilizarlos en competiciones.

Doma menorquina: en Menorca se honra a estos animales con una equitación propia, una mezcla entre la doma clásica y elementos de la alta escuela.

El caballo menorquín es oriundo de las cálidas islas Baleares. Por lo tanto, está acostumbrado a los veranos calurosos y a los inviernos templados. No le gustan ni el frío ni la humedad excesiva. Cuando haga mal tiempo, lo ideal sería ofrecerle un lugar seco o una manta.

La tenencia en una cuadra abierta con un lecho seco es una buena solución para estos dinámicos caballos. Aquí deben tener la oportunidad de refugiarse cuando llueva. Como todos los caballos, les gusta estar con otros caballos al aire libre.

Caballo menorquín
El caballo menorquín está acostumbrado a las altas temperaturas de las Baleares. No le gustan ni el frío ni la humedad excesiva.

El caballo menorquín goza de una salud muy robusta y no se le conocen puntos débiles. Básicamente, es muy recio y resistente. Los menorquines celebran la resistencia de su animal simbólico, tanto la física como la mental.

Lógicamente, estos caballos también pueden lesionarse y ponerse enfermos. Si notas algo inusual, llama al veterinario de inmediato.

Esperanza de vida

Esta robusta raza vive hasta los treinta años.

En cuanto a la alimentación, el caballo menorquín no presenta particularidades especiales. No tiene exigencias concretas y puede adaptarse muy bien a las circunstancias. Obviamente, hay que ajustar la cantidad y el contenido energético de la comida al esfuerzo del animal.

Los pastos energéticos pueden hacer engordar a los caballos que no hagan mucho ejercicio. En cambio, si el caballo realiza grandes esfuerzos, deberás darle una buena alimentación suplementaria con minerales y pienso concentrado.

Origen: Menorca

El caballo menorquín proviene de la isla de Menorca, donde está estrechamente relacionado con las tradiciones culturales de sus habitantes. Probablemente surgió de una mezcla de caballos árabes, autóctonos e ingleses. No obstante, no lo reconocieron como raza independiente hasta 1989.

Durante mucho tiempo, la cría tuvo lugar casi exclusivamente en Menorca. Por eso, la raza contaba con una población reducida. Fuera de la isla no empezó a hacerse un nombre hasta hace unos años.

A buen seguro, a ello contribuyó el famoso espectáculo ecuestre Apassionata, que llevó a estos caballos a la escena internacional.

Compra: ¿dónde puedo comprar uno?

Actualmente existen dos grandes criaderos dedicados a la cría de esta raza en Menorca. En otras comunidades autónomas y países, el número de criadores es bastante reducido. Un buen punto de partida es el criadero de Son Martorellet, ubicado en la localidad de Ferreries.

Precio

¿Cuánto hay que rascarse el bolsillo para tener un caballo menorquín de pura raza? No existe una respuesta genérica a esta pregunta. Por un caballo joven sin formación pagarás unos pocos miles de euros. En cambio, por un caballo bien adiestrado puedes llegar a pagar varias decenas de miles o más.

Caballo menorquín
Existen pocos ejemplares del caballo menorquín porque la cría estuvo muchos años llevándose a cabo exclusivamente en Menorca.

Conclusión: caballo con carácter y exclusividad

El caballo menorquín es un animal inteligente y temperamental para un ámbito de uso especial. Debe estar con alguien con experiencia que lo sepa adiestrar y entretener como es debido.

Se requiere creatividad porque estos caballos exigen nuevos estímulos continuamente. Aunque no vayas a comprarte uno, siempre puedes admirar su magnificencia. El aspecto de estos caballos que bailan sobre las patas traseras te dejará una imagen grabada que no olvidarás nunca.

Ficha del caballo menorquín

Breve presentación: Caballo negro elegante de tipo ibérico que disfruta con las grandes puestas en escena
Alzada: 154-166 cm
Colores: Negro
Tipo: Caballo barroco
Marcha: Ligera, rítmica y grácil
Origen: Menorca, España
Aptitud: Doma clásica y espectáculo
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