Gran boyero suizo

Gran boyero suizo

El gran boyero suizo, con su pelo corto y su coloración tricolor, es un guardián atento y un trabajador resistente. Pero no solo eso, sino que también es un perro de compañía mimoso y bueno con los niños. Con una altura de cruz de hasta 72 cm, es el más grande y pesado de los cuatro boyeros reconocidos.

Carácter

El gran boyero suizo es un perro fornido de huesos fuertes que no pierde la calma fácilmente. Ni los desconocidos, ni un grupo de escolares ruidosos, ni los ladridos estridentes de otros perros ni un tractor maloliente afectan a su serenidad. Aunque a este guardián con un instinto protector innato no se le escapa ni una, casi nada lo pone nervioso. La agresividad y el miedo son totalmente ajenos a este perro tan tranquilo.

Protector fuerte y compañero de juegos manso

Pese a todo esto, es el clásico perro de granja con un comportamiento protector marcado hacia sus personas de referencia. Ladra en cuanto un desconocido se acerca a su territorio. Sin embargo, su reserva hacia los intrusos cesa en cuanto ve que son amigos de su familia. Es un perro muy social que ama a su familia humana por encima de todo y busca siempre su cercanía. Se lleva muy bien con los niños, con los que actúa como compañero de juegos, canguro y protector inseparable.

Perro de tiro apasionado

El gran boyero suizo necesita una tarea acorde a la especie tanto como estar con su familia. Quiere hacer ejercicio y tener algo que hacer. Desde siempre ha sido un perro de tiro apasionado que arrastra trineos y carros de perros o le lleva la compra a su cuidador. Gracias a su apego a las personas, inteligencia y ganas de aprender, capta rápidamente lo que se espera de él. Sin embargo, si una tarea le parece inútil o absurda, muestra su lado testarudo. Si sabes ponerlo a prueba con cosas nuevas constantemente y le planteas ejercicios lúdicos, mostrará su cara flexible y sencilla.

Aspecto

Como es característico de los cuatro boyeros suizos, el gran boyero suizo también presenta un bonito dibujo tricolor. El color de base negro se extiende como un abrigo por el tronco, el cuello, la cabeza y la cola. El lucero blanco simétrico de la frente se ensancha hacia el hocico, donde puede alcanzar como máximo la comisura labial. Las marcas pardas rojizas (llamadas fuego) de las mejillas, las patas y los lados del pecho completan el dibujo tricolor. Otro rasgo típico del boyero son los ojos dobles, que surgen de las manchas pardas rojizas sobre los ojos.

Diferencias con el boyero de Berna

A diferencia de su famoso pariente, el boyero de Berna, el gran boyero suizo tiene el pelo de cubierta corto. El pelo doble denso cuenta con un subpelo suave y lo protege eficazmente del frío y la humedad. Otra diferencia con el boyero de Berna, aunque menos clara, es el tamaño. Con una altura de cruz de 65-72 cm (machos) o 60-68 cm (hembras), es unos dos centímetros mayor que el de Berna.

Hecho para trabajar

El gran boyero suizo tiene un cuerpo fornido, de huesos fuertes y musculoso que lo hace ideal para arrastrar peso. Pese a su tamaño y su peso imponente, de entre 45 y 65 kg, es muy resistente y flexible. Le encanta que lo pongan a prueba y siempre está dispuesto a trabajar. Si algo llama su atención, las orejas triangulares medianas se giran hacia delante. En reposo, cuelgan planas junto a la recia cabeza.

Historia

Los antepasados del gran boyero suizo ya tenían un cuerpo macizo que no era corpulento, sino musculoso y flexible. Pasaron a la historia como perros de carniceros y charcuteros. A finales del siglo XIX estaban muy extendidos en Europa Central, especialmente en Suiza. Aquí los utilizaban los carniceros, campesinos, comerciantes de ganado y artesanos como animales de tiro, arreadores del ganado y protectores.

Un boyero de Berna de pelo corto como padre de la raza

Seis años después de que se exhibieran boyeros de Berna por primera vez en una exposición canina, en 1908 se presentó un macho en la exposición del aniversario de la sociedad cinológica suiza (SKG) que, aunque lucía el mismo bonito dibujo tricolor, tenía el pelo corto. Fue mérito del geólogo y cinólogo suizo Albert Heim, que actuaba como juez de cría y colaboró en un estándar del boyero de Berna, que se prestara especial atención a este perro de pelo corto. Junto con Franz Schertenleib, cuidador del macho, buscó otras perras pelicortas para iniciar la cría de la nueva raza. Un año después, esta se incluyó en el libro de registro suizo con el nombre gran boyero suizo.

Al servicio del ejército suizo

A diferencia de la exitosa cría del boyero de Berna, que se hizo famoso enseguida tras su descubrimiento más allá de las fronteras suizas, la base de cría del gran boyero suizo se mantuvo moderada. Al principio, la fundación en 1912 del club del gran boyero suizo no cambió mucho esta situación. Sin embargo, después de la Segunda Guerra Mundial, el ejército suizo descubrió las habilidades de estos perros para el tiro. A partir de este momento, las inscripciones en el libro de registro suizo devinieron más regulares. En comparación con el de Berna y el de Appenzell, el gran boyero suizo sigue siendo una raza rara actualmente. De hecho, solo nacen unos 120 cachorros al año.

Gran boyero suizo © Kristyna / stock.adobe.com

Cría y compra

Que esta raza esté menos extendida que el boyero de Berna no significa que aceptes la primera oferta que encuentres. Ya sea un boyero de Berna, de Appenzell, de Entlebuch o un gran boyero suizo, nunca hay que precipitarse. Si te interesan los boyeros, primero debes familiarizarte con las particularidades de esta raza y las diferencias entre ellos. ¿Qué requisitos de tenencia plantea cada raza? ¿El perro es apto para vivir en la ciudad? ¿Cuánto tiempo requieren los cuidados, el entretenimiento y el adiestramiento? Las asociaciones, los criadores y los cuidadores de boyeros pueden darte respuestas útiles basadas en la práctica.

¿Cómo encuentro a un criador adecuado?

Si ya has elegido al gran boyero suizo, ahora toca ponerse a buscar al criador adecuado. Pero ¿qué significa aquí adecuado? Lo más importante es que sea serio, es decir, que pertenezca a una asociación y cumpla sus normas de cría. Además, debe caerte bien y convencerte de que hace su trabajo con mucha cautela, experiencia y pasión. Como es lógico, esto solo puedes averiguarlo en persona. Los criadores que te venden sus perros por teléfono, a través de un anuncio clasificado o por internet y que nunca te invitan a su casa no reúnen estos requisitos. Por eso, toma nota de lo siguiente a la hora de elegir al criador.

Consejos para el primer encuentro con un criador

  • El criador te invita a su casa y te enseña de buena gana el criadero y la madre. Los cachorros no suelen enseñarse en la primera visita. Esto puede deberse a que aún no han nacido, son demasiado pequeños o el criador no quiere que tomes una decisión precipitada.
  • El criador pertenece a una asociación oficial de boyeros y tiene amplios conocimientos y experiencia con la raza.
  • Antes de utilizarlos, los animales de cría se habrán sometido a suficientes exámenes, sobre todo de articulaciones. Por su parte, los cachorros se entregarán con toda la documentación necesaria, el certificado de ascendencia y la tabla genealógica.
  • Antes de entregar a los cachorros, estos se someterán a un chequeo médico, se vacunarán y se dotarán del chip.
  • El criador se informa ampliamente sobre tu situación para averiguar si puedes cuidar de un gran boyero suizo. Aléjate de los criadores que intentan deshacerse de sus cachorros lo antes posible y a los que les da igual cómo estén después de entregarlos.
  • El criador te pedirá un precio razonable por su cachorro. Actualmente, este precio oscila entre 1200 y 1500 euros. Aléjate de las gangas poco serias.

Salud y enfermedades típicas de la raza

Un aspecto importante a favor de comprar un boyero de pura raza de cría responsable es la salud del animal. Todos los perros de cría se someten a pruebas de enfermedades hereditarias frecuentes antes de usarlos. El resultado se documenta y se puede consultar en todo momento. En este caso, hay que prestar especial atención a posibles enfermedades de las articulaciones. Como casi todos los perros grandes y pesados, esta raza también es propensa a la displasia de cadera y codo, y a la osteocondritis disecante. Por suerte, las normas de cría estrictas y la exclusión de animales afectados de la cría permiten reducir el riesgo.

Alimentación

No obstante, el material genético no es lo único que influye en la aparición de enfermedades articulares. Aunque las displasias y la osteocondritis suelen ser genéticas, la alimentación y la tenencia también son decisivas. En la fase de crecimiento, concretamente, una alimentación incorrecta y los sobreesfuerzos pueden conducir a enfermedades esqueléticas en edad adulta. Generalmente, los problemas los provoca un crecimiento demasiado rápido debido a un aporte de proteínas excesivo en edad de cachorro. Por eso, el gran boyero suizo debe comer un alimento bajo en proteínas hasta los dieciocho meses de vida. Esto es particularmente importante para la fase de crecimiento principal, entre los tres y los seis meses. Durante este periodo, no debe ingerir una cantidad excesiva ni insuficiente de nutrientes. Por ejemplo, no solo un exceso de calcio provoca problemas de crecimiento, sino también una relación calcio-fósforo errónea.

¿Qué y cuánto necesita?

Los nutrientes que necesita el perro y la relación entre ellos dependen de cada animal. Al fin y al cabo, hay factores muy individuales que influyen en este sentido. Estos pueden ser la edad, el sexo, el tamaño, el estado de salud, el nivel de actividad y la tenencia. En caso de duda, pide asesoramiento al veterinario sobre qué necesita tu perro en cada etapa. Sin embargo, sea cual sea el método de alimentación, la comida debe ser de calidad y aportarle todos los minerales y nutrientes vitales, incluso en pequeñas cantidades. Un gran boyero suizo adulto tiene suficiente con dos comidas al día. A diferencia del agua, que debe estar a su disposición en todo momento, la comida debe ser más bien restrictiva. Estos perros son propensos al sobrepeso y a la temida torsión gástrica. El riesgo de ambos problemas puede reducirse con una alimentación prudente y horarios fijos.

Gran boyero suizo © anzze86 / stock.adobe.com

¿Qué cuidados necesita y con qué frecuencia?

  • Pelaje: el pelo doble corto se debe cepillar una o dos veces por semana.
  • Dientes y boca:lávale los dientes una o dos veces por semana por lo menos. Observa el color de las encías y busca posibles inflamaciones.
  • Uñas:para evitar que se haga heridas, debes cortarle las uñas una o dos veces al mes. No se las cortes demasiado, ya que podrías hacerle daño y volvérselas a cortar sería todo un desafío.
  • Orejas:una vez por semana, límpiale los oídos por fuera con un algodoncito humedecido con un limpiador con pH neutro. No introduzcas nada en el conducto auditivo y presta atención a malos olores o enrojecimientos. Estos podrían ser un indicio de infección.

Cuidado del pelo

Los cuidados del pelaje son muy fáciles gracias al pelo corto de este perro, que atrae poco la suciedad. Basta con limpiarlo periódicamente con un cepillo. Si tu perro se ha ensuciado mucho en el bosque o rebozándose en el barro, también puedes bañarlo. Utiliza poca cantidad de un champú para perros o báñalo solo con agua. En efecto, el champú podría dañar la estructura capilar o la barrera cutánea.

Tenencia del cachorro

Si tienes un cachorro en casa, deberás asegurarte de que no sobrecargue mucho las articulaciones cuando haga ejercicio y actividades. Para prevenir malformaciones y desgaste posteriores, no conviene que suba escaleras, juegue o salte en suelos duros ni arrastre o cargue pesos muy pesados en la fase de crecimiento. Los perros adultos también deberían vivir en pisos bajos donde tengan que subir el mínimo de escaleras posible.

Amor y mucho espacio

Como su nombre indica, el gran boyero suizo necesita mucho espacio. Por eso, tenerlo en la ciudad solo es adecuado hasta cierto punto. No obstante, un jardín grande tampoco basta para su bienestar. Además de un entretenimiento sensato y satisfactorio, necesita amor y atenciones. Por la tarde noche o después de un paseo largo, busca la compañía de su cuidador. Una persona que le regale atenciones y protección se verá recompensada con un perro increíblemente fiel y bondadoso. Pese a su fama de cabezota, el gran boyero suizo es un perro inteligente y, en general, dócil que se somete de buena gana.

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