Arestines en caballos

Las inflamaciones cutáneas en los caballos pueden ser dolorosas y empeorar si se producen infecciones secundarias. Te explicamos cómo prevenir los arestines en caballos y qué factores favorecen la enfermedad.

Síntomas de los arestines en caballos

Si tu caballo tiene arestines, podrás observar estas otras dolencias simultáneamente en la parte posterior de la cuartilla:

• Piel enrojecida e hinchada
• Formación de escamas
• Zonas de piel exudativas con pelo apelmazado
• Formación de una costra pringosa

En algunos casos, los arestines en caballos solo aparecen en una pata, pero son más habituales en las traseras. Si el caso es grave, es posible que el caballo cojee por el dolor.

Verrugas y costras

En la forma verrugosa de los arestines en caballos, el drenaje linfático de las extremidades inferiores está alterado. Estas se hinchan como consecuencia y el caballo es propenso a sufrir infecciones secundarias bacterianas en esta zona. Además, se forman excrecencias verrugosas.

La piel de la zona del metacarpo o metatarso puede romperse transversalmente, formándose costras. Esta es otra variante de los arestines en caballos.

Diagnóstico: ¿cómo se detecta?

Por medio de las características típicas de la enfermedad, el veterinario suele detectar los arestines en caballos a simple vista. Realiza un frotis y envía las muestras a un laboratorio para buscar bacterias y efectuar una prueba de resistencia. Esta es importante para combatir los gérmenes eficazmente y prevenir resistencias.

Tratamiento: ¿cuál es el mejor remedio?

Para que las inflamaciones se curen y no se asienten más patógenos en las heridas, es importante mantener las zonas afectadas limpias y secas. Con enjuagues suaves se pueden ablandar las costras y eliminar el exudado inflamatorio. De esta manera evitarás que las bacterias se reproduzcan sin control bajo las costras.

Si el laboratorio ha identificado los gérmenes, el veterinario ya puede iniciar el tratamiento con antibióticos. En caso de que el caballo también tenga ácaros, le administrará antiparasitarios.

Si los arestines ya están muy avanzados, puede resultar útil un vendaje con pomada desinfectante.

Causas más frecuentes

Los especialistas también designan los arestines en caballos como dermatitis de la cuartilla o fiebre del barro (mud fever). Se trata de una enfermedad cutánea inflamatoria de la parte posterior de la cuartilla.

Es una enfermedad multifactorial en que los factores siguientes dañan la flora cutánea, dando logar a la inflamación:

• Infecciones bacterianas (p. ej., dermatofilosis)
• Infestación de ácaros (p. ej., Chorioptes)
• Inflamaciones vasculares idiopáticas (vasculitis) o a consecuencia de una fotosensibilización
• Dermatitis por contacto
• Déficit nutricional por una alimentación no equilibrada
• Enfermedades fúngicas (p. ej., por Trichophyton equinum)
• Sistema inmunitario deprimido (p. ej., por estrés o sobrecarga)

¿Qué caballos son los más propensos?

Los arestines en caballos son una enfermedad infecciosa extendida en todo el mundo. Son más frecuentes durante la muda del pelaje.

Además, hay estudios que afirman que los sangre fría y otras razas con cernejas pobladas son más propensos. Asimismo, los caballos con extremidades blancas y los de edad avanzada corren más riesgo.

Prevención: ¿se pueden evitar?

Unas condiciones de tenencia correctas contribuyen a prevenir los arestines en caballos. Mantén el lecho seco y limpia el box a intervalos regulares. Rastrillando el pasto y el paddock, también contribuirás a prevenir otras infecciones.

Además, durante la época húmeda del año deberás evitar que se acumule humedad en la cuadra. Por otro lado, unos buenos cuidados de los cascos son indispensables. Inspecciona los cascos y la parte posterior de la cuartilla de tu caballo regularmente. Si esta última está sucia, puedes eliminar la suciedad con agua y un jabón suave.

Asimismo, conviene que evites el estrés (p. ej., traslados demasiado largos) y que alimentes a tu caballo de forma equilibrada. Procura que el contenido de azúcar y proteína de las raciones esté controlado. Además, debes asegurarte de que el caballo ingiera suficiente zinc, un oligoelemento muy importante para la salud de la piel.

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