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La infección urinaria en loros, periquitos y canarios suele detectarse demasiado tarde. El motivo es que los síntomas de una infección urinaria en pájaros no ofrecen enseguida indicios claros a los inexpertos de una enfermedad en estos órganos.
Con una peligrosa infección de orina en aves, los animales solo están un poco débiles e hinchados. Con la diarrea, que suele aparecer rápidamente, el estado general del pájaro empeora. La diarrea se caracteriza por excrementos líquidos o viscosos. Si el pájaro enfermo no recibe asistencia a tiempo, puede morir en pocos días.
La sospecha de una infección urinaria en pájaros existe si el ave tiende constantemente a tener diarrea, no tiene hambre y duerme más que antes. La parte renal blanca de los excrementos es líquida y la parte intestinal marrón, normal. Muchos pacientes también tienen más sed, pierden peso y sufren disnea. A veces, van cambiando el apoyo de las patas alternativamente al sentarse o solo cargan el peso en una extremidad. Esto se debe a que los riñones presionan los nervios y vasos de la pelvis y, por tanto, de las extremidades. Es frecuente que el cuidador malinterprete estos signos y los confunda con problemas digestivos, déficits vitamínicos o senilidad.
Las causas de los problemas renales en pájaros son bacterias o virus e intoxicaciones con metales, como plomo o estaño. Como los pájaros roen objetos, las láminas metálicas de paquetes de cigarrillos o chocolate son un peligro. También pueden ser peligrosos los cordones de plomo de las cortinas. Además, no es raro que se produzcan tumores renales.
Los pájaros tienen una tasa metabólica muy alta y muy pocas reservas físicas que consumir. Por eso, es recomendable llevar a las aves que parezcan enfermas al veterinario lo antes posible.
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