Gases en conejos

¿Tu conejo estira las piernas y tamborilea con las patas? En ese caso, llévalo al veterinario porque es posible que tenga gases. Te explicamos qué pueden hacer los veterinarios contra los gases en conejos y cómo proteger al tuyo.

¿Por qué son tan peligrosos?

Si el intestino está tan hinchado que los vasos sanguíneos circundantes están estrechados, la sangre ya no puede circular. Así pues, se obstruye y no llega al resto del organismo. Las partes afectadas del intestino podrían morir o romperse, con el peligro de que se produzcan hemorragias internas. Esto hace que los conejos afectados mueran de un shock hipovolémico por la elevada pérdida de sangre.

Síntomas: ¿qué signos presentan los conejos con gases?

Con los gases en conejos, el aparato digestivo se hincha tanto que el vientre aumenta de tamaño y se endurece. Los conejos tienen mucho dolor y permanecen en la conejera con el lomo encorvado.

Estiran las patas y rechinan los dientes. Además, tamborilean con las patas de dolor.

No subestimes los gases en conejos. Si no los detectas a tiempo, el conejo puede morir de un shock circulatorio.

Tratamiento: ¿cómo se tratan?

Importante: Los gases en conejos son una urgencia absoluta, por lo que hay que acudir al veterinario de inmediato.

Este intentará deshacer los gases con un masaje abdominal. Si esto no ayuda, utilizará medicamentos antiespumantes (p. ej., simeticona) o procinéticos (p. ej., metoclopramida). Si esto tampoco ayuda, el veterinario puede eliminar los gases del aparato digestivo con sondas gástricas o intestinales.

Si el conejo ha perdido el conocimiento, estabilizará la circulación durante el tratamiento con infusiones y oxígeno. Además, le dará analgésicos. Después del tratamiento, habrá que administrarle alimentación forzada durante varios días con sondas o inyecciones.

Diagnóstico: ¿cómo se detectan?

Si tu conejo tiene mucho dolor o pierde el conocimiento, llévalo al veterinario lo antes posible. Este te preguntará cuándo ha comido por última vez y desde cuándo presenta los síntomas.

Al mismo tiempo, examinará su estado de salud general tomándole la temperatura con un termómetro. Esto es muy importante para detectar una situación de urgencia a tiempo.

A continuación, palpará el vientre del conejo. Si está endurecido y muy hinchado, puede que el problema se encuentre en el aparato digestivo. El veterinario averiguará si el intestino está lleno con unos golpecitos. Si el conejo aparta las patas rápidamente o sacude la cabeza significa que tiene dolor. Si se oye un ruido sordo, el vientre está lleno de aire.

Para consolidar sus sospechas, realizará una radiografía para ver lo que está pasando en el vientre. En las radiografías, el aire se muestra en negro y el bolo alimenticio se ve claro. De este modo, puede descartar una sobrecarga gástrica, que provoca síntomas similares.

Causas: ¿qué son los gases?

Los gases en conejos constituyen una enfermedad dolorosa y potencialmente mortal del aparato digestivo. Aparecen cuando se forman demasiadas acumulaciones de aire en el aparato digestivo, estrechando así los vasos circundantes.

Los gases en conejos pueden tener muchas causas. La formación excesiva de gas en el aparato digestivo suele deberse a lo siguiente:

• Si el conejo come demasiado poco, la digestión no está suficientemente estimulada. Esto hace que el bolo alimenticio no se transporte y que empiece a fermentarse.
• Las enfermedades dentales provocan que el conejo no pueda masticar la comida lo suficiente. A continuación, las partículas de comida o bolas de pelo grandes se quedan enganchadas en el aparato digestivo.
• Además, hay algunas sustancias tóxicas que pueden alterar la peristalsis. Estas suelen llegar a la comida a través de plantas tóxicas recolectadas o a la circulación en forma de medicamentos.
• Los parásitos, como gusanos, e infecciones bacterianas también pueden perjudicar la digestión.

Prevención: cómo proteger a tu conejo

Para que no se acumule aire en el aparato digestivo del conejo, no le des comida rica en carbohidratos ni fermentable, como hierba o forraje frescos. Además, asegúrate de que la comida no contenga plantas tóxicas y elimina las sobras de la jaula.

Por último, lleva al conejo periódicamente al veterinario para que busque malformaciones o enfermedades dentales.