Espigas en perros

¿Notas un bulto grande bajo la piel de tu perro? ¿O se le ha abierto un absceso y sale pus de la herida? En ese caso, puede que se le haya clavado una espiga. Pero ¿qué se puede hacer contra las espigas en perros?

¿Qué es una espiga?

Las espigas o aristas son pequeñas partes de las plantas de varios tipos de cereales o gramíneas que encierran el grano. Suelen tener pequeñas cerdas y púas que se pueden pegar fácilmente en el pelo del perro.

Las espigas largas se suelen encontrar en la cebada (p. ej., en la cebadilla ratonera) o en la Stipa. Algunos tipos de centeno también presentan espigas cortas. En cambio, el trigo y la espelta no suelen tener.

¿Cuándo es la época de las espigas?

En los países centroeuropeos, el punto álgido de las espigas tiene lugar entre junio y septiembre. En las regiones meridionales, los cereales y gramíneas también pueden tener espigas en otros meses. Por eso, cuando salgáis a pasear, echa un vistazo al estado de las plantas.

¿Son peligrosas las espigas en perros?

Nunca subestimes las consecuencias que una espiga clavada en la piel de tu perro puede tener para su salud. Si bien las heridas superficiales suelen curarse rápidamente, también pueden salir úlceras importantes en zonas más profundas.

En función de la ubicación, el perro puede presentar otros síntomas. Por ejemplo, si la espiga llega a órganos internos a través de la piel, como el pulmón, las consecuencias pueden ser graves.

Síntomas: ¿cómo sé si a mi perro se le ha clavado una espiga?

Si la espiga es superficial, seguramente la verás o la palparás. Sin embargo, los síntomas dependen en gran medida de lo profunda que esté clavada la espiga y dónde.

Por ejemplo, si está clavada bajo el párpado, el ojo podría dañarse gravemente. En el peor de los casos, el perro podría quedarse ciego. Los perros afectados guiñan mucho o se rascan el ojo desesperadamente con la pata.

Por su parte, una espiga clavada en la pata o en la axila puede provocar problemas de movilidad. Si la espiga se encuentra en el conducto auditivo, el perro sacude la cabeza como un loco o intenta aliviar la molestia rascándose la oreja.

Consecuencias graves

Si la espiga penetra profundamente, el cuerpo extraño contaminado con suciedad y bacterias provoca una infección. El tejido se inflama y puede enrojecer y ocasionar dolor. Además, podría formarse un absceso lleno de pus.

Según la ubicación de las espigas en perros, a veces pueden palparse bultos bajo la piel que no se desplazan. Las espigas clavadas en el oído suelen provocar otitis y en el pulmón, pulmonía.

¿Cuándo hay que llevarlo al veterinario?

Si la espiga no está muy profunda y el perro te deja que lo toques, puedes extraerla tú mismo/a. Ten cuidado y procura no llenar la herida de gérmenes. Para ello, lávate bien las manos antes y utiliza unas pinzas esterilizadas.

Si la espiga está en una zona inaccesible o solo notas un engrosamiento bajo la piel, acude al veterinario. Él decidirá si realmente se trata de un objeto extraño, como una espiga, o si tu perro tiene otra cosa.

Diagnóstico: ¿cómo se detectan las espigas en perros?

Según la ubicación y la profundidad de las espigas en perros, para el veterinario será más fácil o difícil encontrarlas. Si no se ven por fuera y ha salido un bulto grande bajo la piel, podría tratarse de alguna enfermedad, como un tumor.

Si no observa ningún absceso a simple vista, el veterinario puede extraer una muestra de tejido para detectar un cáncer. A continuación, enviará la muestra a un laboratorio especializado, que la examinará. El laboratorio analizará las células para distinguir entre un proceso inflamatorio y un tumor.

Tratamiento: ¿cómo se tratan?

Las espigas superficiales no suelen requerir la intervención del veterinario. Basta con extraerlas de la piel y limpiar la herida minuciosamente.

La cosa cambia si están en la zona de los ojos, en capas cutáneas más profundas o en órganos internos. En los últimos casos, es posible que el veterinario deba intervenir quirúrgicamente para extraerlas. Esto conlleva el uso de anestesia, que siempre va asociado a riesgos.

Además, el veterinario le administrará medicamentos al perro, como analgésicos y antiinflamatorios. Por su parte, los antibióticos sirven para combatir las bacterias.

Causas de las espigas en perros

En verano, particularmente, cuando los campos están secos y la hierba, dura, al perro se le pueden pegar espigas jugando.

Suele pasar cuando el cuidador y el perro juegan con pelotas o frisbees en estos prados. Al correr a toda velocidad y pararse de golpe, es muy fácil que las espigas se claven en la piel.

Normalmente, no suelen durar mucho ahí. Con los movimientos constantes del perro, las espigas también se van moviendo y, así, pueden penetrar en capas más profundas. Las espigas que se traga el perro también pueden llegar fácilmente al pulmón a través de las vías respiratorias.

Los cuerpos extraños nunca son estériles y están contaminados con gérmenes ambientales, como bacterias o esporas de hongos. En un entorno cálido y húmedo, estas pueden reproducirse sin problemas y provocar una inflamación.

Pronóstico: ¿cuáles son las probabilidades de curación?

Como a los perros pueden clavárseles espigas en cualquier parte del cuerpo, en este tema no se puede generalizar.

En general, se puede decir que las espigas superficiales son más fáciles de tratar que las profundas. Las más problemáticas son las que se clavan en los ojos o en los órganos porque pueden traer más complicaciones.

Prevención: cómo proteger a tu perro

No siempre puede evitarse que se claven espigas en perros, pero con unos pocos consejos se puede reducir el riesgo:

• Procura que tu perro no corra por hierba alta en verano.
• Examina el pelaje del perro después de pasear, especialmente cuando haga calor, para detectar cuerpos extraños, como espigas, y extráelos.
• Peina a tu perro periódicamente.
• Pálpalo de vez en cuando para detectar cambios a tiempo, como engrosamientos.