Los gatos ronronean cuando los acariciamos, se acurrucan contra nosotros o se restriegan por nuestras piernas. Nosotros interpretamos esto como un signo de afecto, pero ¿los gatos quieren a sus dueños? Un estudio sobre el comportamiento de apego de los gatos y las personas arrojó resultados interesantes.
¿Los gatos quieren a sus dueños?

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Es evidente que estos dos se gustan mucho. Pero ¿los gatos sienten amor?
Índice
Animales y sentimientos: ¿los gatos quieren a sus dueños?
Durante siglos, los animales se consideraban cosas sin sentimientos en el mundo occidental. Incluso se dudaba de su capacidad de sentir dolor. El filósofo René Descartes (1596-1650) comparaba a los animales con máquinas con las que se podían hacer experimentos sin anestesia.
Por suerte, hoy en día hemos progresado. A mediados del siglo XIX empezó a instaurarse el conocimiento de que los animales también sufren y no hay que torturarlos.
La mayoría de científicos coincide en que los animales son perfectamente capaces no solo de sentir dolor, sino también emociones, como miedo y alegría. En cambio, todavía no está claro hasta qué punto sienten tristeza o amor.
¿Qué es el amor?
Mucha gente inteligente se ha roto los sesos intentando explicar lo que es el amor. Una definición simple es que es un sentimiento de cariño y aprecio profundos que no tiene por qué ser mutuo. Si has estado enamorado/a alguna vez, sabrás de lo que hablamos.
En el sitio web de la revista científica Quarks aparece esta definición del amor:
«Expresado de manera científica y nada romántica, el amor es un estado emocional afectivo. Existen diferentes tipos de amor que dependen de la relación, como en una pareja sentimental o entre padres e hijos».
Lectura recomendada: Encontrarás más información sobre la manera de querer felina en el magazine de zooplus.

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Demostrado por un estudio: los gatos quieren a sus dueños
Se dice que los gatos son animales independientes y que están más apegados a la casa que a la persona. Pero ¿es esto verdad?
Un estudio de la Universidad Estatal de Oregón demostró que los gatos están más unidos a sus cuidadores de lo que la gente cree.
El experimento era similar a los ensayos para estudiar la relación entre padres e hijos. En este caso, el experimento trataba de gatitos de entre tres y ocho meses, y sus cuidadores.
Para el ensayo se metía al gatito y a su cuidador/a en una estancia desconocida equipada con cámaras. Los dos podían jugar juntos y el gatito podía explorar el nuevo entorno. Pasados dos minutos, la persona abandonaba la sala y dejaba al gatito solo. Otros dos minutos después, volvía a la sala.
Comportamiento de apego similar al de los niños
La mayoría de gatitos estaban visiblemente estresados y maullaban mucho. Sin embargo, en cuanto la persona regresaba, se volvían a calmar. Paraban de maullar y volvían a explorar el entorno.
La capacidad de volver a calmarse es un indicio de un vínculo sólido. El 64,3 por ciento de los gatitos estudiados mostraron este vínculo con su cuidador/a.
Los gatos con un vínculo inseguro (el 37,5 por ciento) seguían estresados al regresar el cuidador/a. Se aferraban a él/ella, no mostraban interés o alternaban entre contacto y rechazo.
Estas cifras son sorprendentemente similares a las de distintos experimentos sobre el vínculo de los niños. Como promedio, el 65 por ciento de los niños mostraron un vínculo sólido y el 35 por ciento presentaron inseguridad.
Conclusión: ¿los gatos quieren a sus dueños?
El estudio estadounidense muestra claramente que los gatos sienten algo por sus cuidadores. Cuando están cerca de ellos, se sienten seguros, incluso en un entorno desconocido.
¿Significa eso que los gatos sienten amor? Si se puede llamar amor a este tipo de vínculo es algo que está por ver. Quizá afecto sería una palabra mejor para describir una relación satisfactoria entre un gato y una persona. Pero claro, todo depende siempre de la definición.