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Los investigadores han descubierto 34 especies de serpiente jarretera, que pertenece al suborden de las serpientes. ¿Quieres comprarte una serpiente jarretera? Aquí te explicamos qué debes tener en cuenta en relación con su tenencia.
En general, la serpiente jarretera (Thamnophis sirtalis), que es ovovivípara, parece una serpiente de collar por fuera. Pertenece a la subfamilia de las Natricinae, es delgada y cuenta con una cola larga. Las distintas especies se diferencian por sus características externas, como el color y la constitución.
Las más conocidas son:
La mayoría de especies presentan un color de base oscuro, a veces dotado de matices verdes. Algunos ejemplares también pueden tener dos franjas laterales y una dorsal. Estas franjas pueden ser verdes, azules, grises o amarillas. Otras subespecies, como la Thamnophis sirtalis parietalis, lucen un patrón de puntos rojos precioso a los lados. En cambio, tienen el vientre blanco o gris.
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El tamaño también varía de una especie a otra. Por ejemplo, la serpiente jarretera de Florida puede alcanzar una longitud de un metro. En cambio, la culebra rayada de pradera suele quedarse en menos de 80 centímetros.
El comportamiento de las serpientes depende de varios factores. Algunas especies se consideran muy mansas, mientras que otras pueden ser más agresivas. Por ejemplo, la serpiente jarretera occidental huye en cuestión de segundos en cuanto se avecina agitación. Además, hay ejemplares que segregan una secreción pestilente si se sienten acorralados. Eso sí, las serpientes jarreteras no son venenosas.
Las serpientes jarreteras suelen ser diurnas e hibernan en la naturaleza. Por eso, es recomendable crear una hibernación artificial imitando las condiciones climáticas de su hábitat natural a partir de octubre ajustando la temperatura y la cantidad de luz diurna.
Durante esta hibernación, deberás colocar la serpiente al principio en una caja acolchada. Esta caja deberá situarse en una estancia fresca (a 12-14 °C durante el día y a unos 10 °C por la noche). A principios de noviembre, traslada la caja con la serpiente a una nevera con una temperatura de 6-8 °C.
A finales de diciembre, interrumpe la hibernación realizando los mismos pasos en orden inverso. En general, la serpiente jarretera no come nada durante el invierno. Échale un vistazo una vez a la semana para ver si está bien.
Cada especie de serpiente está a gusto en el entorno al que lleva años adaptada en su hábitat natural. Por lo tanto, no se puede generalizar en materia de condiciones de tenencia de todas las serpientes jarreteras.
Muchas especies se pueden tener en casa, siempre que se disponga de los conocimientos necesarios. Para tener una en casa, necesitarás un terrario con unas dimensiones mínimas de 80 x 40 x 40 centímetros. Deberás adaptar el tamaño del terrario al tamaño de la serpiente. En general, cuanto más espacio tenga, más a gusto estará.
La mayoría de especies de serpiente jarretera necesitan condiciones climáticas similares. Requieren una humedad de entre el 40 y el 60 por ciento, que puedes conseguir pulverizando el terrario periódicamente.
Ajusta la temperatura a 22-28 °C durante el día y bájala a la temperatura ambiente por la noche (unos 21 °C). Además, deberás instalar una zona en el terrario donde la serpiente pueda tomar el sol a temperaturas más cálidas, de 35 °C como máximo.
A la mayoría de serpientes les gusta escarbar la tierra. Por eso, deberás llenar el suelo del terrario con suficiente sustrato, como arena o gravilla. Otro comportamiento natural de las serpientes es bañarse y nadar. Por lo tanto, no puede faltar un recipiente de agua.
Para poner el broche de oro al equipamiento, añade plantas adecuadas y estructuras para trepar, como ramas o piedras. Coloca los objetos de tal manera que le sirvan también de escondite.
En función de la edad, puedes darle varios animales alimentarios, como pescado (p. ej., filete de trucha), ratones, ratas o invertebrados.
Para animar a una serpiente joven a comer si se niega, puedes darle lombrices o peces vivos pequeños (p. ej., guppies o peces cebra). Poco a poco, ofrécele filetes de pescado y ve sustituyéndolos paulatinamente por partes de ratones y ratas conforme vaya creciendo. A partir de este momento, deberás alimentar a la serpiente con pinzas.
Normalmente, basta con alimentar a una serpiente joven cada dos o tres días. A los ejemplares adultos es recomendable alimentarlos cada seis días.
Si quieres comprarte una serpiente jarretera, infórmate sobre criadores en la European Garter Snake Association (EGSA). Ten cuidado con las ofertas sospechosas que encuentres en internet. El mercado negro de animales exóticos transportados ilegalmente y, habitualmente, enfermos lleva años existiendo.
Si encuentras a un criador de confianza que venda animales sanos, el precio dependerá de varios factores, como la especie, el origen y la edad. El precio de compra de un ejemplar es de veinte euros o más.
También deberás invertir dinero en el terrario, el equipamiento y las visitas al veterinario. Los costes de electricidad y comida dependerán del tamaño del terrario, pero rondan los cien euros al año.
La esperanza de vida media de una culebra rayada pequeña es de entre ocho y diez años. Los animales más grandes pueden vivir uno o dos años más. La alimentación y tenencia de la serpiente desempeñan un papel importante en esta cifra. De hecho, los errores en este sentido pueden desembocar en enfermedades fácilmente.
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La serpiente jarretera es oriunda de EE. UU., Canadá y México. Cada especie está adaptada a su hábitat correspondiente, ya sea en la montaña o la costa. A estas serpientes les gustan los entornos húmedos, como cerca de corrientes de agua, pantanos y lagos. Sin embargo, también pueden sobrevivir en hábitats menos húmedos, como bosques.
En general, la mayoría de especies de la culebra rayada son serpientes sencillas. Las más populares para principiantes son la T. sirtalis sirtalis, la T. s. parietalis y la T. radix.
Si no tienes experiencia con serpientes, debes informarte ampliamente sobre su tenencia antes de comprarte una. En efecto, las enfermedades provocadas por errores de tenencia no son ninguna excepción en las consultas veterinarias, sino el día a día.
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