Ácaros en caballos

Ácaros en caballos

Los ácaros en caballos provocan un fuerte picor.

Llegas a la cuadra y tu caballo está agitado y patea con los cascos. Puede que incluso haga contorsiones prácticamente acrobáticas para rascarse. En ese caso, la causa podrían ser ácaros en caballos.

¿Qué son los ácaros?

Los ácaros son parásitos arácnidos que infestan a las personas y a varias especies de animales. También se encuentran ácaros en determinadas cantidades en la piel y el pelaje de los caballos.

A la mayoría de especies de ácaros les gusta la humedad y el calor. Por eso, no es de extrañar que se reproduzcan repentinamente con climas húmedos (otoño y transición invierno-primavera). Si el caballo está inmunodeprimido por la muda o algo similar y tiene la barrera cutánea dañada por la humedad, los ácaros lo tienen fácil.

Los caballos afectados sufren un picor insoportable. En función de la zona afectada, el caballo se frota o se muerde la zona que le pica. Enseguida se producen pérdidas de pelo e infecciones bacterianas secundarias.

Ácaros en caballos
La humedad favorece la reproducción de los ácaros.

¿Qué ácaros infestan a los caballos?

Hay muchas especies de ácaros y, lógicamente, no todas son relevantes para los caballos. Sin embargo, todas pueden provocarles sarna, que varía en función de la manifestación y la zona afectada.

Chorioptes (Chorioptes bovis)

Los ácaros Chorioptes son muy frecuentes en caballos y les provocan la sarna corióptica (sarna de las patas). Esta suele empezar en la parte posterior de la cuartilla, pudiendo extenderse hasta las patas delanteras en dirección al tronco.

Es típico que aparezcan escamas y eccemas costrosos en la parte posterior de la cuartilla, inicialmente en forma de bultitos. Además, al cepillarlo suelta muchas costras y pelos. Más adelante, la piel se engrosa y se añaden capas entre sebosas y pringosas.

Como a estos ácaros también les gustan los entornos húmedos y calientes, los sangre fría se ven muy afectados debido a sus largas cernejas. No obstante, los sangre caliente tampoco se libran.

Los siguientes son los ácaros en caballos más frecuentes (y los correspondientes tipos de sarna):

Ácaros Sarcoptes (aradores de la sarna, Sarcoptes scabiei var. equi)

Esta especie de ácaro cava pasillos en las capas superiores de la piel, donde pone los huevos. Como prefiere las zonas con poco pelo, las primeras alteraciones cutáneas suelen aparecer en la cabeza. Por eso, la infestación de estos ácaros a veces se llama sarna de la cabeza. Más adelante, la enfermedad se extiende por los lados del cuello, la cruz y, en el peor de los casos, todo el cuerpo.

Los síntomas clásicos son escamas, pústulas y alopecia, además del intenso picor. Las infecciones secundarias y las extensas alteraciones cutáneas debilitan al caballo cada vez más. Además, los ácaros Sarcoptes se pueden transmitir a las personas (zoonosis) y provocar escabiosis (sarna).

Ácaros Psoroptes (Psoroptes equi)

Al principio, estos ácaros en caballos infestan las zonas muy peludas, como la crin y el nacimiento de la cola. Desde aquí, se extienden rápidamente por todo el tronco. Más adelante, incluso el bajo vientre y la cara interior de los muslos se ven afectados. Por eso, a veces se habla de sarna del cuerpo.

Se forman capas costrosas, bajo las cuales están los ácaros, que se alimentan de sangre y líquidos tisulares.

El Psoroptes cuniculi es otra especie de ácaro Psoroptes especializado en los conductos auditivos del caballo. Los animales afectados llaman la atención porque se frotan las orejas intensamente y sacuden la cabeza. No obstante, la sarna del oído es muy rara en caballos.

Ácaro de la cosecha (Neotrombicula autumnalis)

En este caso no son los ácaros los que infestan al caballo, sino sus larvas. Estas larvas afectan tanto a animales como a personas y lo suelen hacer al final del verano.

Se juntan apretadas en zonas con poco pelo, como la cara interior de los muslos, el puente nasal o el nacimiento de las orejas. Esto hace que se formen regiones de piel con manchas rojizas.

Las larvas del ácaro de la cosecha se alimentan de células cutáneas. Al cabo de entre uno y cinco días, las larvas se desprenden solas, por lo que no se requiere tratamiento.

Diagnóstico: ¿cómo sé si mi caballo tiene ácaros?

El intenso picor es el primer indicio de una infestación de ácaros en caballos. Las alteraciones cutáneas en las zonas de piel típicas ya ofrecen pistas sobre la especie de ácaro.

Para descartar otras causas, como una dermatitis estival equina, y determinar la especie, el veterinario realiza un raspado de las zonas alteradas. Para ello, raspa cuidadosamente la piel con un bisturí y examina la muestra bajo el microscopio.

Si puede identificar al causante, a continuación comienza el tratamiento correspondiente.

Tratamiento: ¿cómo se tratan los ácaros en caballos?

El tratamiento de los ácaros en caballos suele componerse de una terapia externa e interna.

Para el tratamiento local, el veterinario utiliza champús y soluciones especiales a intervalos regulares. Si las zonas afectadas tienen mucho pelo o este es muy largo, antes hay que cortarlo o esquilarlo. Solo así, los medicamentos pueden alcanzar eficazmente los ácaros.

Como el tratamiento meramente local solo alivia los síntomas, pero no elimina los ácaros, el veterinario administra ivermectina. Se puede introducir en la boca o inyectar. Este tratamiento también suele tenerse que repetir varias veces.

Además, es necesario tratar igualmente el entorno del caballo. Esto no se limita a la cuadra, sino también a todos los objetos que el caballo haya tocado.

Los ácaros se propagan increíblemente rápido a otros caballos. Por eso, por seguridad, deberás tratar a todos los caballos de la cuadra.

¿Cuánto se tarda en eliminar los ácaros en caballos?

Si tu caballo ha contraído sarna, prepárate para un tratamiento largo. En función de la gravedad, este puede durar semanas o incluso meses. Y es que los huevos de ácaro, en particular, pueden sobrevivir hasta varios meses en el ambiente.

Por este motivo es tan importante realizar un tratamiento correcto del caballo, sus compañeros de cuadra y su entorno.

Remedios caseros

Independientemente del tipo de sarna que tenga el caballo, no se puede curar con remedios caseros. Sin embargo, puedes utilizar aceite de árbol de té o de coco para reforzar el tratamiento. Además, las pomadas de zinc favorecen la cicatrización en caso de infecciones secundarias bacterianas.

Prevención: ¿cómo se pueden evitar?

Si tu caballo tiene un sistema inmunitario fuerte, los ácaros no podrán con él. Por eso, procura darle siempre una alimentación equilibrada. Sobre todo en época de muda del pelaje, es importante proporcionarle vitaminas y minerales. Estos son esenciales para su salud.

Además, las condiciones de tenencia también influyen enormemente en la salud del caballo. Una buena higiene de la cuadra y la limpieza regular de las mantas, utensilios de limpieza y arreos son imprescindibles.

Asimismo, un buen cuidado del pelaje hace que los ácaros no puedan reproducirse bruscamente. Por último, córtale las cernejas a tu caballo cuando el clima sea húmedo.

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