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La gran ventaja de la estabulación libre es que los caballos viven con sus congéneres y pueden formar una caballada.
En el tema de la tenencia de caballos hay opiniones para todos los gustos. En cualquier caso, lo más importante es que sea acorde a la especie. A la hora de elegirla, hay varios factores que influyen. Pero ¿la estabulación libre es apta para mi caballo?
La tenencia en box es el método más extendido en el mundo equino. Las dimensiones mínimas del box equivalen al doble de la altura de cruz al cuadrado. Lógicamente, el box tiene que estar estructurado de modo que no haya ningún riesgo de lesión. La tenencia en box es un tema muy controvertido porque mucha gente opina que no es acorde a la especie. Por eso, la estabulación libre está ganando popularidad.
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A la hora de buscar una tenencia acorde a la especie para su caballo, cada vez más gente se decide por la estabulación libre. Esto tiene varios motivos.
El caballo es un animal gregario, por lo que está en su naturaleza vivir en grupo con sus congéneres. Esto es posible con la estabulación libre. Los caballos forman caballadas en las que surgen grupos, simpatías y antipatías.
La jerarquía está clara: solo puede haber un o una líder, el animal alfa. Todos los demás caballos están subordinados y tienen un lugar claramente definido en la jerarquía.
El variado comportamiento social de los caballos se puede observar perfectamente con la estabulación libre: se hacen caricias, retozan juntos, se pelean jugando, se enseñan el trasero en serio, se amenazan con las orejas, se agarran con la boca, se muerden violentamente, cocean y se ponen sobre las patas traseras.
Los boxes suelen tener una mala climatización y el aire es cálido y húmedo con corrientes, sobre todo en invierno. A la larga, este clima puede perjudicar los pulmones del caballo.
En principio, un caballo no necesita calor. Con su grueso pelaje de invierno, está perfectamente equipado para el viento y el mal tiempo. La lluvia se escurre por el pelo gracias al sentido de crecimiento y a los remolinos que recogen el agua.
Solo un exceso de humedad, como en días de lluvia constante, pueden perjudicarlo. Por eso, se necesita un alojamiento con un suelo seco, incluso para caballos robustos con estabulación libre.
Existen estabulaciones libres mejor y peor gestionadas. Puede que los caballos pisen un lodo húmedo y profundo o que los caballos de mayor rango expulsen a los otros del comedero. En este caso, es mejor que no optes por la estabulación libre. También es posible que los caballos se hagan daño o enfermen.
En cambio, una buena estabulación libre está muy bien pensada. Si está gestionada de forma responsable y creada con los conocimientos necesarios, el suelo es seco y está cubierto de arena o un material similar.
Además, la zona para comer y la zona para descansar deben estar separadas, sobre todo con caballadas grandes. De este modo, los caballos de menor rango pueden comer tranquilos o descansar sin que los expulsen los líderes. Cuanto más grande sea la caballada, más atención hay que prestar a esta separación. Al fin y al cabo, incluso los animales más débiles deben poder vivir sin estrés en el grupo.
En la estabulación libre también es importante comprobar que no haya peligros de accidente en el terreno. Los ángulos muertos, pasos estrechos, tornillos salientes, clavos y cuerdas o alambres colgados son peligrosos. Además, si los caballos no tienen vías de escape, pueden hacerse heridas graves entre ellos.
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Los caballos que no se conocen no se deben juntar sin un periodo de aclimatación. En la mayoría de los casos se producen peleas salvajes. A veces, parece como si todo fuera bien desde el principio, pero las apariencias a veces engañan. Ninguno de los caballos que ya vivían ahí dejará que los nuevos le disputen su lugar.
Por eso es importante que los veteranos puedan olfatear a los nuevos a través de la valla unas semanas antes. Lo mejor es separar una parte del pasto o del paddock.
Martin Winzer, que gestiona un establo premiado con cuatro estrellas desde hace diez años, ha desarrollado su propio método. Este le ha ahorrado a él y a sus caballos muchos quebraderos de cabeza.
Después de la primera fase de primeros contactos a través de la valla, coloca al caballo nuevo en un paddock aparte con cada miembro de la caballada uno a uno. Protege las patas de los caballos con protectores especiales
Él mismo va equipado con una vara para que, si se juntan dos camorristas, pueda intervenir para evitar lesiones graves. Cuando la jerarquía entre los caballos nuevos y veteranos está clara, el nuevo ya puede ingresar en el grupo.
Antes de decidirte por la estabulación libre, reflexiona sobre los puntos siguientes:
Si has respondido afirmativamente a estas preguntas, ya puedes ponerte manos a la obra. A tu caballo le darás una alegría y él te lo agradecerá con buen humor y salud.
¿Te encantan los caballos y te gustaría tener uno propio? Sigue leyendo para saber qué debes tener en cuenta al comprar un caballo y cómo asegurarte de que esté sano y siga estándolo muchos años.
