Alto y estable, gran compra
Me encanta mi rascador, ya es el segundo que tengo. El primero me lo cargué tras varios años y deshice el sisal, pero eso es porque yo soy muy bestia.
Así que mis dueños me compraron otro ¡igual! porque me encanta.
Me afilo las uñas, juego en él y me subo haciendo equilibrios como una funambulista. Y además es GRANDE, estirada no llego al final, así que puedo gozar de un buen afilado.