Mano de santo!
Mi Kitty andaba desesperada por encontrar agua fresca a pesar de tener varios recipientes a su disposición cuya agua se reponía dos veces al día. Cada vez que escuchaba que abrías un grifo, corría desesperada a beber de él, incluso el agua del cubo de la fregona... Por eso, y por recomendación veterinaria a efectos de bienestar en los riñones, me decidí a comprar la fuente. Mano de santo! Al principio sólo una de mis gatas se le acercaba, el resto huían despavoridos. Pasados dos o tres días, decidieron que la fuente era amiga, y ahora todos beben de ella sin ningún problema, les encanta, y Kitty ha dejado de beberse el agua de lugares increíbles como hacía antes.