Le encanta, es barato, y funciona.
Doña Lola se lanzó a por las nuevas croquetillas como una fiera. De hecho, al comenzar a dárselas le hice el truco de poner primero sólo una pequeña porción, y se las zampó primero, despreciando su comida de toda la vida. Además son croquetas más grandes, la obligan a masticar y ya no puede tragarse la comida entera. Lo mejor es que en el último análisis de orina, el PH ha bajado a 5 y no hay rastro de cristales de estrubita. ¡Y a precio más que asequible!