Comida para conejos

Saltan, olfatean y tienen unos bonitos ojos saltones. No es de extrañar que los conejos y las liebres estén entre las mascotas más populares. Pero, ¿cuál es realmente la diferencia entre un conejo y una liebre? En cuanto al aspecto, la diferencia entre una liebre y un conejo es bastante obvia. La liebre es esbelta, grande y con unas fuertes patas traseras. Pesa entre cuatro y seis kilos. En cambio, el cuerpo de un conejo de monte es pequeño y bastante rechoncho. Pesa unos dos kilos y tiene las orejas relativamente cortas en comparación con la liebre. A menudo, se asocia erróneamente a las liebres y los conejos con los roedores. Sin embargo, en sentido estricto, estos animalitos saltarines pertenecen a la familia de los lagomorfos y son mamíferos. Además del conejo salvaje, actualmente existen unas 100 razas diferentes de conejo que se han criado y se mantienen como mascotas.

Los parientes silvestres de nuestros conejos domésticos viven principalmente de hierbas, hojas, vegetales y raíces. Una dieta rica en fibra cruda previene el desgaste permanente de los dientes. Aunque nuestras mascotas no tienen exactamente el mismo aspecto que sus parientes salvajes, la función digestiva es prácticamente igual. Por tanto, lo más importante para una dieta adecuada a la especie son las hierbas y el heno para conejos. Además del agua fresca, que debe estar siempre disponible. La dieta de un conejo también incluye verdura fresca, ensaladas de hoja verde y, ocasionalmente, algo de fruta. Además, se le pueden ofrecer snacks y mezclas de alimentos en pequeñas cantidades. Pero hay que tener en cuenta: cuanto más alto sea el contenido de fibra cruda, mejor. Y es que los conejos no son consumidores de grano por naturaleza. Lo ideal es que el pienso ofrecido sea rico en fibra bruta y con bajo contenido calórico.

Además del heno para conejos, que debe tener siempre disponible, los conejos deben recibir comida fresca una o dos veces al día. En total, un conejo necesita unos 100 g de alimento fresco por kilo de peso corporal. La alimentación del conejo debe consistir, mayormente, en raciones bien estructuradas y ricas en fibra. Para ello, son adecuadas las hierbas, las ensaladas y las hojas vegetales. Una porción menor de la ración debe consistir en verduras, como zanahoria, apio o achicoria. Solo hay que darles fruta en pequeñas cantidades debido a la fructosa. Por ejemplo, se les pueden ofrecer manzanas o peras. Por supuesto, hay que lavar las frutas y verduras antes de consumir.

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