Huelen fatal
Huelen fatal, sin exagerar me recordaron a los excremento de los caballos. Para que no tocase ninguna superficie se lo agarré con la mano mientras se lo comía, ¡tuve que lavarme las manos tres veces para quitarme la peste! Imaginad el olor que se les queda en sus patas, boca y dónde se lo coman. Le encantan, pero no repito ni de broma.