Y eso que no le hacía mucha gracia la malta...
Tango un Maine Coon de 6 meses, y aunque lo cepillo con regularidad, me preocupaban las bolas de pelo (le oí hacer algún ruidillo sospechoso). No había manera de darle pasta de malta, a no ser que la mezclase con la comida húmeda (que entonces era lo primero que se comía, vaya usted a entender). Pero estos snacks le encantan, se vuelve loco nada más ver la bolsa, lo cual aprovecho para combinar con algún jueguecillo de inteligencia o de ir a buscar. Altamente recomendables.