Su posesión mas preciada
Comprar este rascador fue todo un acierto. Desde el primer momento se apoderó de él, no deja que ninguno de sus ratones de juguete ni nosotros lo toquemos! Sube, baja, trepa, rasca, duerme, casi podría decir que vive ahí. LE ENCANTA! Teníamos dudas porque otras cosas "típicas" de gatos, no las ha hecho ni caso, y por el tamaño, y si, es grande, pero al ser tan alto y su distribución vertical, no queda tan mal.
La gente que viene a casa, disfruta viéndole subir y bajar a toda velocidad, un espectáculo :)