Se rompen, pero facilitan la limpieza
Tengo un arenero cubierto de esquina y por sus dimensiones pensaba que no iba a encajar la bolsa, pero sí lo hace. El problema es que la gata lo rasca cuando tapa sus depósitos y acaba un poco agujereado en el fondo. Aún así, a la hora de cambiar la arena, es más cómodo que directamente desde el arenero.
Tiene un olor muy agradable que, junto con el arenero cubierto, hace que te olvides de lo que hay dentro.